El mexicano, el nihilista amañado. Reflexiones sobre la mexicanidad / ¡Hasta la victoria siempre!

Aguascalientes, Enero 02 (2024).- (Ellos) son optimistas, nosotros Nihilistas. Solo que nuestro nihilismo no es intelectual sino por una reacción instintiva: por lo tanto es irrefutable. (Octavio Paz – El laberinto de la soledad)

Estimado lector, le invito a leer nuevamente la cita de Octavio Paz… ¿No se ha quedado pasmado al leer semejante verdad? Lo pongo en contexto, esa cita –que es más bien un argumento- , viene después de que Octavio Paz ha hecho un análisis del “pachuco”, como la expresión de una idea, una contracultura, los rebeldes que no se sentía ni de aquí, de allá literalmente hablando, porque la cultura abrumante norteamericana, chocaba con el eterno sentimiento de sin sentido existencial en la que vive comúnmente el mexicano. El autor continua hablando sobre múltiples deferencias que tenemos con los vecinos del norte y que al mismo tiempo subrayan las características esenciales del mexicano  y termina rematando con la idea de que los mexicanos somos nihilistas, pero no unos nihilistas de libro como suelen ser aquellos del continente europeo, el cual es un nihilismo más estudiado, una postura más intelectual ante su propia existencia, una reflexión que a mi parecer se gesta por múltiples factores que resultan ser más bien positivos y se reflejan en su sistema social y en su entorno cultural, un ejemplo es la disminución de creyentes en las religiones, una clara respuesta nihilista existencial. Pero el mexicano no, el mexicano es nihilista por instinto, por aprendizaje o por amañamiento diría yo.

El mexicano es nihilista amañado. Y como no ha de serlo, si al menos mi generación ya sabe que cuando llegue a viejo, si no se pone a las vivas no le va a quedar de otra si no la de “bailar con Bertha las calmadas”, por qué no habrá ningún tipo de seguridad social en la adultez por parte del estado, sino que ahora cada quien es el responsable de su retiro, pero no solo de eso, sino que con el sueldo que percibe mi generación, se pretende que ahorre para su retiro, sostenga económicamente a una familia,  pague servicios básicos, pague sus necesidades, ahorre un 10% y sea bonito y próspero, cuando datos arrojan que el salario promedio es de $6559 al mes.

Mi generación sabe que acceder a una vivienda digna será un sueño que verá realizado hasta los 55 años, en el mejor de los casos, porque los créditos bancarios no suelen ser una opción para algunos y los que ofrecen las instituciones públicas suelen ser insuficientes, así que su opción es vivir en un departamento de dos recamaras y un baño, pero habitan 6.

Mi generación entendió que existe un sentido de vida alterno al socialmente propuesto, una forma de vivir económicamente solventes, aunque la promesa de morir joven se firma con sentencia definitiva, no todos quisieron ser parte de ella, pero la admiración y el deseo de ser como aquellos que si forman parte de ese sentido alterno de existencia generó una cultura que solo podría ser engendrada por el nihilista amañado, me refiero a la narco-cultura. Aunque por otro lado, esto mismo genera una herida profunda en mi generación, la cual ha visto y sabe que su vida está siendo constantemente amenazada, no es libre de transitar tranquilamente por la carretera y está bajo el peligro del crimen organizado y aun así porta playeras de los grandes capos, mientras escucha sus corridos y consume sus productos.

Mi generación sabe que votar no sirve para nada, observamos claramente como todos se ilusionaban porque el partido tricolor salió del poder y entraban aires azules a cambiar el rumbo definitivo de esta sociedad, con música del “ave maría” de fondo, nos quedamos viendo que no sucedió nada, antes bien parecía que nos faltaban cada vez más cosas, para hoy por hoy seguir en las mismas situaciones, un señor que todos los días da un morning show que a nadie le interesa, pero con becas para todos, al menos con becas, así las penas con pan son menos.

Mi generación vio morir a niños y adultos mayores en las puertas de los hospitales, a causa de un virus que nadie entendía, ni quería entender, porque le era más verídico pensar que era una conspiración para robarle el líquido de las rodillas  y comercializarlo para la obtención de beneficios que una enfermedad real capaz de matar indiscriminadamente, pero por si esto fuera poco creía sólidamente que una estampa del sagrado corazón de Jesús era capaz de alejar al COVID  que el uso de cubre bocas y la cuarentena, nada más digno del nihilista amañado.

Pero repito, ¿Cómo el mexicano no va a ser un condenado nihilista amañado? un nihilista como dicen los de Tepito: “hecho a putazos”. Si así nos han obligado a crecer, sin certezas, sin causas justas, abrumados de su moral rancia, cansados de sus podridas costumbres, dudando de sus máximas morales, riéndonos y haciendo Tik-Toks de cada abuso social que el gobierno ha hecho contra nosotros, del pésimo sistema educativo que tenemos, de las incoherencias de sus gobernantes, de la ignorancia de sus dirigentes, de los abusos de los poderosos de las iglesias, de los abusos de los burgueses que nos ve como mano de obra barata fácilmente reemplazable y hasta de sus dioses y cultos sagrados, porque así somos, somos nihilistas por instinto, somos nihilistas amañados.  

Lic. Oscar Roberto Valadez Vázquez. Filósofo, director del Café Filosófico «Estoicos – Hedonistas» en Creatoria, conductor del programa “La Taberna», fundador de «In Taberna Quando Sumus», y estudiante de Derecho.