Opiniones 

La formación de la nueva conciencia ciudadana, ¿con información ‘chatarra’?

Los avances en el mejoramiento de la vida de la sociedad, en los mejores casos, se dan cuando se presenta una mecánica de conjunción entre la sociedad y el gobierno; sin embargo, también se han dado cambios y avances en la sociedad, cuando los ciudadanos se movilizan para lograr una mejor calidad de vida, y lo hacen a pesar del gobierno. Este segundo escenario lo observamos en sociedades que son llevadas a un punto extremo en que el distanciamiento del gobierno para con la sociedad, va propiciando un aislamiento que, finalmente, es revertido por la misma sociedad –cuando funciona todavía la democracia, aunque imperfecta-, al sustituir a los gobernantes indolentes por representantes sensibles a las necesidades de los ciudadanos.

Son ocasiones históricas excepcionales, en que el crecimiento y desarrollo de una nueva conciencia ciudadana, logra, poco a poco, la cohesión necesaria para tener la fuerza suficiente, que al presionar a los gobernantes los obligue a realizar los cambios; excepcionales, porque la mejor forma del avance de la sociedad debía darse con los gobernantes estando de lado de la sociedad, y atendiendo y resolviendo sus problemas.

Parece ser que en México estamos viviendo el escenario del crecimiento y desarrollo de una conciencia ciudadana que se convence, día con día, de que la actual clase política, por sí misma, no llevará a cabo los cambios necesarios para lograr los avances que la sociedad requiere y demanda; observamos un proceso de construcción de consenso ciudadano de que el regreso del PRI a la Presidencia de la República, está reintegrando las prácticas autoritarias de los viejos tiempos.

En este punto ha jugado un papel preponderante la comunicación informativa, que, en términos amplios, ha propiciado la formación de dos grandes corrientes de periodismo; estas dos formas de hacer difusión de información, se han ido polarizando alrededor del grupo político que ocupa la Presidencia de la República.

Una corriente es aquélla que considera que el gobierno del Presidente Enrique Peña, está haciendo su mejor esfuerzo para solucionar los graves problemas que vive el país; subraya que lo importante ahora es apoyar al gobierno en sus programas, y no distraerse con asuntos de corrupción, conflictos de interés o impunidades. Son problemas que afectan la vida del gobierno y del país, pero que han estado presentes –dicen- en todos los tiempos, motivo por el cual la atención de los medios debe ponerse en los grandes objetivos que está trabajando el gobierno. En esta corriente se encuentran las empresas de medios de alcance nacional.

La otra corriente es aquélla que considera que, precisamente, el no atacar los problemas de corrupción, conflictos de interés, e impunidad, ahonda el atraso que vive el país en muchos rubros, ya que merma la capacidad financiera del gobierno y lastima el desarrollo de los ciudadanos. Es el PRI que al llegar de nuevo a la Presidencia de la República y al no haberse transformado de fondo, está reproduciendo las lacras que vivió el país en su larga época de hegemonía.

¿Cómo identificar y distinguir estas dos corrientes periodísticas? La clave para conocer a los periodistas y las empresas de medios de comunicación, es, relativamente, sencilla: cómo presentan en sus informaciones determinados hechos, con qué tipo de información llenan sus espacios noticiosos, a qué noticias dan preferencia sobre otras, etcétera.

Los ejemplos que nos ayudan a hacer la identificación de las dos corrientes, pueden ser, entre muchos, los siguientes: la baja en los precios del petróleo y el alza en el precio del dólar, la solidez de la economía y el recorte al gasto público, la violación a los derechos humanos y la atención a víctimas, etcétera, así como los asuntos Monex, Tlatlaya y Ayotzinapa, y el ahora ex presidente del PRI en el Distrito Federal.

Una corriente de periodismo –los menos- buscan, difunden y continúan con el seguimiento de los asuntos, profundizando en ellos; presentan a los ciudadanos que los siguen, informaciones precisas y contundentes que permiten el dimensionamiento oportuno de gobernantes y de los asuntos que los ciudadanos quieren conocer a fondo. La otra corriente –los más-, presentan la información de manera superficial, sin atender los puntos medulares y esenciales, mencionando de pasada los asuntos y sin prestarles mayor espacio de atención y cuestionamiento –en ocasiones hasta deformando la noticia-.

En esta segunda corriente suele hacerse la ‘chatarrización’ de la información, por la que sus seguidores terminan por aceptar que no es necesario hacer ‘tanto escándalo’ por determinados asuntos que suceden en la vida del gobierno y la sociedad. Si la nota viene de un medio de comunicación extranjero, por ejemplo, se demerita y desvaloriza, como sucedió con la información del periódico español El Mundo, cuando dice que el Servicio Ejecutivo de Prevención de Blanqueo de Capitales tiene como sospechoso a uno de los coordinadores de campaña de Enrique Peña en 2012, Gabino Fraga (el de las empresas fantasma).

Un periodista altamente representativo de esta corriente de periodismo, entre varios, es Ciro Gómez Leyva, quien señala que no existe ninguna acusación formal presentada contra Cuauhtémoc Gutiérrez, o “que guste o no, la narrativa más sólida sobre aquellos hechos (Iguala, Guerrero) sigue siendo la presentada por el ex procurador Jesús Murillo Karam como verdad histórica” (El Universal, 27 marzo), o cuando titula su columna periodística “La resurrección de Luis Videgaray” (24 marzo), etcétera.

En definitiva, en unos casos, con la investigación y difusión de resultados periodísticos, se incomoda fuertemente al gobierno, y el periodista se convierte en un blanco para su anulación, mientras en otros casos, la justificación y el encubrimiento esconden los problemas y desaciertos de gobierno.

La nueva conciencia ciudadana que se está formando en los ciudadanos requiere de información clara y verídica, que no sea ‘chatarrizada’ por los medios de comunicación. Es la nueva conciencia que, al unificarse, será una gran fuerza que hará presión sobre los gobernantes para lograr los cambios que el país necesita.

De Política una Opinión: Abelardo Reyes Sahagún

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