No formo parte del vecindario
En secreto de confesión, ante los sacerdotes semanales que son ustedes, admito mi pecado mortal: estoy fuera de las redes sociales, del multicolor vecindario atestado hombres y mujeres dispuestos a sustituir la conversación individual por la colectiva; soy, pues, un espécimen tradicional, muy alejado de la sintetizada comunicación light. Salvaguardo mi mundo. Cuido el aprovechamiento de mis días. Me distraigo en asuntos mayores. Abrevo de la información maciza. Disfruto la atractiva plática presencial, de generoso volumen (con los infaltables agudos y graves), rica modulación y estridente carcajada, para darle vacaciones al…
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