Vive Asientos y Tepezalá entre la pobreza y riqueza de SLIM
Aguascalientes, Marzo 28 (2017).-Contaminación, escasa vigilancia policiaca, bajos salarios, farmacodependencia y alcoholismo, es el panorama que hay en los municipios de Asientos y Tepezalá, donde reina la tristeza y la desolación más no la bonanza de la que seguramente goza el propietario de las minas, Carlos Slim.
Así describe la situación Ramón González Mares, presidente del comisariado del ejido más antiguo del Estado, el Puerto de la Concepción en el municipio de Tepezalá.
Comentó que la inseguridad que se vive en el campo se presenta en gran escala porque las comunidades están hasta cierto punto desprotegidas, ya que gran parte de los miembros de las familias tienen que salir, sea a su cabecera municipal o alguna otra ciudad en el estado, “a buscar la vida porque el campo ya no da lo que en antaño les ofrecía y dejan solas sus casas, aunque por fortuna existe la solidaridad vecinal”.
Los vecinos sin llegar al extremo de constituirse en cuerpos de autodefensa, comentó, son los encargados de vigilar domicilios, vienes vecinales o comunales y los planteles escolares ante lo muy escasos rondines que realiza la policía.
Añadió que la gente que trabaja en las minas, ya sea en Tepezalá o en Asientos, tiene que conformarse con salarios muy raquíticos a pesar de que en esta actividad está en juego la vida, pero además las minas no son la gran fuente de empleos que se esperaba, ya que los puestos de trabajo son pocos en virtud de que gran parte del trabajo se lleva a cabo con maquinaria pesada.
De tal forma que la detonación económica que se esperaba provocaría la minería, no fue tal, en todo caso lo único que se ha agudizado en la pobreza en todos los órdenes, moral, económica y ambiental, el oro es sólo para la empresa propietaria de las minas.
Pero además, el deterioro ecológico en Asientos, consecuencia de los ácidos que se utilizan para separar el metal, pronto llegará a los mantos acuíferos y a partir de ahí, se extenderá por todo el estado.
Así pues, advirtió que son muchos focos rojos sobre los cuales los gobiernos, tanto municipales como el estatal deberían de poner mucha atención.
Es necesario que los funcionarios salgan de sus oficinas, dejen sus escritorios y vayan a realizar trabajo de campo.