Vale al paraíso/Si ya saben como es, para qué lo invitaron
Mario Granados Roldán.-Subió por la escalera. Bajo por el elevador. Fue a la Luna. Regresó a la Tierra. Visitó el Cielo. Volvió al infierno. Nada detuvo su andar. Nadie contuvo su peregrinar. Hizo de todo. Para casi todos. Hasta que perdió altura. Se estrelló. Tocó piso. Se fue para no regresar jamás.
Las causas del incidente que se convirtió en mortal accidente fueron múltiples. El Piojo Herrera fue victima de sus propios excesos, empezando por el del protagonismo y siguiendo por el de la egolatría fomentada por los emblemáticos participantes de la industria del futbol mexicano: propietarios de equipos, cuerpo directivo, patrocinadores, panegiristas y fanáticos.
La gráfica de este año muestra que, en el rubro de los resultados, la tendencia de la selección nacional va a la baja, al tener una desastrosa actuación en la Copa América y una exitosa actuación en la Copa Oro, pero manchada por la generosa ayuda de los árbitros en los juegos contra Costa Rica y Panamá. Amén de partidos moleros, donde el objetivo principal fue la cosecha de millones de dólares, haciendo a un lado la rentabilidad deportiva.
De antaño, como buen chaparrito, al defenestrado entrenador le han gustado los reflectores. Disfruta la luminosidad. También la intensidad de la luz blanca.
Le recuerdo en 1993 gambeteando en las producciones de su siempre aliada Televisa, al participar en la telenovela Dos Mujeres un Camino, protagonizada por las bellas Bibi Gaytán y Laura León, y el feo Erick Estrada. En las escenas grabadas aparece al lado de la Bibi y Salvador Garcini. Su destacado papel de futbolista de la selección nacional mexicana y del Atlante, no merecieron el codiciado Oscar, desafortunadamente.
Apoyado por sus buenos gustos musicales osó participar en 1999 con la banda El Círculo, en la grabación del tema Que sube que baja, como si presagiara su futuro, el que le depararía su humillante salida de la selección mexicana.
El talento histriónico lo llevó a encumbrarse en la moco novela Siempre te amaré, repartiendo honores con Fernando Carrillo, Arturo Peniche y la guapa Laura Flores. Inexplicablemente no le fue entregado, ni siquiera, el Ariel por sus emotivas escenas en el año 2000.
El carácter provocador, rijoso y explosivo de Miguel Ernesto Herrera Aguirre —nacido el 18 marzo de 1968, en Cuautepec de Hinojosa, Hidalgo—, es tan viejo como el estadio Azteca. Sus memorables batallas en los cuadriláteros de pasto se iniciaron en el estadio León, allá por el año 1994, portando la camiseta del Atlante, cuando en plena entrevista de prensa, la interrumpió para propinarle unas soberanas patadas al aficionado provocador. La Cruz Roja auxilió con su manto benemérito al herido de tachones. La agresión al periodista Christian Martinoli fue, pues, el epilogo de su destacada trayectoria en el mundo de las trompadas y de la intolerancia.
Haciendo a un lado el objetivo principal para el cual fue contratado, El Piojo hizo de la ambición monetaria la placenta de su acaudalado bolsillo, que recibía mensualmente más de tres millones de pesos de magro salario por dirigir a Los Aguacates (negros por fuera y verdes por dentro). Siete marcas usaron su entonces buena fama para promocionar sus productos: Banamex, Movistar, Ciel, Melox, Segundamano, Amafore y el gobierno de Chiapas.
Aunque también en esa área grande se llevó su buen raspón al cuestionarse el comercial de Segundamano, porque apareció con un loro cachetes amarrillo en su hombro. El simpático animalito forma parte de las especies protegidas, según denunció la Profepa en marzo de 2014.
Al Insecto hemíptero, anopluro, de dos a tres milímetros de largo, con piel flexible, resistente y boca con tubo a manera de trompa que le sirve para chupar, llamado por los sacrificados mamíferos como El Piojo, debe reconocerse el bagaje filosófico que carga en sus hombros: “No estamos guapos, pero estamos de moda, ¿no? “.
Otras declaraciones también exhiben su paciencia franciscana y real vocabulario de la lengua mexicana: “Hay sólo un pendejo que me ataca y ya sabrán ustedes quién es, y me lo encontré y discutí con él. Ustedes no me molestan”, “Dejen de decir tonterías. No hagan chamba de media hora”, “¿Vas a seguir hablando del arbitraje? Puta madre, qué terco, cabrón. ¿Crees que si el arbitraje señala el penalti que debió haber marcado es no cuestionable eso?” (LaAfición, 28/07/15).
Además de jugador de futbol, entrenador, boxeador, publicista, filósofo, miembro de la Academia de la Lengua y condescendiente padre de su violenta hija Mishelle (La Piojita), el señor Herrera decidió incursionar por los caminos de la política al apoyar al Verde Ecologista con la publicación de los celebres tuits, el día de la jornada electoral, pero la PGR está a la caza de este piojo convertido en tucán, al formar parte de la averiguación previa 751/AP/FEPADE/2915.
El Piojo, muy dado a echarle la culpa a los demás, debió decir a los barones del futbol mexicano que lo alquilaron: “Si ya saben como soy, para qué me contrataron”.
Porque alguien tiene que escribirlo: Ante el aterrizaje de la cumplidora China Aguilera, La Purísima… Grilla (31/07/14) informó que las legisladoras del PRI pueden matarse, pero no se hacen daño: “Norma Guel, Verónica Sánchez y Lourdes Dávila se ha encargado de esparcir el rumor de que Jorge Varona Rodríguez no está nada contento por la pretensión de María de los Ángeles Aguilera, al grado de citarla en un café para recomendarle que no regrese al Congresito, enarbolando que los acuerdos internos con Carlos Lozano de la Torre ya no podrían tomarse parejo en la bancada (del PRI-PVEM) por aquello de las supuestas desavenencias del gobernador con Javier Aguilera”.
De la mejor panista convertida en la peor priista, Dávila Castañeda, no es de extrañarse, porque la intriga palaciega es una de sus virtudes en el bajo mundo de la política.
En primera instancia, la elección federal del Distrito I está anulada porque el candidato del PRI se trasladó a votar en el autobús oficial que usa el gobernador de Aguascalientes, violentando los principios de “neutralidad y de equidad” contemplados en la legislación.
¿De quién fue la infeliz idea? ¿Quién autorizó semejante barbaridad? ¿Por qué al abogado Zamarripa Delgado y demás acompañantes en el Progrebus (algunos con relucientes diplomas de jurisconsultos), se pasaron por el arco del triunfo el respeto a la ley? Goyito debió rechazar la invitación a morder la manzana envenenada, ¿qué le impidió tomar tan inteligente decisión?
¿Cómo estará el CEN del PRI por este estúpido error cometido en el aula de la escuela primaria de la política? ¿Qué dirá el primer priista del país, necesitado del mayor número de diputados aliados y de su monaguillo, el PVEM?
Los tricolores de a pie, que verdaderamente se la jugaron en el campo de batalla, están a la espera de muchas respuestas honestas por está anulación en tiempo extra.
marigra@telmexmail.com