Defensora de la igualdad de género, en contra de matrícula mixta en la normal de Cañada
Aguascalientes, Junio 06 (2017).-Mabel Guadalupe Haro Peralta, Presidenta de la Asociación Iberoamericana para el Desarrollo de la Igualdad de Género (AIDIGE) se manifiesta en contra de que la Normal Justo Sierra ubicada en Cañada Honda se convierta en institución con matrícula para hombres y mujeres, la activista quien pugna por la igualdad de género, refiere en un comunicado que es «imperante no hacer mixta a la Normal Rural de Cañada Honda».
La dirigente de AIDIGE recuerda que las normales rurales de Mujeres que existen en nuestro país desde la época pos-revolucionaria han proporcionado alternativas reales de desarrollo a las campesinas para que éstas no caigan en la pobreza extrema, el analfabetismo y se integren desesperadamente al servicio doméstico en las zonas urbanas donde casi siempre son explotadas.
Agrega además que la educación que ofrecen este sistema educativo a las mujeres campesinas e indígenas, las salva de que se conviertan en víctimas de la discriminación, violencia intrafamiliar o de que caigan en redes de tratas de blancas donde, en ocasiones, son los propios familiares los que venden a sus hijas al crimen organizado.
Haro Peralta menciona que la oferta más importante de las Normales Rurales a las mujeres campesinas es sin duda la educación con consciencia crítica y la organización política, cuestiones que desde hace años causa molestia e indignación a más de uno, pues no se acepta que una mujer, que es además campesina conozca sus derechos y los reivindique políticamente. Y los castigos de la sociedad son fuertes: “Viejas revoltosas”, “No saben ni hablar español pero ahí andan bloqueando las carreteras”, “Ojalá las desaparezcan a todas en fosas clandestinas”.
Abunda que es importante que en las mesas de diálogo que llevan a cabo el Comité Estudiantil y Gobierno del Estado estén presentes maestras egresadas de la propia normal rural y mujeres líderes del ámbito de la educación puesto que, de momento, el total de los personajes que invitan al diálogo son hombres. Esto da pie a una visión unilateral del Gobierno y para evitarla debe incluir la experiencia de las mujeres en la educación y en la participación política.