Candidaturas Independientes I

El H. Congreso del Estado el 15 febrero de 2013 me distinguió como invitado a un diálogo sobre candidaturas independientes, fue un honor compartir la reflexión con personas expertas en el tema. La Soberana Representación Popular tiene para mí un respeto supremo, es la instancia institucional donde se construye convivencia y fórmulas colectivas. En ese conversatorio hilvané las ideas a partir de: Ciudadanía, es la asignatura pendiente si queremos la verdadera transformación social. En ello está el problema. Es preciso desterrar mitos, fantasmas, miedos. Hegel, por ejemplo, pregonó que la sociedad civil y el Estado eran independientes el uno del otro. La primera, atiende y satisface solo el interés particular; el segundo, acapara los intereses universales y del bien común. Resultado: una sociedad utilitaria y egoísta.

Hoy, todo indica que el legislador mexicano ha enfrentado los retos de una sociedad a la velocidad de la luz. México y Aguascalientes tendrán la posibilidad de un modelo nuevo de competencia política.En ese marco es preciso detenerse en una discusión conceptual. Para Zovatto (2013), “la función gubernativa ha incidido en una severa crisis de credibilidad en los partidos políticos. En consecuencia, los ciudadanos buscan otras alternativas políticas: las candidaturas independientes”. En diálogo participa Raúl Ferreyra, quien argumenta, “pensar y discutir sobre candidaturas independientes tiene su anclaje en el déficit de la representación de los partidos políticos”. Dieter Nohlen (2011) hace su aportación, señala: “… la crítica a los partidos políticos por parte de los medios de comunicación, de la ciudadanía y de los grupos cívicos que apoyaron la idea de los independientes, llegó a los extremos y aun a destruir (caso de Venezuela)… Pero con la destrucción de los partidos se transita fácilmente a otro tipo de supuesta democracia, la participativa, que es sólo una forma de participacionismo dentro de una nueva estructura de poder, que es el nuevo autoritarismo plebiscitario”. Por su parte Jorge Castañeda, defiende que la idea de democracia implica no sólo la posibilidad de elegir, sino la de poder ser electo sin condiciones de aceptar programas, ideologías y una estructura predeterminada como la de los partidos, mientras que respete la legislación y cumpla con las condiciones razonables que impone la ley.

La discusión no está cerrada en el ámbito académico, ni político. Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Honduras, Paraguay, Dominicana, Venezuela, tienen normativa de candidaturas independientes en todos los cargos, sin el monopolio de los partidos políticos; Panamá, Perú, Guatemala, Argentina, Brasil, Costa Rica, El Salvador, Nicaragua, Uruguay, mantienen el monopolio de los partidos políticos, con algunas pequeñas aperturas. El caso México, la reforma a la fracción II del artículo 35 de la CPEUM (publicada el 09 de agosto de 2012 DOF) abrió la puerta a las candidaturas independientes. La Reforma Política Constitucional 2014 (10 de febrero DOF), dejó sin existencia el monopolio político.

La acción civil de la sociedad tiene intereses universales, prueba de ello son sus asociaciones políticas, organizaciones cívicas, vecinales, especializadas… El Estado no siempre atiende el interés colectivo, no siempre es una enciclopedia. En la sociedad de la hiper-realidad, la de hoy, la ciudadanía además de su naturaleza íntima, vive y padece el asedio de la comunicación y de la información a 300,000 kilómetros por segundo.

El tiempo deja de ser forma diferenciada y se mundializa. Intenta hacer coincidir lo real con los modelos de simulación; este acontecimiento es grave pues propicia se esfume la diferencia entre cartografía y territorio que nos producía el encanto de la abstracción. Hace tambalear la esperanza social cuya espera ya no es real ni verdad, sino la perspectiva de la simulación que dictan los poderes fácticos. Construir ciudadanía reclama un modelo diferente a la teoría política.
Quizá, la diferencia es simple, disimular es fingir lo que se tiene, y simular es fingir tener lo que no se tiene. Todo consecuente público debe asumir responsabilidades públicas. No solo es responsabilidad del Estado lograr un nuevo y mejor mundo, es corresponsabilidad de empresas, organizaciones cívicas, de personas, sobre todo de ciudadanos. La sociedad civil es clave en nuestra sociedad política.

Es cierto, el monopolio del poder ha estado en cúpulas que toman decisiones, dictan nuestra forma de vivir, convivir, sobre-vivir, pero los beneficios se acotan generalmente en los grupos que toman por asalto a los Partidos Políticos. Es preciso acotarlo en voz alta: los partidos no son el problema, han sido la solución, es inmoral satanizarlos. El legislador les ha asignado poder sin recato, en desventaja de la esperanza ciudadana.

Más todavía, tienen para bien, rango constitucional. Los partidos políticos son maquinarias electorales que han aportado a la democracia, urge que aporten a la consolidación, algunos tiene rutas legales que otorgan poder a los ciudadanos independientes, el modelo ya existía. Ahora partidos políticos y ciudadanos independientes pueden competir por el poder público.

Por: Ignacio Ruelas Olvera