Opiniones 

Los primeros 50 años de GP Electromecánica / Vale al Paraíso

Por: Mario Granados Roldán

La historia de hoy se escribe con el dulce azúcar de la naranja dulce sembrada en los terrenos de la dedicación, seriedad, responsabilidad, honestidad y visión de futuro, de una respetada familia que es motivo de orgullo para Aguascalientes y la región.

La empresa GP Electromecánica fue fundada por Gonzalo Padilla López, un ingeniero electricista egresado del Instituto Politécnico Nacional, que al concluir su carrera trabajó en empresas paraestatales y de la iniciativa privada, obligándolo a vivir en el extranjero por algún tiempo.

A los 42 años de edad regresó a Aguascalientes, con la fortuna de que en ese entonces comenzaba la industrialización del estado. Su vasta experiencia profesional le permitió proyectar y desarrollar las instalaciones eléctricas de compañías como J.M. Romo, Estambres San Marcos, Bordados Maty, Molino San Marcos, ALIMASA y Frigorizados La Huerta.

Ante esta circunstancia, y con gran visión, comenzó a distribuir equipos y materiales eléctricos, de tal suerte que el 6 de febrero de 1969 se creó GP Electromecánica S.A., ubicado en la calle de Ezequiel A. Chávez, para después trasladarse a Álvaro Obregón y finalmente mudarse a bulevar a Zacatecas.

Ese mismo año y hasta 1972, asumió la dirección del diario decano de Aguascalientes, El Sol del Centro. Tras el fallecimiento de Padilla López, en marzo de 1977, su hijo Gonzalo Padilla Gallardo aún estudiante de Ingeniería Electrónica en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, comenzó a prepararse para tomar las riendas del negocio, lo que se daría en agosto de 1978, al egresar de
la universidad.

Vale recordar que el joven Gonzalo cursó el bachillerato (1971-1974) en el ahora desaparecido Instituto Autónomo de Ciencias y Tecnología, donde cultivaría una entrañable amistad con el que décadas después sería gobernador de Aguascalientes, Otto Granados Roldán, quien lo nombraría director general de Instituto de Vivienda del Estado de Aguascalientes, el 1 de diciembre de 1992. Poco más de un año permanecería en el encargo, porque el negocio familiar reclamaba su urgente presencia; jamás regresaría al servicio público para fortuna de la iniciativa privada.

Los primeros años del patrimonio familiar estuvieron llenos de vicisitudes, ya que directivos de la empresa que habían recibido acciones de ésta, como regalo de Padilla López, pidieron ser liquidados y fundaron compañías del mismo ramo, haciendo competencia a GP Electromecánica. Esta situación redujo el negocio al 70 por ciento, lo descapitalizó y la competencia se nutría de gente con vasta experiencia; sin embargo, pese al desalentador panorama, el trabajo constante de Padilla Gallardo y el respaldo inquebrantable de su madre, sacaron adelante el negocio: diez años más tarde las empresas competidoras cerraron sus puertas, desaparecieron del espectro mercantil.

Avanzando paulatinamente, en 1988, la compañía se mudó a su domicilio actual en boulevard a Zacatecas, adquiriendo mil metros cuadrados, pues se requería de más espacio para el inventario de material que ya había aumentado a más del triple; en la actualidad, gracias a diversas ampliaciones, es tres veces más grande para abastecer el mercado eléctrico de la región, especializada en proyectos, instalaciones y suministros eléctricos para la industria automotriz, atendiendo también otras áreas como la industria electrónica, la de alimentos y bebidas, la electrificación de fraccionamientos y la
automatización.

GP Electromecánica cumplió en febrero 50 años de existencia. Hoy, tiene sucursales en Zacatecas y Guanajuato. Cuenta entre sus filas a dos miembros de la tercera generación, lo que la sitúa en el 8 por ciento de las empresas familiares, a nivel internacional, que llegan a esa etapa sin decrecer o desaparecer, por el contrario, se agiganta con nuevos puntos de venta. Y Gonzalo Padilla Gallardo se prepara para ceder en forma ordenada la dirección del negocio a los nietos del fundador don Gonzalo Padilla López, que seguramente festejarán la existencia de otro medio siglo trascendiendo.

(Algunos datos de este texto fueron tomados de la revista Construye del mes de febrero; agregué otros inéditos pasajes para enriquecer esta historia).

Porque alguien tiene que escribirlo: La pobreza es un mito genial en el estado de Aguascalientes. Mire usted. En el municipio de Jesús María se inscribió para contender en el proceso interno del PAN a la alcaldía, Antonio Arámbula López, quien supuestamente debe gastarse (y comprobar el egreso al Instituto Estatal Electoral), un cuarto de millón de pesos para convencer a 864 militantes que voten por él, aunque no tenga enfrente a otro contrincante; es decir, cada sufragio le cuesta al contribuyente 25 mil pesos.

La palidez de una magnolia y la desangelada precampaña es lo mismo, como se muestra en la gráfica ofrecida en esta colaboración; quizás el Marajá Arámbula López debió contratar al payaso Platanito y a la controvertida Gomita para darle alegría y exuberancia al recorrido electoral.

Coda: El domingo, a pie de urna, 7 mil militantes del PAN elegirán al candidato o candidata a Presidente Municipal de Aguascalientes. Según las estimaciones de mi ábaco acudirán a votar el 60 por ciento, 4 mil 200, y la cifra mágica para alzarse con la incuestionable victoria será de dos mil 600 sufragios.

En elecciones de este tipo el acarreo es el motor del triunfo: el que traiga más dinero y tenga suficiente capacidad para movilizar, ganará la contienda.

marigra1954@gmail.com