Atlas queda eliminado
Noviembre 30 (2014).- Nuevos dueños, mismas amarguras. La historia trágica se volvió a repetir. Atlas tenía todo para regresar a una semifinal tras 10 años de ausencia. El marcador y el marco le favorecían. Pero fue nuevamente una noche triste. El moribundo Monterrey terminó con el sueño del título y los eliminó con un contundente 2-0 (2-1 global).
Los rojinegros no lograron mantener la ventaja obtenida en la Sultana del Norte. Dorlan Pabón fue la clave de los regios y la zaga atlista nuevamente falló. Terminó un semestre para los de Colomos donde el único consuelo es el boleto a Copa Libertadores de América.
A pesar de necesitar dos goles para avanzar, Carlos Barra sorprendió al dejar en la banca a Humberto Suazo, César Delgado y Nery Cardozo; Omar Arellano, Cándido Ramírez y
Dorlan Pabón conformaron el ataque rayado.
Pero fue éste último el que cambió la cara a la Pandilla. El colombiano, quien reaparecía de una suspensión, fue el motor ofensivo de los regios. Su pique en corto, su velocidad y olfato goleador se convirtieron pronto en una pesadilla para los rojinegros.
Atlas repitió la misma oncena que ganó en la Sultana del Norte, salvo la novedad de que González y Leite intercambiaron carril. Dorlan Pabón se hizo sentir desde los hervores del encuentro con par de disparos de media distancia.
El que para muchos es el mejor medio campo de México no pesaba: Medina, Leao y Millar corrían detrás de la pelota más preocupados por destruir que por construir. Federico Vilar tuvo que aparecer para salvar a su meta. Tras un desborde por el corredor izquierdo de Ramírez, éste envió un servicio templado al área que remató Pabón y provocó la estirada al ángulo del portero atlista.
El dominio de la Pandilla era abrumador. El encuentro se jugaba totalmente en terreno atlista. Los pupilos de Tomás Boy denotaban preocupación y desesperación al no lograr hilvanar pases sin perder el esférico.
La suerte estuvo del lado local cuando Dorlan Pabón asistió a Omar Arellano, quien, completamente solo mandó su zurdazo directamente al segundo poste de Vilar.
La presión de la Pandilla tuvo su recompensa a la media hora de juego. Teniendo nuevamente a Luis Venegas como el villano, tal y como sucedió en la ida, el zaguero atlista, en su intento de detener a Pabón tocó el balón con la mano y el silbante César Ramos marcó la pena máxima. El propio Dorlan tomó la pelota y la mandó al fondo con un derechazo lleno de potencia y colocación.
Para el complemento Atlas se plantó bien en sector defensivo. Apostó todo a mantener el marcador y a avanzar gracias a la posición en la tabla. Rayados dejó de crear peligro y sus atacantes no aparecían como en el primer lapso.
Carlos Barra arriesgó al enviar al terreno de juego a Humberto Suazo y retirar a Juárez. Pero el Chupete aún no había tocado el balón y Rayados ya había hecho el segundo de la noche. Tras un servicio filtrado que ganó las espaldas de la zaga local, Cándido Ramírez enfiló al área a toda velocidad, cuando se le terminaba la cancha disparó de zurda al primer poste de Federico Vilar, quien erró al dejar un reducto donde pasó la esférica.
Información y foto: Milenio