Prepondera el individualismo pastoral en el presbiterio

Aguascalientes, Julio 07 (2014).- “Una característica problemática del presbiterio es un acentuado individualismo pastoral que merma la comunión y la eficacia pastoral en la iglesia diocesana”, manifestó el vocero oficial del III Sínodo, Juan Carlos Tostado Montes, al revelar que el tema, fue uno de los casos que se abordaron durante la tercera sesión sinodal en la sede del Seminario Diocesano.

Este individualismo agrega el religioso, se manifiesta en la falta de sentido de pertenencia al presbiterio como cuerpo colegial, así como también en la falta de visión eclesial de muchos pastores y en los planes pastorales parroquiales.

“Todavía somos muy clericales cuando se debe dar más espacio a las diversas vocaciones y ministerios laicales”, abunda.

Si decimos que una dificultad es el individualismo que se presenta de manera importante en nuestro presbiterio, entonces tenemos como desafío imperante una formación y urge una actualización permanente, que sea más profundamente arraigada en la eclesiología de la comunión. Necesitamos estrategias que desencadenen proceso que estimulen la pastoral de conjunto y la animación de la corresponsabilidad de todas las vocaciones en el cuerpo de la iglesia local, refiere el sacerdote.

Dijo que si se quieren favorecer formas de vida en común entre los presbíteros que viven y comparten las tareas pastorales en un mismo territorio; hace falta promover más la convivencia fraterna en el presbiterio en temas como la identidad y misión de los presbíteros en el ministerio de la iglesia; formación permanente de los presbíteros; espiritualidad propia del presbítero diocesano; relaciones del presbítero; la fraternidad y solidaridad sacerdotal; disciplina de los ministros ordenados; derechos y deberes del párroco y del vicario parroquial; criterios para nombramientos, destinos, traslados y distribución; sacerdotes provenientes de otras diócesis o instituciones religiosas; solidaridad del presbiterio con otras diócesis y el diacono permanente.

Remató revelando que en lo referente a la vida consagrada, aunque hay recíproca estima entre presbítero y vida consagrada, en algunos ambientes clericales de la Diócesis no se tiene en suficiente consideración la presencia y el testimonio de los consagrados; en ciertos casos se los valora desde la eficacia pastoral.

“Debemos encontrar estrategias y métodos para que la vida consagrada sea conocida y reconocida en la Diócesis por parte del clero y de los laicos”, remata.