Obispo: Legisladores católicos, obligados a votar en contra la Unión de Homosexuales

Aguascalientes, Mayo 26 (2014).- “Si todos los fieles están obligados a oponerse al reconocimiento legal de las uniones homosexuales, los políticos católicos lo están en modo especial, según la responsabilidad que les es propia”, manifestó el Obispo de la diócesis local, José María de la Torre Martín, a propósito de la unión de personas del mismo sexo que comienza aganar terreno en la entidad, mediante amparos ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Ante proyectos de ley a favor de las uniones homosexuales, señala la postura del jerarca de le religión católica, se deben tener en cuenta las siguientes indicaciones éticas; en el caso de que en una asamblea legislativa se proponga por primera vez un proyecto de ley a favor de la legalización de las uniones homexuales, el parlamentario católico tiene el deber moral de expresar clara y públicamente su desacuerdo y votar en contra el proyecto de ley.

Condecer el sufragio del propio voto a un texto legislativo tan nocivo del bien común de la sociedad es un acto gravemente inmoral. En caso de que el parlamentario católico se encuentre en presencia de una ley ya en vigor, favorable a las uniones homosexuales, debe oponerse a ella por los medios que les sean posibles, dejando pública constancia de su desacuerdo, agrega Mon Señor De la Torre Martín.

“Se trata de cumplir con el deber de dar testimonio de la verdad. Si no fuese posible abrogarla completamente, el parlamentario católico, recordando las indicaciones dadas en la encíclica evangélica, ‘puede lícitamente ofrecer su apoyo a propuestas encaminadas a limitar los daños de esa ley y disminuir así los efectos negativos en el ámbito de la cultura y de la moralidad pública”, añade el posicionamiento del religioso, el cual deja en claro que la condición es que sea clara y notoria a todos, su personal absoluta oposición a las leyes semejantes y se haya evitado el peligro del escándalo.

…Eso no significa que en esta materia una ley más restrictiva pueda ser considerada como una ley justa o siquiera aceptable, se trata de una tentativa legítima, impulsada por el deber moral, de abrogar al menos parcialmente una ley injusta cuando la abrogación total no es por el momento posible, enfatiza.

En conclusión, la Iglesia enseña que el respeto hacia las personas homosexuales no puede en modo alguno llevar a la aprobación del comportamiento homosexual ni a la legalización de la uniones de este tipo, el bien común exige que las leyes reconozcan, favorezcan y protejan la unión matrimonial como base de familia, célula primaria de la sociedad, recuerda el sacerdote.

“Reconocer legalmente las uniones homosexuales o equipararlas al matrimonio, significaría no solamente aprobar un comportamiento desviado y convertirlo en un modelo para la sociedad actual, sino también ofuscar valores fundamentales que pertenecen al patrimonio común de la humanidad”, añade.

La iglesia católica, finaliza, no puede dejar de defender tales valores, para el bien de los hombres y de toda la sociedad, el siervo de dios Juan Pablo II, en la audiencia concedida al prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, aprobó las presentes consideraciones, recordó José María, visiblemente desconcertado tras saber que la Comunidad Lésbica Gay,  seguirá promoviendo que Aguascalientes legisle a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo.