Gula política / Vale al Paraíso
Sin algún fundamento sólido, los mexicanos supusieron (indebidamente) que con la abolición del viejo régimen y la instauración de la alternancia, la calidad de vida llegaría por añadidura. Los empleos sobrarían. El salario se elevaría a niveles dignos. La gasolina, el gas doméstico y la electricidad costarían poco. Sobraría el dinero. Y todo sería felicidad terrenal. Pero no fue así: la democracia da otros satisfactores, nunca resuelve los problemas económicos de la sociedad.
El aterrizaje de la equidad de género vive momentos parecidos en la parroquia aguascalentense, al considerársele como un detergente que vendría a limpiar los pisos de la política ensuciados por los hombres, pero la percepción es errónea, a juzgar por el comportamiento de dos mujeres priistas de alta estirpe, María de los Ángeles La China Aguilera Ramírez y Dennis Ibarra Rangel.
Pareciera que estas féminas juegan a la comidita elaborada con sus diminutos utensilios y sus pequeñas manos, en tiempos de niñez. Quizá la juvenil destreza mostrada al saltar la cuerda, ahora se manifiesta en sus ambiciones por brincar alocadamente de un lugar a otro, como si fueran avezadas Chapulinas del Cirque du Soleil. Tal vez las privaciones alimenticias de antaño, a fin de conservar la buena figura, se reflejan inconscientemente en sus afanes por hacer de la gula política su pecado capital preferido: todavía no se terminan las enchiladas con pollo al Estilo Aguascalientes y ya están ordenando un plato grande de pozole con carne de cerdo y el postre que coronará la gran comilona.
La China Aguilera avienta el mandato constitucional otorgado por la ciudadanía en las urnas hasta 2016, y se lanza a la aventura desde el trapecio del incontrolable apetito, al registrarse como precandidata a la diputación federal por el II Distrito, para hacerle la guerra a Dennis Ibarra y al operador de ésta, Paco Chávez, el director del IEA, por frescos agravios. Los tambores de guerra suenan en los corazones de estas dos locatarias de La Lagunilla local.
En su calidad de fedatario periodístico, Matías Lozano narra el controvertido registro de Aguilera Ramírez, que insiste en desconocer sus genes panistas y la estrecha cercanía con el entonces gobernador Luis Armando Reynoso, su apreciado patrón en otros tiempos: “El siguiente en el orden oficial era Gustavo Granados Corzo, pero todavía no desalojaba Dennis (Ibarra), cuando se apareció la diputada María de los Ángeles Aguilera, acompañada sólo de su esposo e hijos; subió a la planta alta del edificio, buscó a Paco Guel y le hizo reclamos en forma airada, luego se le dio paso para solicitar su registro. Ella no estaba en el programa, de hecho se le hacía participando en la sesión legislativa, y se aseguraba que no solicitó licencia al Congreso del Estado para participar en la contienda…
El acuerdo del CEN del PRI con los comités estatales es que no participen diputados ni alcaldes en funciones: con base en ello, la irrupción de La China Aguilera en “rebeldía” le garantiza un dictamen negativo por parte del Órgano Auxiliar de la Comisión Nacional de Procesos Internos, que integran Alejandro Ponce Larrinúa, Mario Luis Ruelas Olvera, José Alfredo González González, Verónica Sánchez Alejandré y Luis Gonzalo Esparza, o, lo que es lo mismo, su descalificación en el proceso, a menos que como “consumidora”, la salve quien ha mostrado mucho interés en su participación, Lorena Martínez Rodríguez…
Los actores políticos juzgan la inesperada acción de La China como un mero berrinche, ya que según trascendió, no llevó todos los documentos exigidos, y no fue sino hasta más tarde, que envió el complemento con un “propio”’;… (www.cortandoporlozano.com, 23/01/2015).
A su vez, Dennis Ibarra Rangel decide, también, asumir el papel protagónico de Chapulina, al registrarse inicialmente como precandidata en el III Distrito, para después renunciar a sus pretensiones, sacarles la lengua y pintarles un violín a los habitantes de ese distrito, antes de largarse al II Distrito para inscribirse en la lista de suspirantes.
La designación en el Distrito II se le complica demasiado al PRI. La pugna femenil originará resultados negativos en la elección constitucional. Las heridas tardarán en cicatrizar. El cúmulo de adversarios que han hecho las damas, durante sus respectivas carreras políticas y burocráticas, estará presto para consumar la esperada revancha con sabor a miel.
Para eso y un poquito más utilizan las mujeres la paridad de género en el PRI Aguascalientes, tan ausente de seriedad, responsabilidad, madurez y profesionalismo de sus encumbradas políticas, hoy enamoradas de los achaques del viejo régimen, el moro caído en 2000.
Muy atrás quedó la elegancia pública y privada de Carmelita Martín del Campo, la primera mujer alcaldesa en el país, ejemplo acrisolado de eficacia, honorabilidad, respeto e institucionalidad en las filas priistas.
Es momento de que la Cámara de Diputados federal apruebe una Ley de Peligrosidad Política, para sancionar a los impresentables hombres y mujeres dedicados al quehacer público, hoy desprovisto de principios éticos y valores morales.
Porque alguien debe de escribirlo: El bochornoso espectáculo de las tricolores en Aguascalientes es financiado por el bolsillo del generoso contribuyente, que desembolsa 32 mil 24 millones de pesos para los comicios electorales de este año. La reelección de los futuros ganadores está a la vista, no lo olvide.
Una mentada de madre y el gasto ofensivo es lo mismo en un país de más de 50 millones de mexicanos en pobreza.
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