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Empezó el fandango de la cuarta transformación / Vale al Paraíso

A partir del martes 3 de julio, el candidato triunfador, Andrés Manuel López Obrador, asume el papel del mejor artesano de los llamativos fuegos pirotécnicos elaborados en el Estado de México, donde se hacen verdaderas
obras de arte; no espera la declaratoria de presidente electo, a entregarse próximamente, al fin, Dios ayuda al que madruga.

Al sexenio 2018-2024 se le anticipan cinco meses. Estallan nuevamente en el firmamento de México las multicolores promesas de campaña para iluminar la esperanza prometida y darle vuelo al estridente cambio ofrecido, como lo están haciendo las bengalas lanzadas por doña Olga Sánchez Cordero, nominada a la Secretaría de Gobernación, que con sus declaraciones materializa el lado izquierdo del evangelio morenita e inquieta a las buenas conciencias de la ultra derecha, seguramente dispuesta a combatirlas.

La exministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) promoverá en todo el país la Ley de Voluntad Anticipada que contempla una muerte digna para un enfermo en estado terminal; la interrupción del embarazo hasta las 12 semanas; la siembra y el uso lúdico de la marihuana; y el cultivo de la amapola —base para la elaboración de la heroína—, a fin de comercializarla con las empresas farmacéuticas.

Pero además, dos documentos mueven el avispero burocrático: En el sitio oficial de AMLO aparece el Boletín 2018-006, del reciente miércoles 11, donde se informa que en conferencia de prensa el tabasqueño anunció las 12 “posibles” reformas al marco legal” para llevar a cabo la cuarta revolución, perdón, la “cuarta transformación” del país.

Días después, el domingo 15, el citado portal subió un video donde el candidato triunfador da a conocer los “50 Lineamientos Generales para el Combate a la Corrupción y Política de Austeridad Republicana”. Destaca la reducción progresiva de los sueldos de los altos funcionarios públicos, empezado por los que ganen más de un millón de pesos anuales.

Ya saben quién recibirá mensualmente 108 mil pesos netos, mientras el presidente Enrique Peña Nieto percibe 142 mil pesos netos, aunque AMLO enfatizó que de acuerdo con la información que le entregó su nominado para Hacienda, Carlos Urzúa Macías, "el presidente Peña está recibiendo 270 mil pesos mensuales", pero no es así, a juzgar por la información publicada en el portal de Obligaciones de Transparencia del INAI, mostrada al final de esta colaboración; en síntesis, la disminución salarial será del 22.5 por ciento y no del 50 por ciento —71 mil pesos—, prometida durante campaña presidencial.

AMLO enviará al Congreso una iniciativa de reforma al artículo 127 constitucional para que la tijera salarial sea de “aplicación universal”: ningún funcionario podrá ganar más que el presidente de la República.

La medida les parecerá inadmisible. Quizás una marihuanada. A varios alcaldes sinvergüenzas del estado de Aguascalientes: por ejemplo, a Juan Manuel Villalpando Adame, de Cosío con 17 mil habitantes, que recibe mensualmente 86 mil pesos; a Adán Valdivia López, de Calvillo con 59 mil habitantes, que obtiene 96 mil pesos; y a Iraís Martínez de la Cruz, de San Pancho con 50 mil habitantes, que se lleva 108 mil pesos.

Por el contrario, a la moderada alcaldesa María Teresa Jiménez Esquivel, de Aguascalientes con 900 mil de habitantes, la Secretaría de Finanzas municipal le deposita 72 mil pesos al mes a su cuenta de nómina Banorte.

Para no quedarse atrás, cada ministro de la SCJN recibe un salario base mensual de 651 mil 741 pesos y demás remuneraciones “necesarias para otorgar resoluciones independientes”, según manifestó su presidente Luis María Aguilar; en buen romance, a mayor salario menos corrupción e injusticia.

Y Ximena Altamirano, secretaria particular del presidente del INEGI, no canta mal las rancheras, al recibir un sueldo de 150 mil pesos al mes.

Bajar el estipendio funcionarios se aplaude sonoramente, pero luego surgen los peros del Grinch en pleno verano: Dónde se localizarán los 6 mil 473 altos funcionarios —desde secretarios hasta directores generales adjuntos, con salarios que fluctúan de los 93 mil a los 211 pesos mensuales, actualmente— de alta densidad profesional, manos limpias y uñas recortadas, que obtendrán menos de 90 mil pesos por trabajar en secretarías vitales, como son la de Gobernación, Hacienda, Relaciones Exteriores, Educación Pública, Comunicaciones y Transportes, Seguridad Pública y Economía; o el Banco de México, la Cofetel, el INAI, el INEGI, y otros organismos autónomos, descentralizados o desconcentrados; o los ministros, magistrados y demás apóstoles de la impartición de justicia.

Las iniciativas de AMLO y parlamentarios morenos, deberán omitir los famosos artículos transitorios, las socorridas excepciones y la muy utilizada letra chiquita, para simular la cuarta transformación, porque como dijo López Obrador durante su campaña: “cambio es cambio”, a menos que quiera acabarse el bono de credibilidad en un abrir y cerrar de ojos.

Esperemos la formalización de las propuestas, el debate generado por la muy disminuida oposición en el Congreso de la Unión, y la suficiente claridad y rigor en el nuevo andamiaje jurídico, producto de la cuarta transformación, exenta de extremos perniciosos.

Porque alguien debe de escribirlo: Hasta la próxima.

marigra1954@gmail.com