Reflexiones sobre las candidaturas independientes
Deliberar la importancia y eficiencia de una candidatura independiente, no es cosa menor, es un temaesencial. Adela Cortina (2008) define el capital ético como: “conjunto de valores morales por los que una sociedad apuesta y son imprescindibles para construir un mejor futuro”. Pone el dedo en la llaga, la política, independientemente de toda su circunstancia, debe ser ética. Veámoslo así, se requiere el concepto de capitales para integrar la riqueza del país.
Esos capitales, por supuesto son: el natural, el construido, el humano, el social. Es tarea política hilvanar naturaleza con infraestructura, salud, nutrición, educación, libertad, con ello dotar de confianza a líderes, al sistema político, al comportamiento ciudadano. La clave está en un hilo fino y contundente: el capital ético, base para que los demás capitales se puedan desarrollar correctamente. La ética garantizará que las reformas y las decisiones beneficien a los más necesitados. Atender el capital ético para que afecte a todos.
Cortina, describe al “ciudadano” como aquel que tiene una opinión propia y toma decisiones sobre sí mismo, sin olvidar que los demás también tienen opinión propia. Ciudadanía es desarrollar la capacidad de elegir cómo vivir, involucrarse con la comunidad. Las candidaturas independientes posibilitan involucrarse directamente y dar propuestas de cómo deben llevarse a cabo las cosas. Sin duda, habrá más ideas que cubran todos los aspectos de la vida de los ciudadanos y podrán beneficiarse todos los sectores sociales y no solo los pocos. La utopía es que todos tengan voz propia, que debatan con lucidez y respeto.
Los dueños de las franquicias de las Entidades de Interés público cuidan el poder del “equipo”, no de partido. Ello es simulación, no hay equivalencia entre sumisión y transgresión, la parodia anula la diferencia legal. La simulación, utiliza el principio de equivalencia, niega los signos como valor, los utiliza como reversión y eliminación de toda referencia. El sistema de partidos tiene normatividad incompleta, deficitaria, parcial, pero aun así sepultó la práctica política monocolor. La candidatura independiente es un tema de utopía, es la ruta correcta: es preciso construirle su lugar, no lo tiene. Al sistema de partidos le falta afinación normativa; a las candidaturas independientes les falta todo.
La utopía es que los ciudadanos puedan ejercer su derecho a formar parte de la política sin necesidad de ser parte de un partido político. Hay un argumento legalmente impecable, el sistema electoral mexicano, tiene un sistema de partidos que son el vínculo por el que los ciudadanos pueden aspirar a representar en un cargo. Pero no es una ruta libre, que garantice el derecho a votar y ser votado. Un conversatorio ciudadano para ponerse de acuerdo es clave. ¿Preocupa quién se postulará? Para despreocuparse es preciso fortalecer las virtudes como “rasgo de carácter manifestado en la acción habitual” (Rachels, 2000). Se debe posibilitar las virtudes como potencial de las personas, es decir, las características que se debe tener y demostrar en la vida diaria.
Las candidaturas independientes pueden satisfacer la solución a los problemas colectivos, permite la opción de que las personas se involucren ampliamente y las voces plurales permiten decisiones sobre cómo se deben hacer las cosas. Pero, ¡cuidado! de nada sirve personas preparadas, inteligentes, especializadas, si no se actúa con el comportamiento correcto, con la ascesis ética. Educar es preparar para la acción. Los valores no se esconden, ni se dan en invernadero, los políticos están comprometidos con la ética. La formación ética da inicio en la familia, es la educación temprana, a la que le debemos toda la lucidez colectiva. La cultura que debe inculcarse en todas las personas, pero sobre todo en los niños, es la ética del cuidado, en otras palabras, la ética temprana, el tierno estímulo.
Las candidaturas independientes representan un tema de agenda pública. La crisis de la representatividad de los partidos políticos y de la acción gubernamental ha propiciado la manifestación amplia a favor de nuevas estructuras y lineamientos de elección popular. De acuerdo con las experiencias revisadas, las candidaturas independientes son posibles en sistemas políticos no monopolizados por partidos políticos. Mientras la representatividad siga en sus manos, las candidaturas independientes se complican ante la potencial pérdida de poder.
Ahora bien, bajo un marco de análisis racional, no se debe dejar de lado los efectos nocivos relacionados al autoritarismo plebiscitario anticipado por Dieter Nohlen. Es preciso no simular, más allá de lo verdadero y de lo falso, más allá de las equivalencias, de las distinciones racionales sobre las que funciona todo orden social y todo poder. En la ausencia de lo real es donde hay que poner orden, la ley es un simulacro de 2º orden. Este es tema del legislador. El edificio político requiere cimientos sólidos que le darán la educación y la ética, luego es el procedimiento. En ese edificio está la arquitectura de las candidaturas independientes.
Por: Ignacio Ruelas Olvera