La Casa Redonda: Uber Sacude el Sistema del Transporte
La existencia y posible consolidación en México de la empresa Uber, pone en evidencia, por un lado el pésimo servicio público que se da a través de los taxis. Y por otro, pone en evidencia desde luego la debilidad de las instituciones.
En Madrid, el año pasado, la empresa Uber fue declarada ilegal y ya no funciona, los taxistas de la capital española establecieron una protesta por la vía del pleito jurídico en los tribunales, sin ejercer plantones, cierre de calles, en fin, sin acciones de fuerza.
Sólo que en nuestro país, la declaración de que existe una justicia pronta y expedita, sólo existe en los libros de texto de las escuelas de derecho y como letra muerta en nuestra norma constitucional, aquí no tenemos un sistema de acceso a la justicia fluido y creíble, al que se pueda acudir con toda la confianza.
Por esa razón, todas las recurrencias de justicia se tienen que plantear por la acción de facto, con el subsecuente cierre de calles, carreteras, actos de intimidación e intento de bloqueo de elecciones, porque parece ser esta la única vía de acceso a la justicia.
Es potestad del Estado concesionar y regular el servicio de transporte en la modalidad de taxi, y no que cada particular ponga a funcionar una flotilla grande o pequeña de manera alterna a las que otorga el Poder Ejecutivo, por muy viciado que se encuentre el mal servicio que se está dando a la población.
En el DF esto sucedió porque allí ante la debilidad y una enorme corrupción del gobierno, que permite que haya taxis pirata, comida pirata, ropa pirata, discos pirata, rutas pirata, etcétera, y hay un campo extenso y fértil para que se instale un servicio paralelo de taxis, como lo fue el de Uber.
Aquí en Aguascalientes, se les ha dado permiso a comerciantes ambulantes para que vendan en tianguis – y a veces en establecimientos fijos- copias de música pirata, de ropa pirata, de ropa usada; en bares y antros bebidas adulteradas, piratas pues, y hasta han dejado actuar a organizaciones sindicales pirata, todo ello contraviniendo normas jurídicas civiles, mercantiles, fiscales, laborales y sanitarias vigentes, pero que a los ojos de la sociedad parecen actividades normales, porque se hace el comercio a la vista de todos.
La respuesta de la autoridad cuando se protesta o se denuncia, ha sido de mucha timidez, porque nunca intervienen o lo hacen acotados y dejan correr los episodios, entonces se observa una gran impunidad, corrupción, valemadrismo y omisión en el actuar de las autoridades. No se trataría que estemos pidiendo la represión, pero si dando un cauce institucional a las respuestas del Estado.
Hay voces a favor y en contra, que han alertado de la presencia de un servicio que presta una empresa de nombre Uber, y que se reconoce más eficiente, de mejor calidad y superior al que actualmente dan los servicios de transporte concesionado de taxis, entonces las autoridades en lugar de sólo limitar el acceso de Uber, deben enfocar sus acciones a facilitar el diseño de un sistema igual o mejor al que presta esa empresa.
Y obligar a los detentadores de las concesiones a organizarse de otra manera, y a mejorar la prestación del servicio a través de nuevas reglas y disposiciones, que desde luego vayan acorde con esta nueva forma de diseño al transporte de personas en taxis. O si no fuera posible, contemplar la posibilidad de abrir la competencia.