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Día del niño

“La infancia es un privilegio de la vejez, no sé por qué la recuerdo actualmente con más claridad que nunca». MARIO BENEDETTI.

Cuánta razón tiene el escritor Mario Benedetti quien ya descansa en el eterno oriente sobre la frase citada, sin duda alguna conforme pasa el tiempo el ser humano pierde de vista la esencia por la cual está en este plano existencial, en la medida en que crecemos nos llenamos de preocupaciones, de angustias, soberbias y de egos que difuminan el candor tan preciado que alguna vez tuvimos en la infancia.

Cuando uno es un niño, solo existe la preocupación por ser feliz, aunque ese concepto sea irónico a esa edad, los niños quieren jugar todo el tiempo, los niños son felices con cajas de cartón que gracias a su imaginación se convierten en naves espaciales, carros, cascos de futbol americano, cuando ven a un perro pueden durar horas jugando con él, sin mencionar la gran alegría que les genera una pelota, su único vicio es el azúcar y en la mayoría de los casos esta rigurosamente regulado por los padres.

Pero algo sucede, no podría explicarlo porque he sido víctima y responsable de tal suceso en mi vida, el tiempo en algún modo ha hecho que deje de bailar sin sentido, que deje brincar cuando estoy muy feliz, que cuando me ensucio con lodo ya no me de risa, sino que me enojo porque tendré que cambiarme, la capacidad de asombro también es algo que se empieza a reducir junto con la picardía, recuerdo con una sonrisa aquellos días cuando salía a correr con mi balón de futbol y con mi perrito al parque, simplemente era sensacional.

“las personas mayores nunca pueden comprender algo por sí solas y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones” El Principito.

No es que sea una tragedia dejar de ser un niño, entiendo perfectamente que es una parte de la vida, la cual está llena de energía, llena de candor, llena inocencia, evidentemente cuando crecemos las prioridades cambian, la inercia social nos arrastra a una rutina de poca imaginación y de necesidades irreverentes e incluso de urgencias planeadas.

Borges otro grande de la poesía, escribió lo siguiente en sus últimos párrafos de su carta antes de morir “yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin un termómetro, una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas, si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.

Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera y seguiría así hasta concluir el otoño, daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres y jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante. Pero ya ven, tengo 85 años y se que me estoy muriendo”.

Ser adulto no está peleado con ser como un niño, crecer no significa dejar de jugar, trabajar no significa dejar de sonreír, ciertamente el 30 de abril se celebra a los niños, pero también se debería conmemorar la esencia de ellos, esta fecha también sirve para recordar, para intentar de nuevo, para dejar referencia y testimonio de que los niños tienen una sabiduría que en la madurez se ha dejado de entender.

Las letras de Borges expresan la esencia de un niño, creo firmemente que nunca es tarde para comenzar algo o retomarlo, recordar es vivir, esto pasara, pero entiendo perfectamente que si la vida es un juego, entonces será una gran bendición tener como destino el éxito siempre y cuando el camino sea la felicidad.

FELIZ DÍA DEL NIÑO!!