Vale al Paraíso/Ilusión y decepción, el cuento de nunca acabar

Mario Granados Roldán.-El turbulento océano de la vida se cruza de distintas maneras. Nadando de muertito. Remando en una lancha. Asoleado en un velero. O disfrutando del boato que se tiene en un prestigiado crucero construido en Noruega. Para subir en la política mexicana, una poderosa madrina o un influyente padrino son determinantes en el puntual recorrido del calendario a esperar para llegar. Los registros anotados en el libro de las marcas dan cuenta de los tiempos alcanzados para llegar a la cima, dependiendo de la decisión tomada: unos ascienden por la cansada escalera de concreto. Otros por el rápido y lujoso elevador. Los más arriesgados prefieren practicar el alpinismo.

Por ejemplo:

El congresista Luis Fernando Muñoz López tuvo que pasar por la Secretaría Particular del gobernador Granados, la Presidencia Estatal del PRI y la titularidad de la Secretaria estatal de Desarrollo Social y de la Secretaria del Ayuntamiento de la capital. En el caso del estimado Ulises Ruiz Esparza, hizo escoleta en su partido, el PAN, luego fue regidor en el cabildo presidido por Lorena Martínez, y ahora pisa las finas alfombras del Congreso del Estado en calidad de legislador. Y la siempre querida Nora Ruvalcaba Gámez, para obtener la candidatura a gobernadora por Morena de López Obrador, tuvo que derrochar su inteligencia en el profesorado del clarión y el pizarrón, la regiduría de la Comuna de Aguascalientes, la diputación en la LX Legislatura y la dirigencia estatal de su partido.

La expanista Lourdes Dávila Castañeda saltó de la reporteada radiofónica para encumbrarse en la diputación de representación proporcional y la secretaría general estatal del PRI Aguascalientes, por disposición del horno de microondas tricolor. Anayeli Muñoz Moreno (PVEM) pasó de la locución a la diputación, previo breve transito por la jefatura de prensa de la Presidencia Municipal de Aguascalientes, en escasos dos años y meses. Y Sylvia Violeta Garfias Cedillo (PAN), uso el brincolín para caer en la diputación de mayoría relativa, desde el oficio de reportera.
Es evidente que entre el primer grupo y el segundo hay una enorme diferencia, empezando por la experiencia acumulada en el sinuoso recorrido de la política.

Pero la tradicional distribución de posiciones a cargos de elección popular se vio alterada en el campo tricolor. La coalición firmada con el PANAL, el PVEM y el PT, más la igualdad de género a observar por mandato de ley, obligó al PRI Aguascalientes a realizar movimientos entre aspirantes a una diputación, en algo así como el juego de las serpientes y escaleras.

Un caso fue el del reportero Enrique Hernández Morales, de 25 años, quien a través de un video publicado en enero de este año en su perfil personal de Facebook, informó al vecindario que “sí, quiero ser candidato del PRI a diputado local por el distrito V”.

Al mismo tiempo, aceptó que su abuelo, Agustín Morales Padilla, propietario de Hidrocálido, Aguas y Radio Universal, estaba en contra de su propuesta, y que sus tíos “tampoco están muy a favor que digamos”, porque “iban a venir estas reacciones de crítica, nos iban a decir que somos unos arrastrados, que los Morales queremos estar representados desde el estado y hacer negocio, y no, de verdad, mi abuelo está en contra de que yo me lance, en este caso estoy siendo un tanto rebelde”.

“Lo que yo quiero es ser político, es ser representante popular. Mi familia no está detrás de esto, ellos no están de acuerdo y bueno, he tomado una decisión, si se da la precandidatura, y si en su momento se da la candidatura a diputado local, voy a prescindir en todo momento de los medios de comunicación de la familia Morales, nunca van a ver una nota mía en el Hidrocálido, jamás van a ver una nota mía en el diario Aguas, y nunca me van a escuchar en alguna de las estaciones de Radio Universal, jamás van a escuchar que José Luis Morales me entreviste”, dijo Hernández Morales, quien desde hace ocho años venía laborando en las citadas empresas.

Al mes siguiente, antes de meter la mano en la tómbola del Distrito V para sacar el agraciado boletito, el reportero prefirió retirarse con dignidad, antes de que le dijeran: “Muchas gracias por participar”. En su muro de Facebook escribió el domingo 14 de febrero que “luego de tanta faramalla con mi video y esas cosas quiero avisarles a los interesados que he decidido no buscar ser diputado local por el PRI. Vi cosas que me desagradaron y decepcionaron. No es lo mismo ver los toros desde el ruedo que desde la barrera”.

Tres días después, también en redes, reveló la otra parte, la final, de la desagradable historia: “El fin de semana pasado un mensajero insinuó que era posible que la candidatura no se concretara. Orgulloso, un pecado que quizás en política no sea bueno, decidí adelantármeles y bajarme de la contienda. El argumento, la equidad de género, la realidad, cumplí mi función en un juego que hasta ahora entiendo. Ya me lo venía venir”.

Porque alguien tiene que escribirlo: Patricia Valdez Bustamante, lorenista de sangre, será candidata por el Distrito V, al que se inscribió Enrique Hernández Morales. La eficiente delegada de la Profeco en Aguascalientes en épocas recientes, llega de rebote a esa demarcación, porque inicialmente estaba listada en el Distrito XVI, pero la coalición con el PANAL, quien se finalmente quedo con ese distrito, la redireccionó a los dominios de la diputada María de los Ángeles La China Aguilera.

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