Opiniones Portada rotador 

Vale al Paraíso: El invierno de los Guel

Mario Granados Roldán.-Conocí al padre de los principales protagonistas de esta historia en el año 70 del siglo pasado. Él era gobernador del Estado de Aguascalientes. Yo estudiante de secundaria en el Colegio Portugal. Los dos nos identificábamos por el servicio a la comunidad.

En agosto de 1971, Francisco Guel Jiménez invitó a tres integrantes del Club Interact de Aguascalientes, a una gira de trabajo por El Llano. Con emoción —al fin imberbes en los asuntos públicos— acudimos puntuales al llamado del ejecutivo, los jóvenes Luis Felipe Palomino Topete, Luis Felipe Medina Rodríguez y el escribano de Vale al Paraíso, para conocer la otra realidad, la de carne y hueso, de nuestro estado.

El tiempo, un ganchito y 100 gramos de excelente disposición me permitieron cultivar una cordial relación —“políticamente correcta”, dicen ahora— con el también médico de profesión, quien se distinguió por las buenas maneras. El trato afable. La cercanía con la gente. Y la sencillez en su estilo personal de gobernar. Por esas y otras razones le guardo un grato recuerdo al gobernante priista fallecido en 2010.
Desafortunadamente los genes, la secuencia del ADN del doctor Guel Jiménez, no se reflejaron en los caracteres hereditarios de dos de sus hijos, que hoy continúan haciendo de sus insuperables diferencias (tan privadas como familiares), un asunto de interés público y político, sin importarles el escarnio de la chismosa feligresía reunida en el atrio de la parroquia.

La jácara inicia cuando el entonces diputado Armando Guel Serna, al amparo de la protección que le brindaba el fuero constitucional, le propinó una honorable, libre y soberana golpiza a su hermano menor Francisco Guel Saldívar.

En la denuncia de hechos presentada por Paco, éste declaró ante el MP: “Con fecha 12 de septiembre del año 2006, siendo aproximadamente las 20 horas, el suscrito me encontraba en el restaurante bar denominado ‘La Barranca’ ubicado en la calle Laureles, a la altura aproximadamente de donde se encuentra el hotel Fiesta Americana en la colonia Las Flores de esta ciudad, en compañía de varios amigos, cuando a las 20 horas con 15 minutos me retiré del lugar dirigiéndome a mi vehículo que se encontraba estacionado sobre la calle Claveles esquina con la calle Laureles, cuando de improviso y momentos antes de arrancar mi automóvil tipo Jeep Liberty color plata que se encontraba con el vidrio del asiento delantero del conductor abajo, sentí un fuerte golpe en la mejilla izquierda seguido de varios golpes a mi rostro, percatándome en ese momento que mi agresor lo era el señor Armando Guel Serna quien me seguía agrediendo física y verbalmente, diciéndome: ‘Ahora sí cabrón bájate que te voy a romper toda tu madre’, intentando en ese momento arrancar mi vehículo para evitar la agresión” (Tribuna Libre, 21/09/06).

Pasaron los años, casi nueve para ser exacto, y el poema mantiene inalterable sus mezquinos versos. Haciendo a un lado forma y fondo, tersura y finura, estilo y figura, Armando Guel arremete nuevamente contra Paco Guel, pero ahora golpea la otra mejilla, la de presidente estatal del PRI Aguascalientes, al demandar —con sobrada razón— su salida de la dirigencia por “inexperto, soberbio, altanero y grosero”.
En conferencia de prensa el hermano mayor alegó que el hermano menor “debe honrar su palabra y renunciar a la Presidencia del PRI”, tal y como lo prometió si la formación tricolor era derrotada en las elecciones federales 2014-2015, donde perdió, por lo pronto, dos de las tres diputaciones.

La voz de este insurrecto, que se suma a la de la exalcaldesa Lorena Martínez y a la del ex de muchas cosas, Isidoro Armendáriz García, no está avalada por la siempre respetada autoridad moral, ni tampoco está sustentada en la máxima de la honestidad: “Para tener boca grande, hay que tener cola chica”. Con Armando Guel Serna, como líder local (septiembre 2003-junio 2004), el priismo aguascalentense fue literalmente arrollado por el trailer de doble caja operado por Luis Armando Reynoso Femat, candidato panista a gobernador en 2004, que ganó todas las posiciones en juego.

Finalmente, el martes 8 junio de 2003 Guel Serna pidió licencia a su cargo, presionado por la violenta exigencia de Oscar López Velarde y Carlos Lozano de Torre, candidatos a gobernador y alcalde de Aguascalientes, respectivamente, para que se fuera “porque está entorpeciendo las campañas”.

Desde el reciente 8 de mayo Armando Guel Serna funge como delegado de la Profeco en San Luis Potosí. Le dio posesión en coordinador de delegaciones de la institución, Roberto Padilla Márquez.

El invierno de los Guel. El regreso de Caín y Abel. Y la reedición de Kramer contra Kramer. Es exactamente lo mismo.

Porque alguien debe de escribirlo: Como en los viejos tiempos del presidente López Portillo, la República volverá reunirse, pero ahora en Aguascalientes, por disposición de la Sala Superior del Tribunal Federal Electoral, que ordenó elección extraordinaria en el Distrito I, para fortuna del turismo electoral que se convertirá temporalmente en el Tláloc de la economía estatal. La lluvia de algunos miles de pesitos ayudará al Progreso para Todos.

Con el propósito de reforzar a las huestes locales en la disputa por la migaja del pastel, seguramente tendremos entre nosotros a los priistas del Estado de México; a los panistas de Guanajuato; a los verdes de Chiapas; a los movimientos de Guadalajara; a los morenos de la defeña Delegación Cuauhtémoc; a los panalistas sin la encarcelada abeja reina; y a los perredistas del Distrito Federal.

La elección será la presentación en sociedad de los dirigentes Manlio Fabio Beltrones (PRI) y Ricardo Anaya (PAN). Iniciar con un vals de ensueño se aplaude. Anima a la barra brava. Y confirmará que la militancia nunca se equivocó al elegir a su nuevo pastor, por el momento victorioso en la primera e importantísima batalla, porque si el PRI gana el Distrito I obtendría la mitad + 1 (251 de 500 diputados), sumando a los levantadedos del PVEM, su inseparable sandía (verde por fuera y rojo por dentro), Pero además, le permitiría a Movimiento Ciudadano obtener otra diputación de representación proporcional. Una alianza les beneficiaria a los dos partidos, supone la lectura de la muy alta política, nada consultada por los políticos aldeanos de Aguascalientes.

Triunfo o derrota calarán seriamente en el ánimo de los adeptos y simpatizantes de los partidos políticos en Aguascalientes, considerando que la madre de todas las elecciones se avecina, inicia el próximo 5 de octubre.

marigra@telmexmail.com