Messi gana el salario mínimo de México… cada 6 segundos
Mayo 23 (2014).- Lionel Messi no huye al reto, lo afronta. Ya son seis Mundiales y 28 años del último título del mundo de Argentina. El país sudamericano, futbolero por excelencia, tiene a Messi como la esperanza para terminar con la maldición que comenzó con una promesa incumplida.
Previo a la disputa del Mundial de 1986, la selección de Argentina entrenó en la ciudad de Tilcara en la provincia de Jujuy, la cual tiene una altitud de 2,465 metros, y ayudaría a los futbolistas a adaptarse a la altura de México.
Los pobladores platicaron a la plantilla, encabezada por Maradona, Rugeri, Valdano, Burruchaga, y dirigida por Bilardo, sobre la Virgen de Punta Corral, patrona del lugar. Los futbolistas pidieron el milagro de ganar el Mundial a cambio de una promesa: volver a Tilcara con la copa.
El equipo argentino conquistó su segundo Mundial con una tremenda actuación de Maradona. El milagro se consumó, pero la promesa se incumplió. Hasta hoy los integrantes de ese espectacular equipo albiceleste no han vuelto Las personas del Tilcara atribuyen a eso la maldición que persigue a Argentina, que tiene seis Mundiales sin trofeo: Italia 90, EU 94, Francia 98, Corea-Japón 02, Alemania 06 y Sudáfrica 2010.
En Brasil arranca el séptimo intento de la albiceleste por acabar con la sequía y, como en 86, días antes de arrancar la justa llegó una promesa. Ésta no es a una deidad, es al pueblo mismo. Se dio en Rosario, pero cimbró a toda Argentina.
El mejor jugador del mundo pasa unos días de descanso en su ciudad natal antes de integrarse con la selección para disputar su tercer Mundial. Ayer fue a desayunar con su esposa, Antonella Roccuzzo, y con su hijo, Thiago al bar Vip —que administra su familia—. Mientras jugaba con su hijo con una tablet, el delantero comió unos (cuernitos), leche y jugo de naranja.
Los presentes que se acercaron al astro para pedir autógrafos y fotografías, y él, con sencillez que atendió a todos. Una de las peticiones para estampar su firma fue una tarjeta con la imagen de la Copa del Mundo, Messi puso su autógrafo y lo acompañó de una contundente frase: “Prometo traerla”.
El jugador, bajito de estatura, tímido e introvertido, es un fenómeno con el balón. Lo ha ganado todo con el Barcelona… y va por más, pues ya firmó un contrato hasta 2018, el cual lo convierte en el futbolista mejor pagado del planeta: ganará 27 millones 431 mil 800 dólares en un año; va a percibir el salario mínimo general de México… cada seis segundos.
Este recorrido lleno de logros con su equipo, lo coloca a priori como el obligado para guiar a Argentina, con la que además tiene una deuda, pues su historia ahí no ha sido igual de laureada, quizá por eso el compromiso, quizá por eso la promesa. “Cambio el chip. Muchas veces fue al revés, iba a Barcelona y jugaba bien, esperemos que esta vez sea al revés”, declaró a la llegada a su país el pasado domingo.
Información y foto: La Razón