La violencia se recrudece: Comentario de un Ciudadano

Durante los últimos meses los asesinatos, las torturas, ya sea por delincuentes o por pseudo autoridades, los secuestros, los enfrentamientos con grupos violentos, que dicen luchar por reivindicaciones, la violencia intra familiar, las agresiones entre vecinos, la violencia entre países que causan olas de inmigrantes hacia la búsqueda de paz y de un mejor futuro, ha sido una constante.

El Papa Francisco en su visita a Cuba, ha dicho que debemos detener esta escalada de violencia que no es otra cosa que una tercera guerra mundial, pero por escalas. Solo que la diferencia es que la violencia comienza desde el hogar, el entorno, la provincia, el país y luego en el mundo con coaliciones en busca de poder y dominación sobre los vecinos.

Se habla que la violencia es un fenómeno innato en los seres humanos. Que los estudiosos han descubierto que la paz y tranquilidad se han convertido en casos de excepción. Cuando un país se encuentra en problemas internos muy graves, tanto sociales como económicos y políticos, se busca un problema a nivel internacional para distraer a sus ciudadanos y obligar a que se le den poderes meta constitucionales para enfrentar la «amenaza» del exterior, y controlar a la oposición o reprimirla por «antipatriótica». Y así son capaces de llevar a la muerte a sus jóvenes, a través de el ejército, y de masacrar, o bien expulsar, a la población civil, que al final son quienes llevan la peor parte y sufren los excesos de la violencia desatada.

Así tenemos los ejemplos de Siria, Irak, Libia, Yemen, Argelia, Afganistán, Sudán, y Somalia, que son los que más están envueltos en guerras internas. En muchos casos por intervención de sus vecinos, buscando explotar sus riquezas naturales o por simple deseo de dominio. En algunos casos son luchas internas de tinte religioso, y en otros por causas tribales. Lo más doloroso es en países que fueron invadidos por países occidentales, y después de despojarlos de sus riquezas naturales, o bien de darse cuenta que no los pueden convertir en sus nuevas colonias, los dejan en situaciones de violencia nunca vista, lo cual obliga a sus habitantes a emigrar y causan terror en los países a los cuales van, por verlos como un peligro para su estabilidad interna y por la presión social, y por supuesto con ellos van religiones y costumbres muy diferentes de la de los países a los que van; y ahora ven esto como un grave problema y buscan como evitarlo, o bien minimizarlo, sin reconocer que ellos, por sus ansias de poder, ocasionaron ese problema humanitario.

Otro caso es el de la invasión de Rusia a Crimea y parte de Ucrania, donde si bien hay una población Rusa mayoritaria en ésas regiones, también es cierto es que obligan a los no Rusos a emigrar a otros países. Otro caso fue, hace años, la anexión de el Tíbet por China. En todos los casos, la ONU nunca ha hecho nada por evitar estos crímenes, y en otros los ha auspiciado con «coaliciones » para liberar a los países de los tiranos, dejándolos envueltos en guerras internas, de lo cual ya estamos viendo los resultados.

El último caso que está en proceso es el de Venezuela, que al llevar el presidente Nicolás Maduro a la quiebra y a la represión a ese país, se acordó de sus vecinos tanto Colombia como Guyana y ahora está expulsando a los ciudadanos que no son Venezolanos, y ha cerrado de manera unilateral las fronteras, militarizando ésas áreas, provocando una crisis cuyos alcances no los podemos prever, pues es una persona inestable y bipolar, que en el último encuentro entre los presidentes de Colombia y Venezuela, se dice que llegaron a acuerdos y al siguiente día el presidente Maduro dice que eso se verá de manera gradual y él dirá cuando y como; o sea algo peligroso que puede llevar a ambos países a un derramamiento de sangre que acabaría con la precaria paz de la región.

Y qué decir de las masacres causadas por los terroristas que se auto inmolan en algunos casos, y se hacen estallar en mercados, templos o donde hay concentración de personas; y los terroristas en África, en Nigeria y países limítrofes, donde los extremistas musulmanes han masacrados a miles de civiles y secuestrado a miles de mujeres.

Pero no estamos tan lejos de ese tipo de violencia, tenemos desaparecidos a más de 26,000 mexicanos que nadie sabe qué pasó con ellos. A esto hay que sumarle los homicidios con violencia, de todo tipo, que llegan anualmente a más de 15,000. A pesar que nos dicen que ha bajado la incidencia, los organismos privados que estudian este tipo de situaciones de violencia dicen que han aumentado.

No podemos dejar de que esto siga escalando, pues llegará el momento en que los violentos nos hagan emigrar, o vivir bajo el temor y la ignominia.

Por: Felipe González González