Opiniones 

El machismo sigue lastimando a las mujeres/ La Caja de Pandora

Fomentar el aprecio, la solidaridad y el respeto a la dignidad humana de las mujeres es una aspiración genuina y pendiente. El gran reto en la humanidad es enfrentar y erradicar la misoginia, que no es sólo el odio hacia las mujeres, también es un abanico de animadversión hacia lo femenino.

El amor hacia las niñas puede llevar a conmoverse y reaccionar frente al sufrimiento que se les causa cuando son dadas en matrimonio con alguien que no conocen e incluso sean mucho mayores que ellas, convirtiéndoles en un objeto sexual y de servidumbre humana. Este es uno de muchos ejemplos donde se han logrado cambios legales para prohibir el matrimonio infantil, así como el reconocimiento del derecho de las niñas a aspirar a su propio proyecto de vida.

Paola Schietekat Sedas logró tener la profesión que la llevó a ser parte del equipo del Comité Organizador del Mundial de Qatar. Después de contar cómo fue violada en Qatar en un texto publicado por Julio Hernández, de cómo puso su denuncia y el terror que padeció en el ámbito policial y judicial de ese país, y cómo de ser víctima pasó a ser puesta en la silla de acusados al exigírsele una prueba de su virginidad, sopesar la amenaza de un castigo de hasta 7 años de cárcel y cien latigazos, por “haber tenido una relación extramarital”, después de leerla señalamos lo terrible de estos regímenes fundamentalistas.

Hace tres días vimos la foto de Paola, ya en México, con un Marcelo Ebrard sonriente, donde en un control de daños el canciller anuncia que el mejor Abogado de la SRE se hará cargo de su defensa. Rescato de la mexicana, su queja de que fue “como un castigo constante haber escuchado al cónsul (en Qatar), quien, junto con toda la embajada se deslindó rápidamente del caso, y la decepción de no haber previsto que el caso podían revertirlo en mi contra”, y concreta su queja: “vivimos en un mundo que parece odiar a las mujeres”. En verdad, no podemos no estar de acuerdo con ella.

Hace algunos años se absolvió a un líder sindical, quien fue detenido por corromper a niñas empacadoras a las que ofrecía dinero para tener relaciones sexuales. El juez del caso arguye que para que hubiera “depravación”, las niñas debieron demostrar que “antes” no tuvieron relaciones sexuales. Aquí en México -no en Qatar- las niñas deberían ser vírgenes para demostrar “una buena moral”, y si ya habían tenido relaciones antes, entonces no eran víctimas, sino que podían consentir el acto.

No hay un solo país que sea un ejemplo donde la otra mitad de la humanidad ejerza los mismos derechos que les son intrínsecos y reconocidos a los hombres por el solo hecho de que al nacer, sean del sexo masculino.

Las mujeres hemos tenido que organizarnos para ser una presión, a partir de manifiestos, de elevar la voz en las calles; lograr que las niñas y las jóvenes se eduquen y comiencen a cuestionarse las razones de su exclusión. Las mujeres más lúcidas, exigieron desde el siglo antepasado el derecho al sufragio y a la emancipación. China, en 1995, tuvo que comprometerse en Naciones Unidas a suprimir el aborto obligado a productos de gestación femeninos como control de la natalidad, sólo así se aprobó la realización de la Cuarta Conferencia de la Mujer en Beijing.

Llegamos al siglo XXI con el impulso de la igualdad sustantiva. Pero prevalece inamovible el machismo en el Poder, se sigue cosificando a las mujeres; en otros países, también en México.