Las delegaciones federales convertidas en botín
Si resulta acertada la teoría del psicólogo norteamericano John Gray, de que “los hombres son de Marte y las mujeres de Venus”, entonces valdría la pena agregar al árbol genealógico de Ares —Dios olímpico de la guerra en la mitología griega—, la paternidad de los políticos y las políticas de la aldea aguascalentense.
La historia de desencuentros del exgobernador Carlos Lozano de la Torre y la exalcaldesa Lorena Martínez, es tan infinita como épica. Nunca oprimieron el botón de stop al concluir sus respectivos mandatos, donde el primero se llevaba el Gansito Marinela y la segunda recogía las migajas sin el relleno cremosito.
Ahora el botín en disputa son las delegaciones federales. Quieren colocar a los de su establo, pero antes presionan para sacar a los pertenecientes a otros ranchos, que son tratados como si fueran cucarachas del Agropecuario.
El lozanista de pura cepa, Gregorio Macías Moreno, al frente de la delegación de la STPS, logró escabullirse del escobazo lorenista, por el momento. A la versión masculina de La Rosa de Guadalupe le faltan algunos capítulos por transmitirse en el canal de desagüe.
Ernesto de Lucas Palacios, el exdelegado de la Sagarpa, estuvo más apestado que un zorrillo en el contenedor de la basura. Lorena quiso sustituirlo por la ex diputada Anayeli Muñoz Moreno, pero no pudo, por más que insistió en la trayectoria de su vocera, tan larga como la cola de un venado.
La escandalosa pelea en la arena coliseo de la ambición llega a la residencias familiares del lorenismo y del lozanismo, como si Caín y Abel no hubieran muerto hace algunos añitos.
Dos casos, son los mejores ejemplos:
Carlos tocó la puerta de su cuatacho José Calzada Rovirosa, el titular de la Sagarpa, para darle chicharrón a Ernesto de Lucas Palacio, La suerte de Raúl Landeros Bruni, el sustituto, se decidió con la equitativas reglas de los Simpsons: “De tin Marín, de do Pingüe…”. A Pilar Moreno Montoya, antes impulsado fallidamente a la delegación de la SEP, simplemente le dieron las gracias por participar en ambas promociones.
“Cuando la tucana es brava hasta los de casa muerde”, advierten en la verde selva política. Anayeli Muñoz Moreno le busca por otro lado, ahora prepara la invasión a la delegación del programa Prospera, a cargo (todavía) de José de Jesús Ortiz Macías, hijo político de Roberto Padilla Márquez, el siniestro alter ego de Lorena Martínez.
Juan Carlos Medina Mazzoco es la personificación posmoderna de Lázaro, aquel enfermo que se levantó y anduvo feliz por los caminos de Betania, acompañando en su peregrinar a Jesús, su leal médico de cabecera.
Lozano de la Torre le sacó la tarjeta roja para expulsarlo de la delegación de la Condusef. Meses después Lorena repite las palabras bíblicas y hoy despacha en la oficina regional de Nacional Financiera.
La experiencia de que las mujeres se matan pero no se hacen daño, quedó manifiesta en el caso de la lorenista Margarita Gallegos Soto, quien le propinó un fatal empujón a la lozanista Gabriela Ponce Medina, penosamente despedida en la delegación de Liconsa.
Vale al Paraíso recordar que en su calidad de alcaldesa de San Francisco de los Romo, Gallegos Soto cobró el jugosísimo salario mensual de 103 mil 786 pesos, muy superior al del entonces presidente municipal de Aguascalientes, Toño Martín del Campo.
Por razones humanitarias, a la dupla integrada por Lozano de la Torre y el senador Miguel Romo Medina, se le permitió la colonización del glorioso Instituto de las personas mayores (Inapam) en la persona del conquistador Marco Antonio López Rojas.
Octavio Cárdenas Denham se parece mucho al escurridizo róbalo importado de los mares españoles. En el primer círculo de la campaña a gobernadora de la priista, fue etiquetado de traidor. Apestado, se alejó de ese grupo para integrarse al PRD Aguascalientes, al convertirse en el asesor principal del invisible regidor capitalino Iván Alejandro Sánchez Nájera, en el trienio reciente.
Hace poco, en su calidad de hijo pródigo, regresó al seno materno para recibir la delegación de la Conagua.
En este río revuelto es posible la llegada de la veracruzana Elizabeth Morales García, por su estrecha vinculación con Lorena.
No interesa la inteligencia, experiencia y honorabilidad de los recomendados, sino importa el grosero agandalle de las 40 delegaciones federales en la lucha por el poder, al fin, Aguascalientes aguanta la disputa del gran botín y un poquito más.
El PRI estatal terminará pagando, una vez más, las consecuencias por el tóxico —cíclico e histórico— enfrentamiento del exgobernador Carlos Lozano y la exalcaldesa Lorena Martínez. Al tiempo.
Porque alguien debe de escribirlo: Ante tantas entradas y salidas, rotaciones y sustituciones, en las delegaciones federales, Juan Cambios Osorio, perdón, Juan Carlos Osorio, entrenador de la selección mexicana de futbol, pudiera ser una opción interesante para dirigir las desaseadas catafixias.
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