La ciencia, sus demonios y las campañas electorales / La Columna J

Roberto Ahumada

“La mayor rémora de la vida es la espera del mañana y la pérdida del día de hoy”: Séneca

Las realidades se componen de las percepciones humanas, cada tendencia, movimiento o
fenómeno que se presenta de manera social tiene una justificación científica, una asimilación poco
razonada, y una interacción de masas desmesurada.

La ciencia es un conjunto de conocimientos estructurados de manera lógica, analizados y
procesados desde la observación teniendo la argumentación explicativa de principios y la
generación de hipótesis e inferencias. Conlleva un estudio arduo y del mismo modo una
investigación delineada. Para efectos prácticos, la ciencia nos ayuda a explicar
nuestra realidad, a entender los contextos y determinar comportamientos.

Las campañas electorales en México son un fenómeno verdaderamente digno de análisis, sin duda
alguna, expresan una reseña de cómo es nuestra sociedad, poco a poco cada partido político se
aleja de sus principios de doctrina y se enfoca en un pragmatismo que le permita seguir en la
ostentación de poder, este comentario no destierra la existencia congruente de muchos políticos
que son fieles y leales a su esencia partidista.

La democracia en nuestro país tiene mucha trascendencia, pero poco desarrollo, en el común de
los denominadores el electorado expresa su voto, bajo una fundamentación arraigada en un
sentimiento de enojo y como consecuencia su modo de aplicar un castigo es en la urna. Antes ser
político era un orgullo y el actor político tenía una imagen de respeto, hoy es simple y
sencillamente una vergüenza, no obstante, las campañas políticas son la eterna oportunidad de
que una figura política logre convencer a la mayoría para obtener el poder.

La tesitura de la modernidad extiende un panorama en donde la comunicación es una herramienta
fundamental, que les permite a los políticos llegar a las mentes de los ciudadanos. La aplicación y
manipulación de encuestas genera una manipulación en la sociedad. De manera natural y
justificada por la ciencia, está más que comprobado que generamos simpatía por quien
consideramos que lleva ventaja, es ahí, cuando las tendencias comienzan a modificar el presente y
comienzan a construir el futuro, bajo líneas de conveniencia y procesos poco metódicos, pero de
gran influencia se empiezan a generar conductas y tendencias.

“Vivir en contradicción con la razón propia es el estado moral más intolerable”: Leon Tolstoi

La ciencia se convierte en un aliado para quien goza del uso de la inteligencia, pues le permite
analizar lo que está sucediendo, lo lleva a investigar y hacer pruebas, también a que experimente y
con base en eso pueda determinar estrategias, recursos y capital humano para poder conseguir el
deseo oculto de todas las personas; el poder.

Toda gloria conlleva en el dualismo de la vida un demonio que se puede traducir como su lado
opuesto, su antítesis pre existencial. Es decir, los grandes enemigos del ser humano son la
ambición, la hipocresía y la ignorancia. Por lo tanto, cuando un azas ilustrado lucra con el dominio de la ciencia y tiene interés en que la ignorancia se propague a cada rincón, los ángeles que representan al bien y el mal se concatenan.

Los egos son malos consejeros en las campañas electorales, los demonios son perfectos aliados en
tiempos de crisis, la ciencia es una herramienta de dos filos. Las lealtades son un claro ejemplo de
algo que desafía la teoría de juegos, pese que en algunas circunstancias hay poca viabilidad en un
proyecto, hay ciertas lealtades que perduran, y con razón absoluta, eso trasciende en el lapso final
del camino, ya que la política y las campañas son de momentos, pero las lealtades son eternas.

Las campañas políticas desatan los peores demonios, aquellos que son capaces de arrancarle la
vida a alguien, aquellos que son capaces de sacar las cosas más íntimas de las personas y también
intercambiar información por dádivas, la intención de la democracia se desvirtúa, incluso se
pervierte.

La ciencia tiene la retórica y los elementos lógicos para defender y justificar las acciones
desencadenadas en una campaña política, incluyendo sus demonios, no puede anticipar lo que va
a pasar, pues eso correspondería una justificación exotérica. Verdaderamente en una campaña
política puede pasar todo, no hay lógica, no hay reglas, no hay garantías, lo mas seguro es lo
inesperado y la incertidumbre.

La ciencia es el padre del conocimiento, pero las opiniones son las que engendran la ignorancia.

IN SILENTIO MEI VERBA