Indispensable la revisión médica de los políticos / Vale al Paraíso

El domingo 1 de julio, México vivirá la madre de todas las batallas electorales, la más grande de su historia, porque están en juego 18 mil 311 cargos. Si consideramos cuatro aspirantes por cada cargo, en esa danza están participando 72 mil candidatos, que bien pudieran llenar el mundialista estadio Luzhniki de Moscú; de ese tamaño es el enjambre microbiano.

El padrón electoral es de 90 millones. El INE estima la participación ciudadana del 70 por ciento en la jornada electoral. Es decir, 63 millones de votantes desfilarán en las urnas. De ese total, la mayoría triunfadora contratará al próximo presidente de la República.

La decisión es vital para el presente y futuro de 120 millones de habitantes, aunque muy pocos han considerado la salud de los cuatro candidatos presidenciales, a diferencia de los equipos de futbol que antes de fichar a un jugador indagan su estado físico y mental.

Los gobernantes están sometidos presiones intensas y tensiones inmensas.

Todas las partes de su cuerpo trabajan a marchas forzadas, a ritmo acelerado.

La estabilidad emocional se mueve más que un cayuco en el mar. El sistema nervioso está sometido al temascal de la grave responsabilidad. Las buenas intenciones se enfrentan a la cruda realidad. La cabeza fría, el corazón ardiente y carácter forjado en la sabana del poder, consumen millones de neuronas diariamente.

Mire usted el caso de Mariano Rajoy, quien encabezó el Gobierno español durante más de seis años, hasta que fue destituido este viernes por el Congreso de los Diputados, tras realizarse un proceso en su contra por estar involucrado en presuntos casos de corrupción del Partido Popular, su partido.

Durante su mandato turbulento, Rajoy dejó escapar memorables pifias en el púlpito de la oratoria, dignas de la mejor carcajada de los españoles: En febrero de 2011, meses antes de llegar a ser presidente del gobierno, se quedó mudo en un programa televisivo donde contestaba a la audiencia.

Después de la prolongada pausa se disculpó: "Me ha pasado una cosa verdaderamente notable, que lo he escrito aquí y no entiendo mi letra". "Lo que nosotros hemos hecho, cosa que no hizo usted, es engañar a la gente", soltó Rajoy a Pedro Sánchez —hoy presidente del Gobierno español—, en el Congreso de los Diputados en 2016.

Otto Granados escribió hace lejanos cinco años La psique de los políticos, donde abordó el tema de la salud, generalmente reservado por los hombres públicos. El análisis parte del estudio de un psiquiatra nacido en Austria que emigró a Estados Unidos a mediados del siglo XX y murió a los 102 años, Arnold Hutschnecker, quien recomendó “(Los políticos) deberían ser sometidos de antemano a chequeos exhaustivos por parte de médicos y psiquiatras para
garantizar que los más brillantes sean también los más sanos mental y moralmente”.

OG agrega: De haberle hecho caso, muchas naciones, la nuestra incluida, se habrían evitado muchas desventuras.

Las ciencias sociales en México han sido omisas, por ejemplo, en examinar a los presidentes desde un punto de vista psicológico. Rara vez se habla de sus traumas biográficos, entre otras razones porque, supongo, se juzga impúdico entrar a esos terrenos o porque nuestros historiadores no están calificados para manejar este tipo de categoría analítica o porque los medios son más propensos al impresionismo.

Pero explorar los resortes psicológicos —personales, sociales, familiares— de los políticos debiera ser casi una asignatura obligatoria para elaborar expectativas, saber cómo negociar con ellos, cómo crear una estructura de incentivos tal que los lleve a tomar unas decisiones y no otras, y qué tanta estabilidad poseen para gobernar. (La Razón, 12/06/2013).

Algún día, por el bien de la humanidad, funcionarán las clínicas de medicina política, muy parecidas a las clínicas de la medicina deportiva. Ojalá.

Porque alguien debe de escribirlo: En el Congreso del Estado de Aguascalientes, el matrimonio de Roberto Padilla Márquez y Citlalli Rodríguez González —lugartenientes de la candidata Lorena Martínez—, tiene
secuestrada una curul que van alternado.

El señor ha sido diputado en tres legislaturas: 52, 1983-1986, de mayoría relativa; 58, 2001-2003, de plurinominal; y 60, 2007-2010, de plurinominal.

La señora ha formado parte de dos legislaturas: 61, 2010-2013, de mayoría relativa; y 63, 2016-2018, de plurinominal. El saldo es muy favorable para el consorcio: cinco legislaturas, tres por la vía de la representación proporcional (60%) y sólo dos por el camino de la mayoría relativa (40%).

Pero en esta elección, los hacendados están al borde de la quiebra. Las estrellas se alinean con Paloma Amézquita Carreón, candidata del PAN, para derrotar a Rodríguez González, candidata del PRI, en el distrito 13 local, y acabar con el descarado cacicazgo del matrimonio tricolor.

En lugar de jugarle las contras al candidato a diputado local del PRI en Jesús María (distrito 07), a través de su títere José Guadalupe Horta Pérez, Padilla Márquez debería concentrarse en el distrito 13, la demarcación en llamas para él y su mujer. La justicia divina no perdona traiciones, perversidades y arreglos inmorales con los adversarios.

marigra1954@gmail.com