La Opinión de Felipe González González: Crece la desconfianza
Los ciudadanos hemos estado viviendo toda una serie de hechos inéditos en nuestro país, o cuando menos no conocidos, tales como la situación económica, el aumento día a día en el precio del dólar o lo que es lo mismo la devaluación del peso no reconocida por el gobierno; casos de corrupción soslayados, crecimiento de la violencia y la delincuencia a niveles ya de miedo.
Todo esto viene a complicarse con un ingrediente muy preocupante, que es el de las ejecuciones llamadas extra judiciales, las cuales involucran a varios cuerpos de seguridad, en los que, se puede decir, hemos confiado y que ahora, desafortunadamente, se encuentran inmersos en situaciones bastante riesgosas en cuanto a la credibilidad. Aún no hemos podido saber realmente que paso en el caso de los estudiantes de Ayotzinapa, así como en el caso de Tlataya, en el que se involucra inclusive al Ejército Mexicano.
Hoy tenemos ahora un nuevo caso que viene a enrarecer más el ambiente y lastimar la poca credibilidad que nos quedaba. Me refiero a el caso sucedido el 22 de mayo en Tanhuato, Michoacán, en el cual murieron 42 personas y un policía en un enfrentamiento que, se nos dice, duró tres horas, y que en los primeros momentos se criticó por la diferencia de resultados en cuanto a bajas; y se habló de que fue una ejecución. Las autoridades nos explicaron en su momento que se debió en principio a que se tomaron medidas para poder atacar a los delincuentes, que según las declaraciones oficiales pertenecían al Cártel Jalisco Nueva Generación, y se encontraban desde hacía varios meses asentados en el rancho “El Sol”, de 112 hectáreas, y en el cual se encontraban una serie de instalaciones: casa, bodegas y casi en su totalidad con sembradíos.
Al tratar de detenerlos, estos opusieron resistencia ya que estaban armados, y que gracias al despliegue de las fuerzas de seguridad y el apoyo con la tecnología se logró detener a 3 de ellos, habiendo muerto cuarenta y dos delincuentes que opusieron resistencia. Sólo un oficial de la policía falleció.
Si bien es cierto que para creer que los hechos fueron un combate entre las fuerzas del orden y grupos delincuenciales, se necesita que haya bajas en las fuerzas policiacas, pero creo que eso no debe de ser, el problema se presenta, en este caso, en las conclusiones del ministerio público federal, el cual determina en su peritaje un desmentido a la versión de la Comisión Nacional de Seguridad y de la Policía Federal, pues establece que el 70% de los fallecidos tenían un tiro en la nuca, el famoso tiro de gracia; así mismo se había dicho oficialmente que la hora del enfrentamiento fue de las 7 a.m. a las 10 am, pero el peritaje señala que fue entre las 4 y 5 am; que uno de los muertos falleció a golpes; que los cuerpos fueron movidos o arrastrados antes de la llegada del ministerio público; que algunas de las armas no tenían el cargador que les correspondía, por lo cual no podían haber sido disparadas.
Aunado a todo lo anterior, los deudos de los muertos hablan del trato inhumano que se dio a los cuerpos en el servicio médico forense, en Morelia Michoacán, pues los tuvieron en medio de barras de hielo amontonados y al derretirse el hielo, se descompusieron la mayoría de los cadáveres. Aquello parecía un rastro, pues nunca los pusieron en los refrigeradores, como lo indica el protocolo. Curiosamente a pesar de las heridas en los cuerpos, la ropa no estaba perforada, y varios tenían fracturas múltiples y balazos en la espalda, y quemaduras. Por lo que denuncian que fueron torturados antes de que los mataran. Esto deberá ser aclarado pues no puede ser que lo que se especula fue la realidad.
Otro caso que viene a complicar el entorno es la desaparición de siete jóvenes en Calera, Zacatecas. Y se acusa a cuatro militares por desaparición forzada. Para concluir, las notas periodísticas dan cuenta que «grupos de civiles armados» atacaron a las autoridades y fueron ultimados. Nunca nos dicen quienes eran o por que se dio el enfrentamiento. En fin, hay muchos puntos que la sociedad necesita que se aclaren y que regrese la confianza de la sociedad en sus instituciones y cuerpos de seguridad.