De Zacatecas para Aguascalientes / Vale al Paraíso

Bien pudo parecerse a la lúdica conquista de Romeo a Julieta, pero terminó siendo una vulgar invasión de los hermanos Monreal Ávila a la parcela política de Aguascalientes.

Ya desmantelaron la estructura histórica de Movimiento de Regeneración Nacional. Construyeron sobre las ruinas de aquella la nueva dirigencia de la organización. Asumieron el control absolutista de las candidaturas del partido.
Edificaron la ostentosa hacienda, como corresponde a los caciques de abolengo. Y colocarán a los peones en las delegaciones federales, si triunfa Andrés Manuel López Obrador.

Carlos Lozano de la Torre, exgobernador de Aguascalientes, es el influyente administrador de la hacienda. El imberbe Aldo Ruiz Sánchez, dizque presidente de Morena Aguascalientes, desempeña el pobre papel de títere en la
ocupación territorial.

La familia Monreal Ávila, procreada por Felipe Monreal Huerta, es prolija en hijos, tráfico de influencias, poder político —ahora muy disminuido en su tierra natal, a raíz del encontronazo con la entonces gobernadora Amalia García—, propiedades inmobiliarias, plantas agroindustriales, gasolineras, residencias en fraccionamientos privados, bienes inmuebles en Jalisco y Ciudad de México y un muy presentable flujo financiero.

El Don Corleone de la familia es el exgobernador de la vecina entidad, Ricardo, quien en su calidad de Locomotora Carnal se ha encargado de imponer a sus consanguíneos a cargos de elección popular, como son los casos de Susana (diputada local) y David (diputado local, alcalde de Fresnillo y senador), por ejemplo.

Mención aparte merece Eulogio, nombrado por el otrora gobernador Lozano de la Torre, rector de la Universidad Politécnica de Aguascalientes, de donde fue despedido por el gobernador Martín Orozco Sandoval. Docentes de la
institución hicieron públicas las corruptelas de Monreal Ávila, entre las que destacan el robo del tepetate, malla ciclónica y otros materiales trasladados a la casa y al rancho zacatecano del funcionario, además de inflar los precios en las facturas y sumar la complicidad de la contralora social Patricia Morales Zamarripa, que calladita se vio más bonita (El Clarinete, 09/ 03/2017).

El imperio de la familia Monreal Ávila en Zacatecas —esposa, hijas y hermanos— posee 46 propiedades, entre las que destacan lujosas fincas residenciales, más de mil hectáreas de cultivo, propiedades en los exclusivos
Residencial Bonaterra y Conde de Santiago de la Laguna, donde se registra un predio en copropiedad con Humberto Godoy Castañeda, uno de los constructores que “mayor número de contratos obtuvo en la gestión de Ricardo Monreal”, documenta el meticuloso trabajo de investigación periodística de El Universal, 23/06/2017).

El cinismo del tráfico de influencia llega al extremo de que en 2004 el Progran de la Sagarpa incluye en su lista de beneficiarios a David y Cándido Monreal Ávila, agrega el diario capitalino.

Pero además, Cándido no resultó tan cándido; en abril de 2009, el gobierno estatal de Zacatecas decomisó más de 14 toneladas de mariguana de una bodega propiedad Cándido, y otra vez surgieron los señalamientos de que la familia Monreal Ávila presuntamente estaba vinculada con el crimen organizado.

Y a Ricardo le cubre la sombrilla de la sospecha y los señalamientos de corrupción durante su gobierno en Zacatecas, pero además, en su calidad titular de la Delegación de Cuauhtémoc otorgó cuantiosos contratos a los
amigos de su hija Catalina; al 1 de octubre de 2015 habría asignado 14, para ser exacto, que importan 266 millones de pesos, a empresas y personas de Zacatecas, acusa la Organización Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad.

David combina la política con los negocios. Es delegado de Morena en Aguascalientes y es productor de ovoide, le gusta empollar el huevo, pues. En su dos últimas salidas al ruedo electoral perdió hasta los apellidos: fue
derrotado como candidato a senador en 2012 y cayó estrepitosamente como candidato a gobernador de Zacatecas, en 2010, al obtener, apenas, el 13.59% del total de los votos.

Esa debacle la anticipó Ricardo, entonces titular de la capitalina delegación Cuauhtémoc, en una llamada que le hizo a David —difundida presuntamente por el grupo Anonymous, transmitida en YouTube y transcrita en El Universal (01/06/2017)—, para regañarlo por su falta de compromiso para triunfar, ausencia de liderazgo y entrega total al consumo de la clara y la yema: “No te localizo, o sea como si yo fuera el candidato. Yo estoy más preocupado que tú, Tú te vale… Te vas a dormir temprano, estás aislado, no estás al frente de nada… es un desastre todo, David…”.

Los hermanos Monreal Ávila hacen de Aguascalientes su nueva área de influencia de poder político y poder económico, ante la escasa ascendencia que tienen en Zacatecas y el desprecio de López Obrador a Ricardo, al no
entregarle la candidatura al gobierno de la Ciudad de México.

El exgobernador Lozano de la Torre fue titular de Desarrollo Económico en el gobierno zacatecano del Chapulín Monreal Ávila, militante distinguido del PRI, PRD, PT, MC y MORENA, en diversas épocas. La entrañable amistad de Carlos y Ricardo se consolidó en la Cámara de Senadores. Ambos fueron educados en los métodos y las maneras del PRI del siglo pasado. La traición, la simulación, las infidelidades, los pactos con Dios y con el Diablo, las perversas alianzas y los acuerdos en lo oscurito forman parte del ADN de ambos.

La quiniela de Carlos Lozano de la Torre tiene dos apuestas: el triunfo de su hijo José Carlos a la diputación federal y la victoria de ya sabes quién, a la Presidencia de la República.

Porque alguien debe de escribirlo: Hasta la próxima.

marigra1954@gmail.com