De Política una Opinión: La corrupción, alto riesgo de venganza y persecución política
El pasado 9 de julio fue aprehendido nuevamente el ex gobernador panista de Aguascalientes, Luis Armando Reynoso Femat; el origen de la aprehensión se remonta a julio de 2014, cuando el entonces Procurador General de Justicia de Aguascalientes, Felipe Muñoz, después de haber realizado una indagatoria –fuera de su ámbito de competencia-, solicitó a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada, Seido, -que hoy encabeza-, de la Procuraduría General de la República, el inicio de una averiguación previa por la presunta comisión del delito de defraudación fiscal equiparable (LJA, 10 de julio).
La noticia se difundió con amplitud en todo el país, y se presenta como una nueva oportunidad para observar y comprobar el funcionamiento del Sistema PRI de Gobierno, que destaca en esta ocasión que la corrupción se convierte en un alto riesgo para la venganza y la persecución políticas. Encontramos, entonces, que si bien la corrupción, en todas sus formas y desarrollos, tiene una primera etapa que es la del ilícito enriquecimiento personal y grupal, también se convierte en una valiosa herramienta para el control y sometimiento de las personas que incurren en ella.
Para entender mejor la aplicación de la venganza y la persecución políticas, es necesario considerar algunos puntos: las personas que participan en la corrupción lo hacen ‘a sabiendas’ de que ya no podrán hacer uso de su libertad ni de la competencia política partidista, y que tendrán que seguir ‘siempre’ los dictados del presidente de la república o del gobernador en turno –si son priistas-. Deberán ser conscientes de que en caso de que, por algún motivo, tuvieran que enfrentar al presidente de la república o al gobernador, sufrirán el daño de la venganza y de la persecución políticas; pero si no interfieren con ellos en sus gobiernos y decisiones y nuevas corrupciones, entonces, podrán disfrutar sin temor alguno del enriquecimiento ilícito que les proporcionó la corrupción.
¿En qué se basa esta explicación de la corrupción del Sistema PRI de Gobierno? Encontramos dos respuestas: la primera son los ejemplos que expondré a continuación, y que son casos de ‘combate a la corrupción’ que sólo se siguieron a políticos que se ‘indisciplinaron’ con el gobernante priista en turno, no a todos los que estaban involucrados; la segunda consiste en observar que tras esas acciones de supuesto ‘combate a la corrupción’, ésta no desapareció ni disminuyó, ya que se siguieron repitiendo las acciones –valga decir que hoy en día nuevamente están presentes las sombras de corrupción con el Gobierno del Presidente Enrique Peña-.
De manera breve recuerdo algunos casos de ese supuesto ‘combate a la corrupción’: el Presidente Miguel de la Madrid castigó a Jorge Díaz Serrano; el presidente Carlos Salinas de Gortari encarceló a Joaquín Hernández, La Quina, y castigó a Carlos Jonguitud; el Presidente Ernesto Zedillo castigó a los Hermanos Salinas de Gortari; ahora el Presidente Enrique Peña encarceló a Elba Esther Gordillo. También han actuado de esta forma Gobernadores de Aguascalientes: el Gobernador Otto Granados encarceló a ex funcionarios del gobierno municipal de San José de Gracia; el Gobernador Luis Armando Reynoso, hijo de este Sistema de Gobierno, persiguió a ex funcionarios del sector educativo, sin nunca comprobar algo; ahora, el Gobernador Carlos Lozano, continuó con el ritual priista, aunque con variaciones.
La primera variación es que no fueron ex funcionarios priistas, sino panistas, entre ellos el ex gobernador Reynoso. En el contexto como se dio el ejercicio de gobierno de Reynoso –enfrentado siempre a su partido aún antes de que tomara posesión del cargo-, se destaca la gran ayuda y apoyo que dio al hoy Gobernador de Aguascalientes para que pudiera ganar la elección –ayuda que en 2010 era un ‘secreto a voces’-, y así evitar que ganara Martín Orozco, cabe una interesante pregunta (parece ser que el presidente estatal del PRI no se daba cuenta del ‘secreto a voces’ [LJA, 11 de julio], seguramente porque todavía estaba ‘en pañales políticos’).
¿Por qué el Gobernador Lozano está aplicando la venganza y la persecución política con el ex gobernador Reynoso, que sin su ayuda no hubiera ganado la gubernatura? Algunas posibles respuestas son las siguientes: que el gobernador aplicó, sencillamente, el Sistema PRI de Gobierno; por traición (al estilo de la ranita que ayuda al alacrán a pasar el charco, y éste termina por picar a la ranita porque ‘así es su naturaleza’); para tener durante el sexenio una distracción para la sociedad; porque necesitaba una pantalla de combate a la corrupción; porque, ante la contundente evidencia de la ayuda que le dio el entonces gobernador y la debilitada imagen personal, requería deslindarse del tutelaje y demostrarle a la sociedad aguascalentense que si es gobernador fue por sus propios méritos, y la prueba que había que dar era la persecución penal del ex gobernador (no obstante que después de casi cinco años de gobierno, la ahora Fiscalía General del Estado no ha podido presentar las pruebas suficientes para que los jueces emitan una sola condena… una sola).
Ante este panorama, el PAN tendrá que cargar con la pena y la vergüenza de haber llevado a la gubernatura del estado a Reynoso, como también el PRI carga –o debe cargar- con la pena y la vergüenza de haber llevado al poder a gobernadores como Mario Villanueva, Tomás Yarrington, Eugenio Hernández, Humberto Moreira, Arturo Montiel, Andrés Granier, Fidel Herrera, Ulises Ruíz, Javier Duarte, César Duarte, Roberto Medina, etcétera, o presidentes de la república como Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría, José López Portillo, ¿y ahora Enrique Peña?
Cuando el Gobernador Lozano detonó el proceso penal a Reynoso –durante la campaña electoral de 2013- expresó ‘el que a hierro mata, a hierro muere’, ¿sería para marcar su futuro destino?; hoy también observamos y escuchamos ‘secretos a voces’ que los medios de comunicación ayudan a que sigan siendo eso. ¿Será que los comenzaremos a conocer hasta el año 2017?
Por: Abelardo Reyes Sahagún