Políticas públicas / La Columna J

“Eres más consciente que antes de lo que es importante y lo que es trivial, vale la pena esperar el futuro”: David Henry Thoreau

De manera natural, es muy común que el mexicano se pregunte, ¿Por qué nuestra realidad como sociedad es así? ¿Por qué no avanzamos y no progresamos?

Una de las respuestas a priori que existen bajo el cuestionamiento expresado, es la culpabilidad que existe de parte de la sociedad hacia el gobierno, del mismo modo el argumento retórico que otorgan los gobiernos al expresar que
la sociedad no se suma a las actividades que emana del propio sistema.

Ciertamente como sociedad existe una apatía y un desinterés provocado por el desánimo y el desencanto, aunado a eso, vivimos en un estado de derecho que no es respetado, desde algo tan simple como el respetar un semáforo, hasta la voluntad y el cumplimiento para pagar los impuestos correspondientes.

Considero que no es una cuestión de buscar culpables, sino más bien comenzar a hacernos responsables de generar mejores condiciones y una estructura metódica y viable para el bien de todos.

El Premio Nobel de Economía en 1978, Herbert Simon, define a las políticas públicas como acciones de gobierno con objetivos de interés público que surgen de decisiones sustentadas en un proceso de diagnóstico y análisis de factibilidad, para la atención efectiva de problemas públicos específicos, en donde participa la ciudadanía en la definición de problemas y soluciones.

El aspecto fundamental y de vital importancia que acontece a las políticas públicas de nuestro país es que en una proporción elevada la clase política está diseñada para la operación electoral y la obsolescencia de la praxis, sin
embargo, esto no es garantía de que existan perfiles técnicos que permitan generar acciones que trasciendan o que le den continuidad a las que ya están funcionado de manera eficiente.

“La ley jamás hizo a los hombres un ápice más justos; y, en razón de su respeto por ellos, incluso los mejor dispuestos se convierten a diario en agentes de la injusticia”: David Henry Toreau

El tiempo que tienen las alcaldías y el ámbito legislativo es verdaderamente reducido, sin embargo, no es pretexto. No obstante, el funcionamiento gubernamental también está enfocado en generar una rentabilidad para la conservación del poder y su transición, de tal modo que algunas ocasiones los programas que operan de manera eficaz, son erradicados para imponer nuevos programas que destaquen al gobierno entrante. De tal modo que se convierte en un círculo vicioso, en el que personas que dominan un tema operan y ejecutan programas que son modificados a conveniencia y que tienen poco tiempo para causar el impacto deseado.

El especialista en diseño de políticas públicas, Julio Franco Corzo, expresa que es la realización de un diagnóstico para poder detectar problemáticas, para dicho proceso es menester involucrar a especialistas en la materia. Dilucidar
quienes son los afectados y la intensidad que conlleva la problemática detectada y posteriormente hacer un estudio de factibilidad. En la mayoría de los casos es en esta parte en donde los gobiernos fracasan en materia de acciones gubernamentales.

“La mayor parte de los hombres, incluso en este país relativamente libre, se afanan tanto en innecesarios artificios y labores absurdamente mediocres, que no les queda tiempo para recoger los mejores frutos de la vida” David Henry
Thoreau.

La gran relevancia de este tema, es que países que han estado en condiciones más vituperables que México han podido lograr cambios trascendentales. El caso de Alemania, Japón, Korea del Sur y Chile, son algunos ejemplos de
países que han puesto énfasis en planteamientos óptimos para la generación de políticas públicas, los cambios han sido palpables en sectores como la educación, salud, obra pública y también en el desarrollo de programas
autosustentables.

Los gobiernos, independientemente de la doctrina partidista de la cual provengan, deben procurar en todo momento el bienestar de la ciudadanía, y la viabilidad de proyectos que vayan más allá de una rentabilidad electoral o una
medida populista, que hoy en día están muy de moda.

Del mismo modo es de gran importancia que la sociedad se involucre, que manifieste de manera organizada todas las inquietudes y áreas de oportunidad que logra detectar. Que tenga la responsabilidad y sea un agente de cambio
sobre la realidad de nuestro país, de nada sirve la voluntad política y una excelente estrategia si la sociedad no se suma y coadyuva.

El tiempo apremia, y el momento siempre es justo para que sociedad y gobierno, gobierno y sociedad trabajen de la mano y se logren aterrizar políticas públicas, finalmente lo más valioso que le podemos dejar a nuestros hijos, es un mejor mundo.

In silentio mei verba.
Roberto Ahumada.