Opiniones 

Cuando el destino los alcance

Me gustan el tres y el siete, pero mi número predilecto es el nueve, que es la suma de tres veces tres. La memoria del escribano no registra causa, razón y origen de la antigua predilección.

Nací en el 54. Cinco y cuatro suman nueve, que se divide en tres veces tres. Aterricé en este mundo de los muy vivos el sexto mes del año, que se compone de dos veces tres.

Aunque en alguna ocasión al nueve no le alcanzó la fuerza de su mano izquierda cuando estuve a punto de ganar dos millones de pesos en la Lotería Mexicana.

Cada semana la Lotería Nacional ponía a la venta una tablita donde estaban impresas nueve figuras. El domingo en la noche Canal 13 transmitía el sorteo. A la familia divertía el juego, como si estuviéramos en la vieja Feria de San Marcos, donde al grito de “campo, lugar y tabla” se invitaba a sumarnos a la pueblerina entretención.

Pues bien, aquel domingo 1 de diciembre de 1996 estábamos sentados frente al televisor para ver el sorteo 02, serie 01, con la planilla número 0983506 en la mano. Los cabalísticos 9 y 3 impresos de la planilla comprada, fueron insuficientes para obtener el primer premio.

Todo iba perfecto con la puntual aparición -en ese orden- del barril, la campaña, la sandía, el tambor, la bandera, el mundo y el pájaro. La máxima emoción, la vivida en unos cuantos segundos, se dio a la espera la novena carta: el camarón -seguramente dormido en la corriente de la mala fortuna-, nunca llegó a nuestra tablita.

El 5 de diciembre me presenté en la agencia de la Lotería Nacional para cobrar el segundo premio que nunca sabrá igual al premio principal, por supuesto. Ricardo Pous Miner me entregó el cheque de 5 mil pesotes con la factura número 006. Al fin contribuyente cumplido, le dejé a la SHCP los 750 pesos del impuesto correspondiente. El dinero se lo bien mis pequeñas hijitas, obviamente.

Eulalio Ferrer publicó un espléndido libro que sigo saboreando al tenor de mi predilección en la altiplanicie de la numeralia. En la contraportada de la obra, a manera de presentación, el Fondo de Cultura Económica explica que para el escritor de finas hechuras, el mundo está cifrado en una clave numérica: el tres. En la base de este número radica la propia historia del ser humano.

Tríadas y visiones tripartitas conforman El lenguaje de las trilogías (2005) del maestro Ferrer. Es un extenso viaje por la Historia para develar las más altas manifestaciones del espíritu humano, tal vez cobijado con la idea de Platón, Leibniz o Newton, de que el universo se constituye a partir de un número.

El tres y su simbolismo, sus múltiples aplicaciones en el reino del lenguaje: La Trinidad divina en una sola persona. Parar, templar y mandar, es la triada del mejor torear. La terna de la discreción: ver, oír, callar. En política existe el trío de enemigos: “los normales, los mortales y los compañeros de partido”, solía ilustrar Honrad Adenauer, el recordado canciller alemán.

Y bueno, hablando del trinomio de la aldea, Vale al Paraíso analizar el estado de ánimo, la calidad e intensidad del movimiento político reflejados individualmente por ella y ellos, en su calidad de suspirantes al gobierno del estado de Aguascalientes.

Ocurrió hace dos semanas.

El viernes cinco del mes patrio, el senador Martín Orozco Sandoval acudió a la “IX Sesión del Consultivo” de no sé quién -la nota de La Jornada Aguascalientes (versión en línea) y otros diarios consultados omiten el dato-, a fin de presentar su plan de incentivos fiscales para revertir los efectos negativos de la Reforma Hacendaria; retar a los senadores del PRI a firmar una iniciativa de ley para disminuir a los plurinominales; recomendar que los problemas del PAN se resuelven en casa; y criticar ácidamente al tricolor.

Mientras el vendaval de MOS ocurría en madrugador desayuno, por la tarde el senador Miguel Romo Medina -en apresurado lance, porque le falta recorrer un buen tramo en los vericuetos de la cámara alta-, presentaba en la UAA su libro de memorias: La palabra expresada es letra que hoy nos vincula. Recopilación de vivencias a lo largo del camino.

Al día siguiente, Lorena Martínez, titular de la Profeco, se reunía con su feligresía, en multitudinario acto, para entregar 800 becas educativas de la Fundación Mamá Cuca; comprometía a la Fundación para que capacite a las jefas de familia con talleres de desarrollo humano y autoempleo; informaba de la verificación a las casas de empeño; defendía la consulta del PRI que “no es tema electoral”; y agradecía al gobernador Lozano su generoso comentario: “Es un privilegio el que él tenga y crea que yo pueda sucederlo en una responsabilidad tan importante…”, dijo la funcionaria federal.

Tres formas de hacer política o cuando el destino los alcance.

Porque alguien tiene que escribirlo: El PRI-CNOP Aguascalientes metió al callejón de las trompadas a sus regidores capitalinos. Éstos salieron lastimados por la disputa de los honores del mercado en Villas de Nuestra Señora de la Asunción. Hasta el árbol genealógico salió a relucir.

A gobernantes y políticos se les olvida que el único artífice de las obras públicas es el exprimido contribuyente que aporta el dinero; como bien dijera el reformista chino Deng Xiaoping: “No me importa el color del gato, lo importante es que cace ratones”.

Por: Mario Granados Roldan/ Vale al Paraíso

marigra@telmexmail.com

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