Liberan al padre indocumentado de la niña que conmovió al Papa
CIUDAD DEL VATICANO 29 de marzo.- La niña hispana que pidió el miércoles al papa Francisco interceder ante el presidente estadunidense Barack Obama para que frene las deportaciones, recibió ayer la noticia de la liberación de su padre, un mexicano indocumentado.
Yo estoy muy feliz porque ya voy a tener a mi papá, pero no lo creo hasta que no lo tenga conmigo. Lo creo, pero lo quiero ver de verdad”, dijo Jersey Vargas, de diez años, al conocer la noticia ayer por la tarde.
Entrevistada en la Plaza de San Pedro, Jersey aseguró con inocencia sentirse “como un líder” porque finalmente pudo hacer “una diferencia en el mundo”.
El mexicano Marío Vargas salió ayer por la noche de un centro de detenciones en Luisiana, tras pagar una fianza de cinco mil dólares.
Jersey se dijo esperanzada en la aprobación de una reforma migratoria en Estados Unidos luego de que Jorge Mario Bergoglio la escuchó el pasado miércoles durante su audiencia pública.
Hablé con el papa Francisco y le dije por favor que pare las deportaciones, ayer (jueves) se encontró con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, estoy muy feliz porque por fin ya hablaron de la reforma migratoria”, indicó.
Jersey es la tercera de cinco hermanos del matrimonio entre Marío y Lola Vargas. Ella y otros dos de sus hermanos son ciudadanos estadunidenses, mientras los otros dos tienen permisos temporales.
Sus padres llevan 14 años residiendo en el país. Desde hace más de uno el padre se encontraba en una cárcel y su deportación era inminente. La madre sostiene económicamente a la familia, que reside en la localidad de Panorama City, vendiendo tamales.
Desde hace meses su padre se fue a buscar trabajo a Tennessee, pero allí fue detenido por la policía manejando sin licencia.
“Me acuerdo que cuando comíamos había un lugar vacío donde mi papá siempre se sentaba y en la casa se sentía un vacío. Cada domingo mi
mamá hacía tamales, limpiaba los pasillos de nuestro departamento, limpiaba casas y hacía peinados, también cuidaba niños”, señaló.
“Le voy a decir que lo quiero mucho y que ya nunca me voy a separar de él. Le agradezco mucho al papa Francisco porque me escuchó y también lo invito a que venga a California para que conozca a los niños que le escribieron las cartas”, apuntó.
La niña se refería a las mil 500 cartas que una delegación de hispanos le entregó al Pontífice el miércoles pasado, durante la audiencia rutinaria.
Por su parte, Juan José Gutiérrez, coordinador de la Coalición Derechos Plenos para los Migrantes, aseguró que las organizaciones de migrantes invitarán formalmente a Bergoglio a visitar California y la Arquidiócesis de Los Ángeles, donde la mayoría de los feligreses son latinoamericanos.
Creemos que con el alto grado de compromiso demostrado por el Papa con la reforma migratoria, le va a interesar mucho ir. Él puede ser nuestro mejor aliado y el de Barack Obama para desatorar la reforma migratoria”, apuntó.
Mientras tanto, el máximo jerarca católico acudió ayer a uno de los confesionarios de la Basílica de San Pedro del Vaticano para confesarse de rodillas durante el Rito de la Reconciliación que ha oficiado en el templo, previo al cuarto domingo de Cuaresma.
El papa argentino descendió del altar de la Basílica de San Pedro, bajo el baldaquino barroco, y, tras quitarse la capa pluvial morada, símbolo de preparación cuaresmal, acudió a uno de los confesionarios de la nave central, ante el que se arrodilló.
Información: Excelsior