Reina de la feria

Sus detractores le adjudican muchos pecados -arrogancia, soberbia, cinismo y presuntas travesuras con el dinero ajeno-, pero jamás el de tonto. Capitaliza las circunstancias de temporal. Domina a la perfección el taiming político. Sabe el cómo, cuándo y dónde utilizar la mercadotecnia: ni antes, ni mucho menos después. Va de frente y no se quita. Nunca se quitó. Sigue sin quitarse. Le siguen valiendo un comino los demás, incluyendo su encumbrado compañero de partido, hoy autoridad municipal recién estrenada, quien invitó a los ex alcaldes capitalinos a la reinauguración del Miércoles Ciudadano. Aprovechando…

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