Teletón: El lado oscuro
Tuvieron que venir los argumentos desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para venir advertir a la sociedad mexicana que el programa TELETON, tiene un lado oscuro.
Acostumbrados a su origen este programa laza ahora su campaña de marketing a buscar visitantes a sus edificios, todo parece indicar que bajo la necesidad inaplazable por cierto de dar apoyo a niñas y niños discapacitados, TELETON ha hecho un negocio redondo. Apelar a esta necesidad social, familiar e individual por años ha surtido efectos económicos para la televisora más importante de este país. Donde ha hecho rehenes al gobierno federal y a los gobiernos estatales.
Bajo este esquema millones de pesos de erario público son pasados a manos privadas, sin ningún control o rendición de cuentas, algunos “inteligentes” políticos aprovechan los días en que se recaudan públicamente y por televisión nacional para poner sus facetas de magnánimos otorgando cheques cuyos fondos provienen de las arcas públicas.
Han pasado varios años desde que surgió este programa, sin que a la fecha el Estado haya reaccionado para tener programas efectivos que se focalicen al apoyo de las niñas y niños que tienen alguna discapacidad, el Sistema DIF, hace una parte, pero es insuficiente, ya que sus objetivos han sido pensado en un Estado asistencialista, en una cara bonita del Estado. De ahí en más no existen políticas públicas que hagan frente a una enorme necesidad por atender a miles de niñas y niños con discapacidad que no distingue clases sociales.
Si usted está pensando en hacer aportaciones al TELETON, hágalo bajo una profunda reflexión, sobre todo porque apoya a un negocio redondo de una de las televisoras monopólicas de este país.
Si usted decide no aportar al TELETON, no se olvide por el amor de Dios, que existen muchas otras maneras de apoyar a las niñas y niños con discapacidad de nuestra ciudad, necesitan de su colaboración, sólo es cuestión de que busque la forma más adecuada de ayudar, sólo no deje de hacerlo. Tenga en mente, que en las actividades altruistas, que no sepa tu mano izquierda no lo que hace tu derecha.
Por: Omar Williams López Ovalle