El debate en el proceso educativo / La columna J

               

Estimado lector de este reconocido medio alchileaguascalientes.com, con el gusto de saludarle como cada semana, aprovecho está ocasión para expresarle la importancia del pensamiento crítico en los procesos educativos. El acto de debatir y el uso de la oratoria permite crear en el aula un ambiente de compromiso, procura la generación de equipos y una competencia sana, que contribuye a transferir la responsabilidad del aprendizaje al alumnado, pasando de un enfoque pasivo a otro más activo Snider y Schnurer (2002). Según Berdine (1987) “los estudiantes valoran el aprender participando en lugar de aprender siendo enseñados y recibiendo información pasivamente”. Como refiere un estudiante de 4º de Tecnológico Universitario, de la carrera de derecho “en    muchas clases, permaneces sentado callado esperando que el profesor te enseñe. 

Participar y tomar postura en los debates me ha dado la oportunidad de interactuar con el tema y de aprender de mis compañeros”. Bauer y Wachowiak (1977) dos docentes que enseñaban dos secciones separadas de un mismo curso en la misma universidad, Introducción a la Personalidad, decidieron trabajar juntos para mantener siete debates. 

Cada debate se celebraría dos veces, uno en cada una de las secciones de Bauer y Wachowiak, la dinámica estaba diseñada para crear valores agregados en el campo de la enseñanza. Cada debate consistía en dos equipos, uno de la clase de Bauer, formado por él mismo y un estudiante de su clase, y otro de la clase de Wachowiak, formado por él mismo y un estudiante de su clase. Los docentes tuvieron la sensación de que la “oportunidad de presenciar los intercambios verbales entre sus profesores era novedoso y aumentó el interés de los estudiantes y agudizó sus habilidades de pensamiento crítico”. Es decir, llevo a los alumnos a tener la iniciativa por tener un aprendizaje significativo.

En la misma línea, Dundes (2001) identificó que sus estudiantes del curso de Justicia Criminal en el Western Maryland College, que raramente participaban en clase, participaban más activamente durante los debates. Sin duda alguna se genera un interés adicional, el dinamismo refiere mayor interacción para el proceso de aprendizaje.

De lo anterior se desprende que el alumnado está más comprometido cuando el cuadro docente utiliza estrategias que estimulan su participación activa. Bonwell y Eison definen aprendizaje activo como “cualquier cosa que implica a los estudiantes a hacer cosas y pensar sobre lo que están haciendo”. Antes del debate, es menester tener una reseña el arte de expresarse, la oratoria ayuda de manera trascendental en la expresión adecuada de un debate, en cual se utilizan las competencias argumentativas.

En esta tesitura, Meyers y Jones (1993) definen el aprendizaje activo como cualquier cosa que “proporciona oportunidades para que los estudiantes hablen y escuchen, lean, escriban y reflejen como enfocan el contenido del curso”. En la medida que involucras a los alumnos ellos concluyen que los otros estudiantes aprenden mejor cuando aplican lo que han aprendido y que los docentes deben de utilizar una extensa variedad de estrategias pedagógicas, dado que los estudiantes aprenden de modos muy distintos. Carini, Kuh y Klein (2006) afirman que el compromiso de los estudiantes está muy ligado con el pensamiento crítico y el resultado que obtienen en los exámenes.

Lewin y Wakefield (1983) daban clase en un curso de psicología en el California State College donde debatían entre ellos durante la clase, para exponer a los estudiantes los dos puntos de vista expresado de un tema en particular, en México y Aguascalientes es poco común presenciar este tipo de actividades.

Los docentes concluyeron que “aunque ambos habían transmitido un material similar en el pasado, los debates forzaron a los alumnos a re-leer y re-pensar la postura a favor y en contra de un modo más profundo de lo que hubiera sido necesario si hubiéramos repetido el material del temario” de manera particular identificaron las competencias argumentativas en cada uno de ellos. Al igual que estos docentes necesitaron preparar más intensamente sus clases, los estudiantes necesitan dominar el contenido cuando se preparan para un debate (Parcher, 1998). ¿Acaso estas referencias son la descripción del sistema educativo mexicano?, considero que es necesario comenzar a trabajar en la mente factura y no en la mano factura. Debatir coadyuba a los estudiantes a analizar la información, pero sobre todo a expresar y estructurar pensamientos críticos. Estimado lector queda pocas semanas de este año, es menester aprovechar el tiempo.

In silentio mei verba, la palabras es poder.

Roberto Valdés Ahumada.