Decálogo de la libertad financiera / Analogías

Hoy es el año 2053, me encuentro en mi lecho de muerte después de una larga vida de 75 años. Antes de partir de este mundo terrenal, tomo una pluma y una hoja reciclada para plasmar unas palabras a mis hijos, nietos y generaciones por llegar. Seré breve y conciso puesto que mis fuerzas no me permiten para más, a penas puedo empuñar la pluma azul que se encuentra en mi buró. Así es que doy comienzo con mi legado a través del manuscrito. Plasmo conocimientos que han sido transferidos desde miles de años atrás, antes incluso de Jesucristo, de las civilizaciones milenarias como Egipto, Grecia y Roma. Solamente quienes conocen la verdad han podido conseguirlo, los demás, aquellas personas que solo buscan el resultado sin sacrificio, se han quedado en el camino maldiciendo las recomendaciones que aquí se detallan, puesto que no es lo mismo, querer que creer, dar que recibir, desear que transpirar.

1.- Vive siempre por debajo de tus medios. Conforme pasan los años comprenderás que las necesidades se incrementan, mientras que los recursos para cubrirlas suelen ir en el camino opuesto. Por ello, debes ser muy previsor en salvaguardar un estilo de vida humilde y frugal, solo así podrás superar tus gastos con tus ingresos.

2.- Aplaza siempre la recompensa inmediata. Se requiere de un entrenamiento constante para conseguirlo, pero es alcanzable. Deja al final el fruto de la recompensa, no tengas prisa o desesperación, lo que es para ti continuará aguardando que lo recibas. No cortes el fruto inmaduro, existe un tiempo exacto para ello, la naturaleza es sabia y no lo da antes sino exactamente cuándo debe ser el momento indicado.

3.- Ahorra siempre al menos un décimo de todo ingreso que tengas. En una ocasión escuché de un multimillonario esta declaratoria. Su padre había migrado del campo a la ciudad, era un ferviente creyente de este principio. Solía decirles a sus hijos: “Ahorren un décimo de cada peso que pase por sus manos, y, aunque no quieran serán ricos”. Pues bien, el ahorro representa la cimentación de todo edificio, es el comienzo de la construcción de un gran patrimonio.

4.- Vive siempre para ti y nunca para los demás. En los tiempos que corren es normal estar tentado a querer enviar señales al exterior de nuestro éxito, nuestra abundancia material y nuestra felicidad. Sin embargo, nada de esto lo hacemos para nosotros mismos sino para demostrar a los demás nuestra valía. Es más prudente el vivir para uno mismo, ser discretos y celebrar en silencio cada meta, cada objetivo, cada sueño alcanzado. Al final a nadie le importa y lo único que conseguirás será crear enemistad, envidia, incluso intento de que alguien más quiera arrebatar lo que por derecho te corresponde.

5.- Invierte siempre en lo que conozcas y estés dispuesto a asumir riesgos. El refrán “Zapatero a tus zapatos” ilustra muy bien este principio. Si te centras y concentras en lo que sabes hacer y estás familiarizado con ello, tienes más posibilidades de salir avante. Algunos por diversificar o por recibir consejos de gente ajena suelen pagar muy altos costos. ¿Qué tiene que hacer un cocinero fuera de la cocina? Ese es su sitio y si se mantiene en él, progresará paulatinamente.

6.- Elabora siempre un presupuesto y apégate a él. La vida no se trata de improvisar, hay que tomarla como viene pero es más llevadera con un plan para abordarla, así aplica para los gastos. Las fuentes de ingresos suelen ser en pequeños rubros, pero los gastos se cuentan por decenas. Cada mes es necesario salir a repararlos. Es preciso fijar qué cantidad destinas a cada concepto de tu vida, así, al mantenerse dentro de la asignación previa, establecerás un hábito con rigor y no te costará trabajo conseguirlo ni mantenerlo. 

7.- Asegura siempre tus bienes, así conservarán su valor. Los seguros son una cobertura a la tranquilidad, son el cobijo ante los hechos no deseados pero posibles de suceder. Conozco muchos casos de gente que por no tenerlos se arruinaron de un día para otro, tiraron por la borda el sacrificio de toda una vida por “ahorrarse” un pequeño desembolso en sus pólizas. La salud, la vida, la casa, el vehículo, entre otros, debe estar cubiertos ante riesgos varios.

8.- Pon siempre al servicio de los demás tus talentos, no por lucro sino por bien común. Dios le otorga a cada individuo uno o varios talentos. Recursos con los que nace y otros que adquiere en el camino. Hay oradores, escritores, filósofos y políticos, también están los comerciantes e inventores. Todos, absolutamente todos poseemos un don y es tu correspondencia para con los demás el disponer de él para el prójimo, no por simple lucro sino para que persigas el bien máximo de todos, el bien común. 

9.- Sé siempre generoso, contribuye en causas nobles, cuanto más das, más recibes. Es difícil comprender este principio cuando se es un avaro e individualista, cuando se piensa en primera persona solamente. En un mundo social, en el que vivimos y compartimos una casa común, en el que estamos interconectados, no se entiende una postura personal. Hay miles de causas y necesidades humanitarias en el mundo, algunas son atendidas por asociaciones civiles, otras por capitales privados. Sé un benefactor privado, no de los que aparecen en las primeras planas de los periódicos o que ponen sus nombres en calles o bibliotecas universitarias, sé uno discreto que soporte una o varias causas de su comunidad. Ayuda a la mayor cantidad de personas que puedas, y, mágicamente te será devuelta esa ayuda en tus negocios. 

10.- Escucha siempre a quienes se han ganado el derecho de hablar desde la experiencia, son ellos los que han transcurrido ese camino, lo demás son merolicos que solo balbucean para hacer ruido. Es fácil aconsejar, opinar al respecto de cosas que se ven desde fuera y no se han vivido. El parecer nunca es igual al ser. Ten cautela y cuidado de donde obtienes información para tomar decisiones, hay muchos que se dicen aconsejar en base a posturas no prácticas, teóricas incluso. La voz de la experiencia es siempre la voz de la verdad, es la que resuena con el corazón y la razón, es la que en realidad puede aportar la diferencia.

Nota final: cada principio contiene la palabra siempre, esto quiere decir que no es para utilizarse algunas veces solamente, sino en cada momento que se presente el supuesto expuesto. Solamente así se conseguirán avances, progresos y la consecución de la libertad financiera.

La Opinión de: César Omar Ramírez de León. Empresario, Consultor en Finanzas Personales e Inversionista en el Mercado de Capitales.