Carta a Carlos Lozano de la Torre / Vale al Paraíso

El boletín de prensa enviado el pasado jueves 8, llegó a la redacción de los informativos de Aguascalientes, como si fuera una broma de mal gusto; los reporteros pasaron de la sorpresa a incredulidad, Las 234 palabras escritas se fueron leyendo una a una. Los siete párrafos se consumieron lentamente para ayudarle a la alterada digestión informativa.

“El Presidente del CEN del PRI, Enrique Ochoa Reza, nombró hoy a Carlos Lozano de la Torre como nuevo Delegado del Comité Ejecutivo Nacional en el estado de Querétaro”, anunció el documento que destilaba en cada letra condimentos, grasa animal y glucosa en grandes cantidades.

Las reacciones no se hicieron esperar. Las campanas de la Catedral empezaron a repicar. El llamado a la inmediata congregación surtió efecto. La feligresía vestida de negro fue llegando. El cotilleo se bordaba discretamente. La Virgen de la Asunción pidió un tecito de los siete azares para serenarse.

Los pabilos de las enormes velas se encendieron. La cera, amarillenta y fundible, empezaba a sufrir las inclemencias de los servicios prestados. El sonido digital se probaba con éxito. La iluminación lucía esplendorosa. Alumbraba hasta la conciencia de los asistentes, todos pecadores mortales.

El obispo salió de la sacristía para concelebrar la misa de los veinte padres. Los católicos, apostólicos y romanos se pusieron de pie. Las niñas y los niños del coro iniciaron los cánticos sacros, generalmente graves y desgarradores.

Los sonidos del silencio golpeaban la nave central. La palabra divina interrumpió la sinfonía: “Queridos hermanos en Cristo, los he convocado esta mañana para orar por el PRI de Querétaro. Los antecedentes anticipan que los destrozos causados por el exgobernador Carlos Lozano de la Torre serán devastadores, incuantificables, peores a los ocasionados por los múltiples temblores del 19 de septiembre.

“Es momento de pedir al nuestro Padre Santo por la salvación de los candidatos tricolores: el presidencial, los dos senadores, los cinco diputados federales, los 15 diputados locales y los 18 presidentes municipales; qué Dios los agarre confesados”.

En su calidad de jefe nato del PRI Aguascalientes, el entonces gobernador Lozano de la Torre cambió la rentable sintaxis política por la devastadora dinamita. Se comportó como un troglodita decadente y vulgar. El proceder mezquino lo llevó a perder todas la elecciones, incluida la del entonces candidato presidencial Enrique Peña Nieto, en 2012.

La carta que el presidente del PRI Aguascalientes, Isidoro Armendáriz García, le envió al senador Carlos Lozano de la Torre, el 30 de septiembre de 2009, es la mejor prueba documental. Mire este bocado:

Usted es un caso atípico dentro del PRI, que en reiteradas ocasiones ha faltado a la disciplina de su Partido haciendo trabajo independiente y pactado por su cuenta con las oposiciones a espaldas del Partido y de sus Documentos
Básicos
.

En las últimas dos campañas político-electorales su participación fue en extremo limitada de manera deliberada; sus apoyos otorgados a los candidatos fueron muy raquíticos y una nula coordinación institucional con el Partido.

Existe algo más grave todavía, que ofende y afecta al Código de Conducta del Partido: su permanente descalificación pública al Gobierno Municipal de Aguascalientes, que encabeza Gabriel Arellano.

En el mismo sentido y con la misma gravedad del caso, sus incontenibles ataques contra la Dirigencia Estatal del PRI, haciendo uso de su vocación confrontacional como hombre de choque y nula vocación conciliatoria. Usted no es un político de consenso, si lo es de disenso.

En la bitácora del PRI tenemos todos los registros en medios de comunicación y en informes privados, de sus andanadas contra su Partido y muy particularmente contra la Dirigencia del mismo, pidiendo de manera sigilosa y en ocasiones abierta injustificadamente la cabeza de la Dirigencia del Partido.

Delicados señalamientos. Graves acusaciones. Si París vale una misa. Lozano volverá a traicionar al PRI —ahora en Querétaro— y sacrificará a su hijo, el candidato a diputado federal en el Distrito 02, José Carlos Lozano Rivera Río,
para ganarse las simpatías de López Obrador, a través de Ricardo Monreal Ávila, la correa de transmisión con el candidato presidencial de Morena.

Porque alguien debe de escribirlo: La ex Sandia (verde por fuera y roja por dentro), Anayeli Muñoz Moreno, fue sustituida por la Prianista Lourdes Dávila Castañeda, en la jefatura de prensa de Lorena Martínez.

Dávila Castañeda representó la clásica bolsa de palomitas horneada en el microondas sexenal del gobernador Carlos Lozano de la Torre, De reportera radiofónica a jefa de prensa del Congreso del Estado; luego, candidata perdedora a diputada local y diputada local plurinominal; después, secretaria general, presidenta interina e integrante del Consejo Estatal de Procesos Internos en el PRI Aguascalientes.

Está matrimoniada con las derrotas, empezando por la obtenida como jefa de de comunicación política del candidato panista a alcalde de la capital, Arturo González Estrada, derrotado por Gabriel Arellano Espinosa, en 2007.

Su empleadora le hará anotar otra derrota en su currícula Prianista.

marigra1954@gmail.com