Gerencia y discusión política

Una nota clave de procedimiento electoral es su gerencia, pues eso es en esencia, los grupos “parlamentarios” se lo han quitado, lo han dejado y permiten que se muestre como un proceso de discusión. La democracia como forma de vida tiene en la base el diálogo, el debate; pero la organización de procesos electorales es éticamente gerencial. La razón es simple, el Servicio Profesional Electoral Nacional y los trabajadores de la rama administrativa trabajarán para la política pragmática de la hostilidad por el poder público que es una competencia la cual administran.

Por otra parte, servir a la gestión del procedimiento electoral en medio de la realidad que ha construido la velocidad de la luz, el instante como eje real, la transmisión indiscriminada de imágenes… crea la necesidad de que el trabajador electoral se erijan en medio de la relación entre la literatura y democracia. No es una pedantería, se trata de pensar lo político, específicamente desde el procedimiento,también desde la democracia, desde un enfoque nuevo, un contenido que solvente nuestras actuales democracias: la literatura, en dos avenidas magnánimas, la literatura especializada que actualiza las competencias, las habilidades, y por otro lado la literatura en general, crisol de la cultura. Y dinamo de una filosofía práctica. Para crear el andamiaje que sostenga la democracia se requieren virtudes.

El espacio de las virtudes lo encontramos precisamente en la Institución; la institucionalidad es la parte ética que solo pueden atender las personas involucradas directa e indirectamente, se trata de la calidad y cualidad de la institución. La reputación de las instituciones depende no sólo de la aplicación objetiva de las leyes, sino de la conducta de sus servidores públicos, en todas sus jerarquías. La conducta en calidad de comportamiento debe sustentarse de forma permanente en los principios éticos y morales para salvaguardar y evitar contrariar el interés público cuya protección, promoción y defensa les ha sido asignada. No hay lugar para la simpleza, no es el caso de la transparencia, ni del discurso anticorrupción, sino de la madre de todo: la confianza pública, seriedad y rectitud en el ejercicio de los deberes y responsabilidades del Estado. El trabajador del procedimiento electoral sirve a la Patria, este acontecimiento es la primera satisfacción.

La Ética Pública compromete a todos, es sin duda, una dura batalla cultural, el INE es una tarea esencialmente moral; se trata de cumplir con el mandato de legislador: crear la comunidad nacional pertinente de lo electoral. No basta cumplir con la ley, es necesario que dé cuenta a la sociedad de sus actos, aún en el caso de que esta no lo exija. Hacer honor al principio de legalidad, la inteligencia sin palabras. Las virtudes es la verdadera acción del carácter comprometido a fe jurada ante y con los otros.

La otra cara de la moneda es pensar la política, dejar la gerencia electoral para navegar el pensamiento que es elenclave de la ubicación de la realidad. La palabra es clave, la palabra es el rostro, claro o no, del pensamiento; se manifiesta de muchas maneras como ingenierías y arquitecturas de la narrativa que presenta el sitio de la verdad en la reflexión. Acude al pasado se nutre, disfruta el instante del ahora y viaja en la imaginación al porvenir de manera literaria, filosófica, científica. El futuro no es destino, el procedimiento electoral no juega a la lotería, sus reglas son la satisfacción de la competencia.La discusión democrática es como un sol que en cada rayo muestra del interés preocupante de las ideas, esto es el ambiente democrático, no la gerencia del procedimiento electoral que sus trabajadores comparten y hacen depender unos de otros como ejercicio de colaboración.

El libertador del pensamiento es la palabra, es cálculo que se organiza para entender los códigos que crea, por ello la pluralidad de opiniones juegan un rol cognoscitivo esencial. La discusión democrática está en estado abierto para recibir y hospedar aportaciones particulares que en consenso hacen escuela y amplían los argumentos y contenidos. El saber debe ser sometido a escrutinio y examen en todo tiempo, en donde el pretérito es fundamental para entender el presente y hacer enunciados de esperanza. Es preciso saber escuchar y leer a los demás; la palabra nos ha permitido hablar con muertos y dialogar con quienes aún no nacen, se trata de un poder maravilloso que hace de la tolerancia un método que da equilibrio a las ideas compartidas, crean pensamiento.

Razonar en el plano de los valores significa utilizar premisas y no sólo hechos. El análisis de la eficacia de las políticas no alcanza, porque también se deben satisfacer criterios de valor. El deber-ser tiene que ver con las convicciones, la conciencia y el compromiso social.

Por: Ignacio Ruelas Olvera