Opiniones 

Retórica y competencias argumentativas / La Columna J

Estimado lector de alchileaguascalientes, con el gusto de saludarle como cada semana y esperando que se encuentre bien, en esta columna abordo la trascendencia que tiene la retórica sobre los antiguos sofistas, es la continuación del texto de la semana pasada.

De tal modo, los sofistas, al analizar el lenguaje, al analizar las contradicciones en que con tanta facilidad se cae a cada paso, contribuyeron poderosamente a formar un espíritu crítico, que es, al fin y al cabo, el principio de todo pensamiento riguroso. Muchos sofistas fueron escépticos, pero el escepticismo, la duda, la declaración de que no existe verdad alguna, prepara el camino para que se encuentre la verdad.

La implementación de las competencias argumentativas por parte de los alumnos es una realidad que puede resultar en un mayor provecho. Sin embargo, el simple hecho de contar con una herramienta valiosa no es garantía de que su uso vaya en proporción a los resultados esperados dentro del contexto de lo favorable, por lo tanto, es necesario contar con un esquema ecléctico para obtener la información de estudio.
En otro tipo de investigaciones, incluso de carácter político, que parecían dirigir sus propósitos a estrategias de desarrollo personal, se centran en un punto de asimilación y generación del conocimiento, orientado para que las personas sean más competitivas en los distintos ámbitos en los que se desarrollan, tanto en lo educativo como en lo profesional.

Se necesita un trabajo especializado, que pueda satisfacer las necesidades iniciales de los universitarios de quien tendrá la responsabilidad de hablar en público y del mismo modo defender algún argumento. No obstante, la ilacion de las ideas reflejaba una falta de conocimiento de reseñas basicas en cuanto a historia se refiere. En la interacción con los alumnos, los sujetos referian que no tenían el habito de la lectura, y que la última ocasión que habían tenido que presentar un discurso había sido en la preparatoria.

El estudio de estas cualidades tenía como disciplinas fundamentales a la retórica propiamente dicha (el arte de la persuasión a través de la palabra), la oratoria (el arte de la elocuencia y a la dialéctica (el arte de refutar y discutir) lo cual implica en todo sentido a las competencias argumentativas. En todas las ciencias el argumento es importante, es un sustento y un estilóbato, la esencia se maximiza, genera un proceso de cognición, la oratoria contribuye a que la convicción tenga la estructuración debida para con esto favorecer los procesos de entendimiento de los alumnos que están constantemente distraídos y atraídos por otro tipo de elementos.

La argumentación y el uso de la palabra siempre van incluidos en el lenguaje, en su connotación y representación, como códigos de relación directa que aportan y se sustentan en la lógica. Existe una justificación para poder complementar la competencia sobre la comunicación escrita, la cual es verdaderamente necesaria para la redacción de los discursos y de los textos a disertar.

Por lo general, un orador en la interpretación tomada por un alumno habla de los temas que sabe y que domina, no obstante, con el ejercicio constante, el orador tiene que acudir a la investigación y al estudio para poder tener más temas de qué hablar. Muchos discursos se pueden expresar con el uso de la memoria, sin embargo, es común que los discursos y mensajes a expresar, sean primeramente escritos, ya sea por medio de un guion o de manera literal.

Es menester dejar precedentes que puedan ser una base y un apoyo para las estructuraciones de curriculas en las universidades privadas, bajo el mismo sentido, y para poder aportar un sustento con referencia a la investigación a las autoridades competentes, a fin de que puedan enfocar nuevas estrategias para poder resarcir las áreas de oportunidad que expresan las nuevas generaciones.

El arte de la oratoria y las competencias argumentativas muestran el uso de la lógica y la elocuencia para poder convencer a una o muchas personas, independientemente de que si lo que se dice es cierto o no.

Estimado lector me despido de usted, tenga una excelente semana.

In silentio mei verba, la palabra es poder.

Mtro. Roberto Valdés Ahumada.