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Las redes sociales en campañas políticas

Ignacio Ruelas Olvera.-Nuestra sociedad desarrolla una fe ciega en nuevas tecnologías de la comunicación. Una “teología” que se explica a la velocidad de la luz. Una prueba de ello es el depósito y transmisión de fotografías, circunstancias humanas, paisajes, horizontes, expresiones de felicidad y tristeza, preferencias, modas, gustos, en fin, datos e imágenes que se comparten a través de pantallas de manera indiscriminada. La realidad configurada a esa velocidad (indecible) deberá engendrar nuevos valores, construir el edificio que reflexionó Mercedes Garzón: la ciber-ética. En el centro valoral está la CONFIANZA (que la política dejó de producir).

Las redes son una autentica oportunidad política de re-construcción y re-conciliación del crédito abierto a los otros, por ello es fundamental no desdeñarlas ni mal-entenderlas. Las redes contienen una agenda amplia de familiares, amigos, vecinos, compañeros, conocidos y desconocidos, a quienes se confía significados. Las redes sociales son un ejercicio de colaboración. Elegir “me-gusta” es ya un acto democrático: preferir. Más aún, se comunican afectos emocionales con palabras, imágenes…, esta comunicación desata (posiblemente) efectos sentimentales, sonrisas, llantos, cariños, nostalgias, en fin, desarrolla habilidades sociales. Una riqueza inconmensurable.

Una asignatura pendiente es crear una pedagogía de redes sociales. ¡Es urgente! Las redes son un impacto cultural; sonidos, imágenes, circunstancias, palabras, frases, narrativas, son avenidas de conocimientos, sabidurías, enseñanzas. La cultura política tiene la pizarra extraviada, por muchos años se la dejó al discurso racional y solemne. Los políticos activos, sin duda, adolecen de la cultura de lo instantáneo, prueba de ello es el dogma que le construyeron a las encuestas, fuego perverso de propaganda electoral. Es por ello necesario una arremetida última de renovación política.

La política es comunicación, comunicar es compartir significados, entender los significados es la clave de la filosofía de “300,000 kilómetros por segundo”. Interlocutores válidos se crean en la comunicación política de las redes sociales, son una interactividad de corte masivo que garantiza los consensos para las cosas colectivas. Por si fuera poco en el epicentro de la comunicación política está el “usuario” que consume y comparte información, en una modalidad de corte social, pues tendrá pantallas en cantidades multitudinarias de receptores. Digámoslo sin rubor, las redes sociales son enclaves de una nueva filosofía de comunicación.

Llama la atención un intenso trasiego interactivo “online”. El “estagirita” nos dijo “Zoon politikon”, la política es diálogo luego se tiene una necesidad innata de comunicarse. Las redes sociales son una vía ideal para convocar y unificar personas, ciudadanos… Las redes están también ubicadas en la telefonía móvil, el correo electrónico, las plataformas de 140 caracteres…, son pantallas para interacciones interpersonales, pero las tecnologías no son las redes sociales. Las redes son un conocimiento especializado que une las relaciones de una persona con las de otras en una cuerda sinfín. Urge que los políticos y sus operadores entiendan la nueva realidad virtual para concebir política, diálogo, discusión, estrategia, comunicación, para lograr resolver desde la perspectiva de la estrategia y la comunicación las grietas sociales.

Las redes re-definen las estrategias de campañas electorales, empoderan la estrategia de comunicación política, posibilitan la “re-producción de los votos”. Las redes sociales no son masas, son público en el espacio público. Vivimos una realidad interconectada, enmarañada, fluida. Es un caos en el que los significados compartidos logran consensos. Compartir de manera inadecuada los significados es un formato de riesgo, por ello cambiar, capacitarse, renovarse, son el corazón de los verbos de acción en atmosferas colectivas. Si no se asume esta nueva realidad se presentará el fracaso.

Las redes no cancelan al elector, son para y por la persona como un punto esencial con relaciones horizontales y verticales cuyo punto de unión son estímulos emocionales que reaccionan de manera impredecible. Si las redes sociales pierden esta veta se cancela la política, además los atributos de las propias redes sociales. Las redes sin estrategia de campaña dejan de ser comunicación política.

Las redes sociales son una respuesta de comunicación eficiente y eficaz, si se quiere. Si las redes dejan de ser mediadoras de información y gerencia de nuevos interlocutores la política se aniquila (desfiguran las relaciones de poder, Manuel Castells). Las redes sociales son nueva arquitectura de la realidad, su obra civil requiere construcciones colectivas. Una democracia participativa sin personalismos de liderazgo. Esto es lo que los políticos no han entendido, les fascina la borrachera del YO. La estrategia que permiten las redes subsume el conflicto en tanto que articula personas y soluciones. La política de este siglo solo es posible mediante una suerte de deshilado de redes de percepciones que sean trasmutadas a lenguajes correctos de la comunicación, de lo contrario al perder los significados empoderan el conflicto. La realidad hoy es una novedosa red de relaciones, por ello la comunicación se recodifica y se hace estratégica. La comunicación demanda acciones de política red.