¡Bienvenidos a México! / Analogías
Muy estimados lectores: Luego de un par de semanas de mi última columna nuevamente comparto un artículo, el segundo de agosto para ser exactos. Está relacionado a la razón de mi ausencia, y es que he estado de viaje por motivos personales en el antiguo continente, Europa.
A decir verdad, no estaba entre mis planes personales, digamos que de última hora me acoplé a los de mi mujer. En las últimas 48 horas me uní a la travesía de “cruzar el charco”. Fue todo tan repentino que a penas me dio el tiempo para cambiar unos cuantos euros y cumplir la normativa de salud vigente. Mi destino final era España y para entrar al país Ibérico es necesario caer en uno de los siguientes supuestos:
1.- Prueba PCR
2.- Prueba antígenos
3.- Cartilla de vacunación
A diferencia de Estados Unidos, en donde se pide contar con PCR o antígenos, en el caso de España, con la cartilla de vacunación es suficiente. Previo al arribo al país, se debe llenar un formulario de salud en línea, SPTH (Spain Travel Health Pass), mismo que arroja un código QR a ser presentado inmediatamente después de pasar migración en aeropuerto. Así, con todo hecho, mi ingreso en la Madre Patria fue realmente express, incluso más pronto que el de los nacionales.
Cabe mencionar que, de momento, no todos los visitantes son admitidos. El turismo no está dentro de las concesiones del verano. Solamente se concede el acceso en los siguientes casos:
1.- Residentes de un país de la UE (Unión Europea)
2.- Titulares de un visado nacional
3.- Profesionales de la salud
4.- Personal de transporte
5.- Personal diplomático
6.- Estudiantes que realicen sus estudios en un país miembro
7.- Trabajadores altamente cualificados
8.- Personas viajando por motivos familiares
9.- Personas que acrediten motivos de fuerza mayor
10.- Personas vacunadas con alguna de las vacunas autorizadas por la EMA (Agencia Europea de Medicamento)
Demostré en el aeropuerto de embarque la documentación que acreditaba los puntos 8 y 10, a través del libro de familia, documento que hace constar mi matrimonio y descendientes; así como el registro de las dos dosis de la vacuna Pfizer para Covid-19, puestas en Estados Unidos.
En España el uso de mascarilla no es obligatorio en zonas al aire libre. Es común ver a transeúntes caminar por las calles sin ella. Los lugares cerrados, como teatros y cines, sí que exigen que los asistentes la lleven puesta en todo momento que no realicen ingesta de alimentos y/o bebidas.
Llamó mi atención que en ningún establecimiento se cuenta con una zona de sanitización, ya sea una alfombra o cabina para este fin. El dispensador de gel anti bacterial es escaso y poco frecuente. En los transportes públicos, como aviones, metros, trenes y autobuses, no es obligatoria la distancia social, por lo que es común compartir asiento con otros usuarios.
Fue un viaje relámpago de a penas doce días, entre la ida y el regreso, quedó en diez netos. Fui testigo de una ola de calor intensa, la más fuerte en lo que tengo uso de razón. El termómetro en Madrid llegó a los 43 grados centígrados en la céntrica zona de Parque del Retiro y la Puerta de Alcalá. Fue en este primero que se tomaron las medidas de cerrar el lugar para evitar que la contingencia de las temperaturas enviara a más de alguno al hospital en urgencias por una insolación o deshidratación.
Para volver a México no es necesario presentar nada. De hecho, calculo que un 90% de los viajeros que venían en el avión eran Españoles. Algunos sin vacunas siquiera. En su mayoría tenían conexión al interior del país, las playas como Cancún eran el destino final.
Si nuestro país no pide nada para entrar en territorio nacional en materia de salud, ya nos podemos hacer una idea de por qué la pandemia en zonas turísticas está en altos niveles de contagio. Una cosa es fomentar el turismo y otra muy distinta es hacerlo con irresponsabilidad.
He vivido en carne propia los estragos de la pandemia como proveedor turístico, entiendo que ha sido de los más castigados ante los encierros y el famoso “quédate en casa”, pero de ahí a que queramos compensar las pérdidas al alto costo de recibir al por mayor sin condicionantes, hay una gran diferencia. Actuar así es arriesgar no solo a los trabajadores de establecimientos turísticos, sino a toda la población en general, desde turistas nacionales, a locatarios de las zonas turísticas.
Las mismas aerolíneas se encargan de cumplir y hacer cumplir las normativas en otros países, creo que no es nada extraordinario que hagan lo propio cuando es al revés, cuando los de afuera se disponen visitarnos. Cuidando a los que nos visitan nos cuidan a todos.
La opinión de César Omar Ramírez de León: Empresario, Consultor en Finanzas Personales e Inversionista en el Mercado de Capitales.