Se requiere prudencia
“Fronesis”, se distingue por ser una palabra administradora de un concepto. Es una enseñanza que Aristóteles nos dejó, parece que la estamos despreciando. No es una forma de conocimiento, se trata de una de las virtudes de la inteligencia, la práctica de los valores. Su ejercicio demanda cuidado pues es una forma de atender la circunstancia, recordemos a Gasset, si dominamos la circunstancia, nos salvamos. En política la “fronesis” es una virtud que atiende al otro y lo otro. En una nuez: posibilita la toma de medidas, decretos, decisiones, más adecuadas para dominar la circunstancia. Es PRUDENCIA, EQUILIBRIO. Estimo que son las palabras que más la significa, se ha tratado de explicar a la manera de los diccionarios, por vía de sinónimos, empero hay una insuficiencia. En política de nada sirve quien sepa qué es la prudencia si no es prudente, de nada sirven decisiones que reivindiquen la demanda popular en políticas públicas si no guardan equilibrio en las variables de los contextos
Su etimología, latín “phronesis”, del griego “Φρόνησις”, viene de “phroneo”, que significa comprender. Una virtud dianoética, para Aristóteles es virtud del pensamiento moral, es decir, sabiduría práctica o prudencia, se refirió a comprender la diferencia entre el bien y el mal. Se trata de la habilidad para pensar los, tan ausentes, cómos, los por qué, decidir los cambios, obvio, con esperanza siempre a mejor. Practicar la prudencia es ejercitar un bien colectivo, un manantial inagotable que influye para la vida compartida solidaria, virtuosa. La acción ética es la clave de la política. Requiere voluntad y amor por el bien común, sobre todo conocimiento del cómo se puede efectuar. El punto fino de la “fronesis” es que está en el cuadrante de lo factible la misma actividad del sujeto que obra, su objeto es contingente, ello lo distingue de la ciencia, el intelecto, cuyo cuadrante está con los objetos necesarios.
La prudencia es un tema colectivo, también, encuentra su horma en el gobierno de multitudes. Se trata de la pérdida del egoísmo, además del bien propio, la utopía del bien del pueblo, es la mostración del sentido comunitario, la prudencia es un consejo correcto de los medios para llegar a objetivos. Un matrimonio entre el bien particular y el bien común. La política es un escenario de 360 grados cuya prudencia conduce a mejores estadios de existencia material y espiritual de la Patria. La política se ejerce para convencer al pueblo de la opción política que represente el mejor bien común. Para ejercer el poder público con prudencia se tienen las políticas públicas que son esencia de la demanda de soluciones adecuadas a los problemas de todos; se deben atender con virtud, es decir, la prudencia propiamente dicha es la calidad del gobierno del pueblo que emerge de los gobernantes; se requieren virtudes colaborativas, no basta la decisión gubernamental, se requiere que el pueblo acompañe para legitimar la legalidad que logre la satisfacción.
La prudencia política son, los impulsos, las pulsiones, los empeños, los propósitos, las habilidades, las competencias…, requeridas para la bienestar colectivo, su cuadrante se encuentra entre la parte subjetiva, la cual se diversifica de acuerdo con el tipo de multitud, cada pueblo tiene su rostro, su personalidad propia. La ciudad, no por razón de urbanismo, la ciudad donde están los ciudadanos es el tema de la prudencia, económica, social, política, cultural…, desde ahí demanda sensatez de gobierno, razón de Estado, es decir la madurez del Jefe del Ejecutivo Federal, de los gobernadores, de los ayuntamientos; “a toda acción corresponde una acción igual y en sentido contrario”, en ese mérito se empodera la prudencia cívica, la ciudadanía responsable de sus actos, discursos, pensamientos…
El pasado sábado el Gobernador Electo de Jalisco, acompañado de líderes representativos de la sociedad jalisciense, hizo pública su postura de Estado frente a los medios de comunicación, defendió la soberanía del pueblo y del gobierno que le concede las constituciones federal y estatal. Hizo política, puso en la agenda de discusión, los valores constitucionales supremos, ejerció la prudencia; la respuesta no se hizo esperar el Senador Salgado Macedonio, en IMPRUDENCIA pública amenazó la desaparición de poderes. Olvidó su propia sentencia “¡el pueblo es sabio y manda!”. CPEUM: “Artículo 40. Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica, federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental”.
Es prudente anunciar el combate y erradicación de la corrupción, los mexicanos demandamos exterminar ese cáncer público, sería imprudente hacerlo por vía de la distracción discursiva. Requerimos una pedagogía pública que nos lleve a las buenas prácticas en la que las virtudes sean garantes de una sociedad NO corrupta, de un gobierno NO corrupto.
¡Seamos prudentes todos!
Por: Ignacio Ruelas Olvera