No quieren más impuestos para refrescos
Aguascalientes, Octubre 13 (2016).-La justificación de la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC), para insistir en su petición de que no haya más aumentos al consumo de las bebidas gasificadas, es que clasificar los alimentos y bebidas como buenos o malos, es perjudicial para la salud, puesto que limita la habilidad del consumidor para adoptar hábitos saludables.
Indica que expertos en alimentos solo recomiendan seguir una dieta variada, completa, suficiente y equilibrada, pero en ningún momento se indica que algún alimento o bebida sea causante de los problemas de sobrepeso y obesidad.
Ante esto, una vez más la ANPRAC da a conocer su postura de “no más impuestos al consumo” y reitera que proponer un aumento del 20 por ciento a las bebidas saborizadas va en contra del acuerdo de certidumbre tributaria del Ejecutivo Federal, a pesar de proponer una disminución de la tasa por contenido de azúcares, ya que éste solo beneficia a menos del uno por ciento.
Cabe mencionar que en México los consumidores ya –pagamos- más del 20 por ciento de impuestos por refrescos, de hecho se paga alrededor de 30 puntos porcentuales de impuestos indirectos, un 16 por ciento de IVA más un peso por litro del IEPS, y esto representa ya una carga fiscal alta.
Pero además, se hace hincapié en que el principal afectado por las medidas impositivas es el consumidor debido al aumento en precios, siendo las familias con ingresos más bajos las más perjudicadas, ya que de los más de $53 mil millones de pesos recaudados por el impuesto especial a refrescos, el 62% ha provenido de este sector de la población.
Adicionalmente, en términos de salud, a la fecha no ha sido demostrada la efectividad del impuesto especial para combatir el sobrepeso y la obesidad; a dos años y medio de su implementación en México ha disminuido menos de 10 calorías acumuladas por persona al día, lo que representa una porción insignificante de las más de 3 mil calorías diarias que componen la dieta promedio de los mexicanos, de acuerdo a la FAO.
La recomendación de aumentar impuestos para reducir el consumo de bebidas azucaradas carece de evidencia científica y contundente que demuestre la asociación entre el consumo de bebidas saborizadas con el sobrepeso, la obesidad y las enfermedades derivadas de estos padecimientos. Para que un impuesto esté justificado tiene que ser eficiente, justo y efectivo, y los impuestos a bebidas y alimentos con alto contenido calórico no ha cumplido con este criterio.