Ciencia: El insecto que no tiene vida y es espía

CIUDAD DE MÉXICO, 26 de marzo.- La delicada imagen no es sacada de una película de ficción.

Datos técnicos

  • Envergadura: 63 cm.
  • Longitud del cuerpo: 44 cm.
  • Peso: 175 gramos.
  • Procesador: ARM microcontroller
  • Batería: 2 LiPo, de 7.6 volts
  • Control remoto inalámbrico: Smartphone o transmisor de espectro digital
  • Materiales de fabricación: Fibra de carbono, membrana de poliéster y aluminio, entre otros

Una impecable sincronía en su aleteo le permite un vuelo exacto, de sutil precisión casi natural.

Se trata de una nueva especie de insecto volador, pero no está clasificada por ningún entomólogo. Es más: no tiene vida, aunque cualquiera pensaría que sí.

Parece ser uno de los representantes más pequeños y a la vez el más ágil y sagaz de la familia de los drones miniatura, hijo de la firma Festo, especializada en automatización neumática, electroneumática y electromecánica.

BionicOpter es el nombre de este diminuto especimen, capaz de imitar técnicamente el sofisticado vuelo de las libélulas, aunque en realidad no es tan pequeño como ellas.

“Al igual que su ejemplo natural, el objeto volador ultraligero puede ejecutar maniobras en cualquier sentido, mantenerse en el aire sin moverse y planear sin agitar las alas”, destaca Festo en la explicación de las habilidades de BionicOpter.

Y entra al detalle: “Además del control de la frecuencia de los movimientos y de los giros de las alas, se utiliza un sistema de control de amplitudes para cada una de las cuatro alas. El movimiento giratorio de las alas determina el sentido de avance. Controlando la amplitud, se define la magnitud de la fuerza de impulsión. Combinando ambos factores, la libélula controlada a distancia puede ejecutar casi cualquier maniobra de vuelo”.

La libélula demuestra, subraya, la eficiencia de la comunicación inalámbrica en tiempo real, para hacer posible un intercambio permanente de datos.

Información: Excelsior