Opiniones 

Celebrar a papá / Güero

Este domingo 20 de junio, se llevó como de costumbre la celebración del día del padre. Una razón más para que los comercios realizaran sus ofertas en diferentes medios de comunicación: en la radio, la televisión y, por supuesto, internet, se saturaron los anuncios de las diversas alternativas de obsequios que podríamos dar a papá. Vinos y licores, asadores, perfumes, ropa y hasta tecnología, encabezaban la lista de ideas para “consentir” al rey de la casa.

En mi caso concreto, después de ser interrogado por mi esposa e hijos sobre dónde me gustaría pasar mi día, sin dudarlo un momento respondí que en casa. Era domingo y no quería pasar por las incomodidades que implica salir a comer a un colapsado restaurante en donde se experimentan esperas prolongadas y generalmente un mal servicio. Así que en el candor de hogar pasé al lado de los que más me importan dicha celebración. Me di cuenta de que no se requiere de grandes cosas para estar bien. Basta con pasar un rato agradable sin celulares en la mesa, una charla amena y algunos planes de vacaciones futuras para comer y beber en familia.

2020 en mi caso pasará a la historia no solamente como el año de la pandemia, de la contracción económica, sino como el año en que quedé huérfano de madre y padre. Seis meses distaron entre la pérdida de uno y otro de mis progenitores. Por ello, 2021 ha sido el primero de muchos más por venir en que me conformo con el recuerdo de quienes me dieron la vida. Ahora que ya no están presentes en carne y hueso, es que echo mano de las imágenes, videos y la imaginación para darles vida de nuevo, para sentirlos cerca de mí.

Desconozco la razón por la que en México celebramos a papá en junio. En España el rey del hogar es festejado en marzo, coincidentemente en el día de San José (19 de marzo), esposo de María y progenitor de Jesús. En el viejo continente no se busca que caiga en domingo, puede ser entre semana ya que es un día fijo, del tipo del 10 de mayo para la mamá. Entiendo que en tierras Aztecas se planeó así debido a que el séptimo día de la semana es un día no laborable y sería más fácil para papá asistir a su festejo y no verse interrumpido por las obligaciones laborales.

¿Qué es ser padre? Es una pregunta que me surge en este día. A diferencia de la madre, quién es la que engendra, la que lleva en su vientre durante 9 meses a un feto en formación, la que posteriormente amamanta a su bebé durante años, la que tiene un vínculo natural de supervivencia, los padres no poseen esta estrecha simbiosis con sus hijos. Tradicionalmente papá es el proveedor, el que se despide temprano de casa, incluso antes de que salga el sol, el que llega a largas horas de la noche, incluso cuando ya duermen sus hijos. Pareciera que la función en el entorno del hogar es que mamá acompaña a sus hijos en las tareas, los alimenta, y papá provee de los recursos para que éstos puedan estudiar, vestir, alimentarse y recrearse. Una dupla parental funcional que se complementa. Así fue en mi casa y entiendo que así continúa siendo en la mayoría de los hogares mexicanos.

Un padre, sin duda, va más allá del proveer. Es la cabeza de la casa, es el carácter, la dedicación, la constante lucha, el ejemplo de la congruencia. Pero no debe reducirse al aspecto laboral o profesional, se excede en su actuar. Es también quien acompaña, aconseja, vela por el bienestar físico y emocional de sus retoños. Se cree que es quién transmite la seguridad y la confianza, abona pues al autoestima de los suyos. Su lugar es único e irremplazable, es el alfa y el omega (principio y el fin) de la dinastía. Su legado permanece en el tiempo, por medio del apellido paterno, éste se va heredando de generación en generación.

Hay padres racionales, que piensan y actúan desde la mente; otros son más emocionales, se conducen desde el corazón. Sea cual fuere el proceder, estoy seguro que ambos están ahí, en cada padre. Puede que no sean los más expresivos si se les compara con mamá, pero de algo estoy seguro, en el fondo, quizás muy en el fondo, se preocupan e interesan por sus vástagos aunque no lo digan.

Querido lector, si aún tienes la fortuna de conservar a papá, posees una fuente de amor y sabiduría a tu alcance. ¡Aprovéchala! Si como yo, te queda solamente el recuerdo de su paso por este mundo, te invito a que hagas un recuento de vivencias, anécdotas, consejos y demás contribuciones que legó. Trasmítelas a tus hijos, revivan juntos esos momentos de júbilo, de alegría, de esa manera permanece vivo su recuerdo. Al final del día, ¿qué sería de nosotros si no somos recordados por nuestros seres queridos?

La opinión de César Omar Ramírez de León: Empresario, maestro en psicoterapia gestalt adultos y capacitador en gestión efectiva de recursos humanos.