La crisis de nuestra economía
“El gobierno se ha convertido en el hijo adoptivo de los intereses atrincherados”: THEODORE ROOSELVELT
Ciertamente estamos inmersos en un sistema capitalista, en uno que se expresa y se defiende como la opción más viable para que el ser humano pueda abrirse camino buscar sus “sueños” y entrar en una dinámica de posesión material, bajo el contexto de un mundo en donde estamos conectados y que efectivamente nos encontramos en la era de la información, las condiciones del neoliberalismo son una inercia de la cual casi nadie en el mundo puede ser ajena y que en su mayoría muchos somos gustosos y necesitados de ella en algún sentido.
No es que el sistema entre en una postura de controversia, es decir que sea bueno a malo, él neoliberalismo tiene mucho que ver con los sistemas democráticos, Alemania es una claro ejemplo de cómo la economía social de mercado la cual es ejecutada bajo los preceptos de Ludwig Erhard, es todo un éxito y permite ventajas económicas a todos los elementos pertenecientes.
En México sucede algo que es un evidente estancamiento, la latente necesidad social de optar por actividades adicionales para generar un ingreso adicional, el cual seguramente será gastado en alguna necesidad creada por la mercadotecnia y por otro lado los constantes intentos fallidos de los distintos gobiernos por modernizar la economía, al menos así ha sido en los últimas décadas, las reformas de los ochentas y noventas entrañaron la privatización, la liberalización, el Tratado de libre Comercio, sin embargo no se logró generar un círculo virtuoso, en gran medida por la falta de una regulación por parte del gobierno, si se encontró un gran beneficio para los empresarios que se beneficiaron y del mismo modo de los funcionarios del gobierno encargados de regularlos.
“ante las demandas de la conformidad, ningún hombre puede sucumbir y permanecer libre” OSCAR WILDE.
Como bien se dice, uno de los más grandes problemas de México es la desigualdad y este sistema permite pocos límites para ello, con un aproximado de 45 millones de personas en pobreza y con la mayor curva poblacional concentrada en los jóvenes, la circunstancia se convierte en una complejidad en donde los consumidores están obligados a pagar precios abusivos por servicios básicos, víctimas de los monopolios, una característica de lo que sucede en este país es que las reglas favorecen al proveedor y no al consumidor.
Existen costos innegables, existe una caída en la competitividad, hay un freno en la innovación.
La crisis de nuestra economía se centra en la concentración de la riqueza en una clase que pone el ritmo político y manipula el mercado es distintas graduaciones, del mismo modo una sociedad que carece de educación financiera, que contantemente es víctima de la ignorancia y de una necesidad capitalista, existe la gran reflexión y una invitación para que la clase política empiece a generar equilibrios en las ganancias empresariales, en las grandes esferas, hacer un equilibrio con los ciudadanos, el reto de los políticos de construir políticas transversales que sean dinámicas y competitivas y de parte de la ciudadanía, es levantar la voz en modo propositivo y sobretodo cultivar y nutrir el intelecto, incrementar el criterio de consumo, la conciencia y el conocimiento siempre serán las herramienta más valiosas para enfrentar una crisis.