Grave el daño al núcleo familiar: CEM

Aguascalientes, Marzo 31 (2014).- La Iglesia Católica a través de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), manifiesta su preocupación luego del alarmante deterioro del entorno en el que viven las familias mexicanas, fenómeno que tiene ocupado al Consejo Mexicano de la Familia (CONFAMILIA), el cual muestra su malestar ante el crecimiento avasallador de un ambiente  contrario a la necesidades y valores fundamentales.

“Amenaza no solo con anular los posibles beneficios de las reformas estructurales, sino con gravar el daño ya causado al núcleo familiar, México muestra síntomas evidentes de una sociedad en estado de descomposición avanzado; que puede confirmarse por indicadores que lo ubican en múltiples vergonzosos primeros lugares a nivel internacional”, señala la CEM.

Las tendencias, agrega un manifiesto a propósito del Día de la Familia, muestran un retroceso que avance en la calidad del entorno que rodea a las familias, provocando una caída generalizada en el bienestar humano y social. Lo anterior, es el resultado de la ausencia de suficientes y eficientes leyes, acciones y políticas públicas que protejan y fortalezcan a la familia; y de una nula o pobre aplicación de las que hay, agrega.

Esa ineficiencia, acusa el mensaje, es en buena medida producto de la falta de diagnósticos integrales que orienten la política pública y el quehacer legislativo hacia las necesidades reales de la población, lo cual ha provocado que la familia mexicana este desprotegida y sea agredida por el mismo entorno social en el que viven y crecen nuestros hijos.

El Consejo Mexicano de la Familia, propone soluciones inmediatas como el colocar a la familia en el centro de la toma de decisiones de todos los sectores de la nación, priorizar la implementación a plenitud de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y que los tres Poderes de la Unión, implementen medidas pro-familia en los temas prioritarios del entorno que están afectado la dignidad e integridad del individuo.

La Comisión Episcopal para la Familia, recrimina además que en el terreno de la vida, México se encuentra en un momento preocupante ya que por un lado los cambios legislativos protegen menos a la vida humana, por otro lado, personas u organizaciones promueven el permisivismo sexual con la falsa esperanza de que el preservativo o el recurso a la ‘píldora del día después’, proporcionen una práctica “segura” del sexo.

No menor preocupación suscitan temas (aborto) que pueden llegar a distorsionar o al menos anestesiar las conciencias “hay quienes sostienen que el aborto es un –derecho- o conquista en nombre de la mujer; como también que el débil gemido o llanto del recién nacido, se descarga totalmente a la protección de la mujer, que sometida a fuertes presiones, se ve obligada a ceder al aborto”.

Tenemos que denunciar la expansión de una verdadera “cultura de la muerte”, o sea, una visión del ser humano que deja sin fundamento los derechos inviolables y diluye en la conciencia social, el valor de la vida y la dignidad de la persona. “El homicida no es solo el que da muerte física a otra persona, al homicidio se equipara moralmente el que desprecia o insulta, ignora, es como darle muerte al corazón”.

Nos encontramos en un verdadero desafío cultural, un cambio sin precedentes en el corazón y en la conciencia de nuestras familias y de la sociedad, este desafío requiere una respuesta a distintos niveles, por todo lo anterior, el Obispo de Tehuacán, Rodrigo Aguilar, señala “dios quiera que en tiempo de cuaresma, tiempo de renovación y conversión, nos ayude a renovar nuestro propio compromiso por la vida”.