Beltrones y el PRI: la democracia de fantasía
La política y la democracia en la sociedad mexicana, es entendida y explicada con una gran diversidad de características; lo que para unos ciudadanos sí es una cosa, para otros no lo es. Todo ello ubicado en el plano de las ideas, siendo también éstas las que motivan los hechos la política y la democracia.
Una de esas características notables que vivimos en México en estos campos, es la diferencia que observamos entre la realidad y la fantasía; una es la que vemos y sentimos en nuestras vidas, con los grandes problemas actuales del aumento de pobres, por un lado, y la disminución de la pobreza extrema por el otro; el bajo crecimiento económico de la sociedad, con el incremento en el gasto público complementado por el también incremento en su déficit, que ahora lleva a los grandes recortes de presupuesto; el mantenimiento de la violencia criminal –si no es que su aumento-, asociado cada vez más a la libertad de expresión por inducción de gobernantes; la baja en el precio del petróleo y la devaluación del peso, mostrados como agentes externos que afectan la economía.
La fantasía la encontramos en las explicaciones que el Gobierno da, precisamente, en cada uno de los aspectos señalados en el párrafo anterior; las grandes reformas realizadas en los primeros tres años de la actual administración, en el marco del Pacto por México, darán al país –en el futuro, no ahora- importantes resultados.
Lo que sucede en todos estos aspectos está directamente relacionado con la política y la democracia, determinado por la forma como los gobernantes llevan a cabo la función social de gobernar la sociedad, es decir, con realismo o con fantasía. Los puntos de observación y análisis en este escenario, son dos: si la democracia es indispensable o no, para el logro de la calidad de vida de los ciudadanos; y si los partidos políticos deben hablar de ella como propaganda, con la condición de que no se crea en ella.
Con el cambio de dirigentes nacionales en el PRI, tenemos una nueva oportunidad de conocer, justamente, la diferencia entre realidad y fantasía de la democracia; ante la sociedad, el partido se ha presentado como un demócrata, informando que ‘eligieron’ a sus dirigentes, quienes ya tomaron posesión. En los hechos de la realidad, conocemos suficientemente, a través de la misma información que nos dan los medios de comunicación, cómo se han dado las decisiones. Es necesario decir que los militantes del partido viven su democracia en un mundo de fantasía, y están conformes con ese modo hacer su vida partidista. La disciplina que encuadra la unidad del PRI, da cuenta de ello, ya que de otra manera, la realidad de la vida de la democracia, tendría otros efectos como sí los tiene la realidad en otros partidos cuando renuevan sus dirigencias o eligen a sus candidatos.
Baste mencionar algunos puntos del proceso de llegada de Manlio Fabio Beltrones, determinado por el Presidente Enrique Peña (no obstante el deplorable manejo político que lleva a cabo como Ejecutivo Federal): primero señala para dirigir al PRI a un joven colaborador de su Oficina, Aurelio Nuño, y cuando se da cuenta que no es militante priista, entonces, recurre a Beltrones, y hace la ‘filtración’ a los medios de comunicación, haciendo ‘oficial’ la designación.
Posteriormente, la convocatoria del PRI determina que “La jornada de registro se efectuará el 17 de agosto de 2015 ante la Comisión Nacional… de las 12:00 a las 14:00 horas… (para la) b) Recepción de las solicitudes de registro de las fórmulas de aspirantes que se presenten…” (Cláusula Décima). Continúa en la Cláusula Décima Primera: “Dentro de las 24 horas posteriores al término de la jornada de registro, la Comisión Nacional revisará y evaluará el acreditamiento de los requisitos y documentales… y, en su caso, aprobará y expedirá dictámenes que correspondan a cada una de las fórmulas registradas, mediante los cuales se acepte o se niegue el registro, según corresponda”.
Inmediatamente después de que Manlio Fabio Beltrones y Carolina Monroy presentaron su solicitud para el registro de su candidatura, sin esperar a las 24 horas posteriores, ese mismo día, fueron declarados presidente y secretaria general electos, sin mediar elección alguna. Si consideramos, entonces, la democracia en el PRI, con estos hechos y otros muchos más que suceden, percibimos la diferencia que se da en ese partido entre la realidad y la fantasía.
La ponderación que dan a la democracia la podemos notar en el discurso de toma de protesta. Beltrones menciona en una sola ocasión el término democracia: “El PRI conoce el valor del diálogo, instrumento natural de la democracia, seguiremos dialogando con los otros partidos, ofrecemos nuestra voluntad para construir más acuerdos, para hacer avanzar las soluciones o al menos para saber lo que cada uno piensa y propone”.
Otro elemento de la fantasía que señala en su discurso es el de la autocrítica: “Abramos el debate interno para analizar de dónde venimos y hacia dónde vamos, en un ejercicio abierto a la sociedad, a las mejores ideas y también a la autocrítica, por dura que ésta sea, siempre preservando la unidad de nuestro partido, que es su mayor fortaleza”.
¿Cuál es, entonces, la realidad de esa democracia de fantasía? Lo señala Beltrones en su mensaje: “En el nuevo milenio, a punto de iniciar el cuarto lustro del nuevo Siglo, tenemos que preguntarnos no solamente qué hacer, sino también cómo ser… ¿Cómo queremos que sea el PRI en diez años, cuando México llegue al 2025? ¿Cómo lo queremos ver gobernando a México?” En otras palabras, su realidad es verse tan cerca del Gobierno como sea necesario para no perder las elecciones, ya que fue la ‘sana distancia’ lo que, según Beltrones, les hizo perder la presidencia de la república en el año 2000. Significa que la fantasía de democracia, la presentan a la sociedad como si fuera realidad.
De Política una Opinión: Abelardo Reyes Sahagún