Opiniones Portada rotador 

Los Derechos de los Ciudadanos

Hoy, en las discusiones a nivel nacional, en las columnas políticas y en los comentarios editoriales, se toca el tema de los derechos que les asisten a los profesores disidentes en sus protestas en contra de la reforma educativa, y la forma en que lo están haciendo. En principio tal parece que su inconformidad no es contra el gobierno, pues a quienes están lastimando, y agrediendo, es a la población civil; a la ciudadanía que tiene que trabajar, estudiar, desplazarse, y que ahora, tanto los maestros como las autoridades, se preocupan más, unos por hacer el más daño posible y los otros a controlar en cierto lugar a los manifestantes.

Casos sobran para ver como ha sido desquiciado el entorno de los ciudadanos pacíficos. Por ejemplo, al llevar de Michoacán 35 camiones de pasajeros y con ellos bloquear por cuatro horas la autopista de Toluca a la Ciudad de México, para que al final la misma policía los escoltara a llegar al centro de la ciudad, que era su objetivo. Y ahora se organizan en plantón, y cierran la calle de Bucareli. Y luego, como una gracia, se mueven al jardín de la Ciudadela; ahora todos los artesanos y comerciantes de la zona están condenados a la quiebra, y los trabajadores de esas empresas al despido y se quedarán sin la manutención para sus familias, pues no podrán circular por ahí.

Los dueños y trabajadores de esos negocios en ningún momento han tenido que ver con la molestia que tienen los rijosos, lo único que hacen es pagar impuestos para que el gobierno les pague sus quincenas a los “maestros”, trabajen o no; bueno, hasta ahora, pues se ha anunciado que a los que falten cuatro días serán despedidos, y ellos ahora contestan que quienes sean contratados como profesores suplentes, serán rapados y no los dejarán que se presenten en los salones a dar clases. Esta posición, de franco enfrentamiento, y de lastimar en lo personal a aquellos se han ganado el puesto, para que sean afectados en sus derechos humanos a causa de que no se han satisfecho las demandas de los líderes, que antes hacían sus manifestaciones dos o tres días, les daban lo que pedían y que posteriormente lograron que les entregaran el manejo de los institutos de educación estatales, de los estados en donde tienen sus áreas de dominio.

Si analizamos los estados más atrasados en materia educativa, veremos que son: Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas. Pero esto no solo es el área de atraso, sino que a causa de esta situación, la economía de estos estados es desastrosa y la desigualdad social de las más aberrantes.

Un ejemplo de la situación que se presenta, en uno de esos estados, es el siguiente: En Oaxaca los organismos empresariales y las organizaciones de la sociedad civil, les propusieron a los diez candidatos a gubernatura del estado que firmaran un documento con diez compromisos relacionados con la educación. Solo dos candidatos lo firmaron: Alejandro Murat, del PRI, y Joaquín Ruiz, del PRS. El candidato de la coalición PAN-PRD, estuvo de acuerdo solo en ocho puntos, pero creo que los dos puntos más importantes los dejaba fuera. Como esto fue una convocatoria pública, pensaron que les costaría votos entre el magisterio, y así la alianza con la sociedad civil pasa a segundo término.

Por otro lado el sindicato ha formado grupos para que ataquen los accesos a los centros comerciales, y han puesto un plantón en el centro de la ciudad con lo que ha colapsado la llegada de turismo a esa bella ciudad, con lo que demuestran que no es su objetivo el demostrar su inconformidad contra el gobierno, sino que ahora se trata de hacer el mayor daño a la sociedad en su conjunto, para provocar una reacción negativa generalizada.

Y qué decir de la toma de la autopista del Sol, en Guerrero, para dar el tiro de gracia a Acapulco. La violencia mezclada con los bloqueos desanima a cualquiera que haya pensado pasar ahí sus vacaciones, sin importarles los empleos que se van a perder e interesándoles muy poco que de ahí sale el dinero con el que les pagan.

Y la toma del centro de Tuxtla Gutiérrez, y el plantón, en varias cuadras a la redonda, afectando igualmente la vida económica de la ciudad y con la amenaza de, con violencia, tratar de tomar los accesos a la ciudad.
Y en Michoacán, ¡ah, pobre Michoacán!, el envío a la Ciudad de México de contingentes y de tomar el centro de la ciudad. Todo lo anterior es algo que nos hace llegar a pensar que el objetivo no es protestar o dialogar para resolver problemas, sino el causar el mayor daño a los derechos humanos de la ciudadanía en general. Como si no tuviera nuestra población ya bastantes problemas.

Cuando observo los noticieros televisivos, o leo las noticias en los diarios nacionales que hablan sobre los conflictos magisteriales y todo lo que ello conlleva y que a groso modo comento líneas arriba, mi mente no logra comprender como es que esto puede suceder en este sector tan importante de nuestro país. Indudable es que en la vida de México el Maestro tiene una función múltiple: es moldeador de destinos, pesa sobre él la responsabilidad augusta de su ministerio, pero al mismo tiempo es confidente y es guía.

Las comunidades lo hacen depositario de su confianza, sabiéndolo limpio espiritualmente, buscan su consejo, y él, el Maestro, en la hora suprema, en el minuto clave que todo hombre vive, no tiene más apoyo ni consejero, que uno solo: la simiente que le dejaron en su alma las valerosas enseñanzas de la Escuela Normal, cuya tradición lo obliga y de cuyo legado es responsable. Y andando los años, cuando haya muerto, muchas veces para renacer al día siguiente con nuevas esperanzas, cuando las ilusiones y los desengaños hayan llegado revueltos en el tropel de la existencia, el maestro, el que lo es de verdad, volverá los ojos hacia dentro, tranquilo, con el deber cumplido. Maestro no es cualquiera. Maestro es el que enseña, el que señala una ruta, el que sirve a los ideales progresistas de una época, el que no olvida su lealtad al pueblo.

Esos son los Maestros que queremos para nuestros hijos.