Un elefante blanco en los CERESOS @MarioMichaus

Aguascalientes, Noviembre 25 (2014).- Durante la comparecencia del Titular de la Secretaría de Infraestructura y Comunicaciones (SICOM), Miguel Ángel Romero, el diputado Mario Michaus lo cuestionó respecto a los 40 millones de pesos inutilizados en los CERESOS de Aguascalientes, esto debido a que desde agosto del 2011 el Secretario de Seguridad Pública anunció mediáticamente que la ampliación de infraestructura a los CERESOS de Aguascalientes se encontraba culminada. Sin embargo, el inmueble aparentemente sigue sin utilizarse, pues el titular de la SICOM no pudo precisar que ya estuviera en operación.

En ese espacio se presumía, que se albergarían más de 400 internos y 24 reclusas respectivamente, y con ello se abatiría la sobrepoblación en los Centros de Reeducación Social de Aguascalientes, mismos que para el 2011 eran cerca de 600, sin embargo, en notas del 2013 de Excélsior se presumía que los reos llegaban casi a los mil por lo que el costo social del letargo con que actúo la SICOM, incidió directamente en quienes se encuentran presos y se tradujo en hacinamiento. Por tanto el costo beneficio de dicha obra ha sido nulo.

Al cuestionamiento, por qué habían tardado tanto en entregar el edificio, Miguel Ángel Romero, titular de SICOM, afirmó que la demora fue producto de una serie de deficiencias en la obra. Asumió que les llevó un año detectar cuáles eran las fallas del inmueble, para concluir que eran principalmente generadas por problemas en los drenajes y filtraciones de agua, mismas que incluso deterioraron algunas cámaras de vigilancia. Sin embargo, les llevó por lo menos tres años más repararlas, así lo declaró el funcionario estatal.

Además afirmó que a la fecha no estaba enterado si ya se encontraban las instalaciones en operación, pues la conexión eléctrica corría a cargo de la Secretaría de Seguridad Pública y no estaba cierto de que estuviera ya instalada.

Por su parte el diputado Mario Michaus mostró su inconformidad no sólo por esa obra inconclusa, sino, también por la controversial Obra de la Plaza Patria, pues destacó que en ambos casos se deja ver que existe una permisividad para aprobar obras públicas carentes de estándares de calidad y los plazos largos para concluirlas, situaciones que manifestó como un mal signo en dos sentidos: el primero relacionado con los estándares de calidad en la elección de las empresas, pues se puede sospechar que más que obras bien hechas existan otros intereses detrás.

El segundo tiene que ver con que las autoridades correspondientes finquen responsabilidades ante quien resulte culpable de la mala ejecución de las obras, una situación que por lo menos públicamente no se ha dejado ver.

Para finalizar indicó que en proyectos como los antes mencionados, pero en particular con el edificio que el Srio. de Obras Públicas denominó como el 400, preocupa que las deficiencias no salgan a la luz para que la ciudadanía conozca tales detalles y que además no se responsabilicen a quienes en forma poco profesional entregan proyectos sin calidad, pues quien paga los platos rotos, no son las inmobiliarias incompetentes, o el Gobierno por sus malos procesos, sino los ciudadanos de quienes provienen los recursos y con los que buscan enmendar los errores que otros provocan.