¿Democracia sin diálogo? / Ruelas

Aguascalientes, Diciembre 31 (2024).- Al término de 2024, gracias a José Luis Morales director de HIDROCÁLIDO.

Este año nos deja una ingeniería social dañada. Las instituciones garantes de derechos y de obligaciones fueron arrasadas por el odio y la sinrazón. La impartición de justicia no es representativa es aplicativa, pera ello se requiere capacidad, talento, formación, ética, desempeño y NORMAS. Se canceló la sociedad de la transparencia, quedó secuestrada la vigilancia firme y el control institucional. Los latrocinios se volvieron invisibles, se encendió el motor de la impunidad: “…queda reservada la información que reclama la sociedad por X años…”. Ahora las instituciones gobernadas por una primera minoría serán juez y parte. Primero encendieron los robots cibernéticos de las tecnologías digitales, las redes sociales se llenaron de odio y rencor contra abstracciones como “la derecha, los conservadores, los adversarios, traidores…” a nombre de otra abstracción “el pueblo bueno y sabio”. Una sobreabundancia de información superficial fue el tsunami contra la transparencia y la rendición de cuentas. Le rompieron las extremidades a la democracia. Se erige una sociedad homogenizada por la manipulación de propaganda y publicidad, una imagen de la marcha de los martillos de Pink Floyd. “Al diablo con la” diversidad y la riqueza cultural.

            En política se canceló el diálogo, solo la voz de la primera minoría, el 27% de la sociedad, más del 35% de las listas de electores. La deliberación como alma de los acuerdos se gangrenó con odios enfermizos y safios. La democracia o es deliberativa o no es nada. Por un lado, una oposición con carencia grave de argumentos y falta de cultura para enfrentar las circunstancias de una primera minoría analfabeta funcional. Dinamitaron la esfera pública. Inhabilitaron la racionalidad comunicativa.

            Los que ahora niegan la deliberación pública fueron los que demandaron cambios institucionales abanderando otros partidos, ideologías, intereses… Arbitrarios que cambian como “la ética del cangrejo”. Nos dejaron asambleas sin debates racionales y argumentativos para llegar a consensos, simplemente sin discusiones. Es increíble que depreden la legitimidad de su triunfo electoral y destrocen la legalidad del Estado mexicano. Legitimidad y legalidad son baluartes de las decisiones políticas y de la justicia social, honran el Estado Constitucional Democrático de Derecho. Ampliaron los límites y desalientan los desafíos del contexto y la circunstancia, mancillan los principios electorales, deshonran la política, secuestran la vida social, empoderan las ocurrencias gubernamentales…

            Las decisiones en la democracia no son unilaterales, se procesan deliberativamente, la explicación es simple, las decisiones políticas deben ser producto de las discusiones y el conversatorio razonado de la ciudadanía. Cancelaron el boleto ciudadano del proceso deliberativo con inclusión y pluralidad, quedó abolida la oportunidad de participar.

            Han olvidado “un mísero detalle de la democracia”, las decisiones políticas tienen la calidad y fuerza social que otorga un proceso deliberativo, legítimo y justo. Para decirlo en palabras de Habermas: “Las decisiones políticas enfatizan la importancia del debate racional, la inclusión y la transparencia.” Solo así se puede decir que las decisiones son la voz unida de la voluntad e intereses de la sociedad en su conjunto.

            Todo lo han hecho con la consigna de que: “es mandato del pueblo”. Insisto, el pueblo NO VOTÓ, votaron las y los ciudadanos, ellos, LOS ELECTORES, les dieron un triunfo que fue una conquista democrática. A pesar de ese gran haber político falsearon la sobre representación, crearon una mayoría transgénica, provocaron una subrepresentación anémica con minorías. Como en el sombrero del mago desaparecieron instituciones cercanas a la sociedad, garantes de sus derechos y obligaciones; hicieron del concepto “seguridad nacional” un argumento contra la transparencia y la civilidad. De la mentira y la manipulación han creado un torbellino discursivo que demanda coherencia. ¡Pero…!

            Las urnas no mandataron una sociedad silente, no impulsaron ojos invidentes, no taponearon los oídos. Las votaciones ordenaron una sociedad dialógica en cuyas venas transite la vida política, social y cultural de nuestra Patria. Las votaciones gritaron al unísono: ¡diálogo para la vida compartida! Demandaron inclusión para una verdadera razón y colaboración. Las casillas atestiguaron la consigna de diálogo racional y bien fundamentado. Las actas del triunfo inobjetable de Morena y aliados demandan un entendimiento y acuerdos en mérito del intercambio de ideas y la deliberación, ordenan “ética de la razón cordial”. Las elecciones no abolieron la diplomacia internacional. El triunfo electoral nunca ordenó nada en contra del Estado Democrático Constitucional de Derecho.

Una sociedad dialógica promueve una verdadera transformación de valores a virtudes. El meta-objetivo es juntos atender los problemas y mejorar la calidad de vida de todas y todos. El cómputo y escrutinio del 2 de junio 2024 llamó al respeto y empatía, el reconocimiento de la pluralidad y experiencias, a fundar confianza y comprensión.

El año termina, 2025 deberá ser tiempo para salir de la caverna de dominación ideológica para llegar a la libertad política, la ruta es: OPCIÓN CIUDADANA.