‘El PAN se olvidó 12 años de su militancia’: Laura Rojas, senadora panista

Ciudad de México, Abril 19 (2014).- En los doce años que estuvo en la Presidencia, el Partido Acción Nacional (PAN) se empeñó en las tareas de gobierno y olvidó a sus militantes, dejó de formar cuadros y sus decisiones estuvieron sometidas al Presidente de la República, en particular a Felipe Calderón Hinojosa.

Éste es el razonamiento de la senadora Laura Rojas, quien sostuvo que, en particular, durante el sexenio pasado, los órganos directivos del partido decidían conforme lo dictaba el primer mandatario, y ello fue una de las causas de que el PAN se plegara más al gobierno federal en lugar de a la militante de a pie.

“El Consejo Nacional perdió su capacidad deliberativa durante los años de gobierno y especialmente durante el último sexenio; ahí en el consejo se dejó de debatir porque había una línea, que era la del Presidente de la República, y todo mundo se callaba porque la mayoría de los consejeros, pues, trabajaba en el gobierno federal”, comentó.

En entrevista con Excélsior, la también recién electa consejera nacional para el periodo 2014-2016, expuso que en los últimos doce años, la principal pérdida que tuvo el partido fue la de militantes jóvenes, pues optó por apuntalar al gobierno en lugar de ganar nuevos adeptos.

La legisladora, que está integrada a la “campaña de tierra”, de Gustavo Madero, en el Estado de México, indicó que el reto del PAN, una vez que regresó a la oposición, es revalorar al militante, y prueba de ello es que por primera vez en 74 años de historia del partido, las bases elegirán a sus dirigentes.

Llamó a elevar el nivel de debate en la actual contienda por la dirigencia de Acción Nacional, en particular evitar los ataques y las campañas negras promovidas, dijo, por Ernesto Cordero, y puntualizó que el PAN no puede convertirse en un partido de facciones, pues ante todo los une la doctrina, la ideología y el bien común.

Laura Rojas señaló que después de las elecciones del 18 de mayo, el partido asumirá una nueva correlación de fuerzas, donde si bien habrá un nuevo dirigente, el nuevo Consejo Nacional “tendrá más poder que los demás”, pues asumirá nuevas facultades, a través de una nueva figura política a su interior, denominada “Comisión Permanente”.

—¿Hacia dónde debe transitar el PAN a partir de la actual campaña y luego de la elección de su próximo dirigente nacional el 18 de mayo?

—Creo que el partido debe centrarse en las propuestas para mejorar al partido, en cómo hacer que las estructuras municipales funcionen mejor, sean más eficientes, en cómo poder conquistar nuevamente a los jóvenes. En épocas anteriores, el PAN era un partido de jóvenes. En la época en que yo entré era un partido que llamaba a los jóvenes, porque era un partido que estaba en contra del régimen, porque era un partido que tenía banderas mucho más claras y mucho más ciudadanas. En cómo profesionalizar nuestros gobiernos, sobre todo, a nivel local, municipal, estatal, en cómo seguir formando cuadros especializados, técnicos de altísimo nivel, como los que requiere la administración pública federal, porque yo estoy segura que vamos a volver a gobernar este país.

“El PAN dejó durante 12 años de concentrarse en la formación de cuadros, en abanderar las causas ciudadanas y en estar cerca de la gente, y hay que reconocerlo, pues por estar concentrado en las tareas de gobierno, eso nos sucedió. Y hoy día necesitamos un dirigente nacional que pueda volver a concentrarse en eso: en fortalecer al partido, a sus militantes, a las autoridades que mandan en el partido para volver a estar en condiciones de gobernar y yo creo que en eso se debería estar centrando la campaña y no sólo en la denostación, como se ve en la campaña de Ernesto Cordero.”

—Usted fue electa para el nuevo Consejo Nacional del PAN, ¿cuál será el reto de este órgano que acompañará en su gestión al nuevo dirigente del partido?

—Me parece que el reto de un Consejo Nacional, cuya naturaleza es distinta por la forma de la elección, es representar a la militancia. O sea, tenemos un mandato distinto que en los anteriores consejos. Yo ya fui dos veces antes y hoy siento mucho más el peso de la representación de la militancia. El poder regresar y decirle al militante que votó por nosotros lo que hicimos.

“Por otro lado, creo que este órgano colegiado, como conjunto, tiene el enorme reto de regresarle al consejo su capacidad deliberativa, su capacidad de debate, su capacidad de discusión sobre los grandes temas que se tienen que discutir en el partido.

“Por ejemplo, la discusión del Pacto por México, que no fue una decisión de Gustavo Madero sino del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y donde Ernesto Cordero era miembro del comité y como todos los demás votaron en favor y luego la discusión se llevó al consejo. Esa discusión pudo haber sido mucho más profunda, mucho más amplia, porque era de verdadera trascendencia. El consejo perdió su capacidad deliberativa durante los años de gobierno y especialmente durante el último sexenio. Ahí en el consejo se dejó de debatir porque había una línea que era la del Presidente de la República y todo mundo se callaba porque la mayoría de los consejeros trabajaba en el gobierno federal. Me parece que ése es el principal reto: regresar a que el Consejo Nacional sea lo que siempre fue, este órgano deliberativo, de reflexión, de orientación, de rumbo sobre las decisiones políticas más trascendentes que tiene que tomar el PAN y eso pasa, sin duda por reflexionar y redimensionar nuestra relación con el gobierno en un momento en que el presidente Enrique Peña Nieto tiene la calificación más baja desde Ernesto Zedillo.”

—A raíz de la reforma de los estatutos del PAN, ¿este nuevo Consejo Nacional tendría más poder dentro del partido que el propio dirigente nacional, considerando que funciones que antes eran del CEN ahora serán del consejo?

—Creo que en la práctica lo vamos a ver. Es un esquema inédito en el partido y sí creo que este consejo tiene más poder que los demás. Sin duda, partiendo del principio de representación: fuimos electos, eso nos da mucha más fuerza a los consejeros, mucho más poder y por supuesto la capacidad de elegir a lo que va a sustituir al CEN, la Comisión Permanente, en efecto, le da un poder que antes no tenía el consejo.

—¿La actual campaña por la dirigencia del partido, no está fracturando al PAN?

—Todos los panistas, independientemente de la campaña en que estemos, sí estamos apoyando a Ernesto Cordero o Gustavo Madero, lo importante es reconocernos como lo que somos, somos partidarios de una misma causa, somos gente que nos reconocemos en principios, en ideales, en historia y que es una obligación, no sólo un buen deseo y un anhelo, construir la unidad después del 18 de mayo para seguir trabajando por México.

—Senadora, ¿qué papel juega usted en la campaña de Gustavo Madero por la dirigencia del PAN?

—Yo soy una de las coordinadoras de la campaña, en tierra, para el Estado de México, en la cual llevamos el mensaje de Madero a cada uno de los militantes del PAN, para eso nos organizamos en municipios y hacemos reuniones para hacer llegar el mensaje, tocar puertas, llamadas de teléfonos, correos electrónicos, la actividad en redes sociales, en fin, todo lo que es el mensaje sin el candidato.

—La actual campaña del PAN es interna, pero también trasciende en la opinión pública en general, ¿usted lo ve así?

—Sí, es del interés público porque somos instituciones públicas y lo que pase aquí repercute tarde o temprano en la vida del país. Si el PAN hoy deja de hacer su trabajo como oposición, como fiscalizador del gobierno, como contrapeso en las cámaras a nivel federal, estatal y municipal, eso va en perjuicio del país, aunque, por ahora, estas campañas van dirigidas a los militantes del PAN, que hoy por primera vez en 74 años van a poder elegir al jefe nacional del partido, por eso es un proceso nacional histórico y la elección del dirigente del partido ha dejado de ser un acto cupular para ser una decisión del militante de a pie, del militante común y en eso radica, me parece, el valor de este proceso.

Información: Excelsior